La última y particular suba de tasas del BCRA: un intento por empezar a ponerle un techo a la deuda
La entidad dejó la tasa de las Leliq abajo de la de plazos fijos para que los bancos les compren títulos al Central y a Guzmán
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El jueves, por primera vez, el Banco Central (BCRA) dejó la tasa mínima regulada para los depósitos a plazo fijo por encima de la que les paga a los bancos por las Letras de Liquidez (Leliq), títulos que les vende a las entidades para absorber pesos del mercado y ayudarles a financiar el pago a los ahorristas, dado que, en muchos casos, los obliga a prestar a pérdida.
La inédita y sorpresiva jugada desnuda el sensible momento que atraviesa la economía.
Con ella, la entidad conducida por Miguel Pesce no sólo busca que más gente acepte destinar sus excedentes de pesos a este tipo de colocaciones cortoplacistas (sostuvo en el comunicado que la acción antinflacionaria –con un mercado crediticio tan reducido- pasa en gran medida por lograr que vayan hacia allí para contribuir a la estabilidad cambiaria y financiera), sino –principalmente- persuadir a los bancos para que no usen la liquidez que tienen –y espera que aumenten- para invertir en más Leliq, sino que la destinen a financiar al Tesoro, comprándole los títulos de deuda que necesita emitir para renovar la deuda que le vence y algo más.
La apuesta oficial apunta a lo que la vicepresidenta Cristina Kirchner llamó alguna vez “win-win”. Aunque en realidad el esquema sólo apunta a que tanto el ministro de Economía, Martín Guzmán, como el presidente del BCRA, dejen de “perder”.
Concretamente, le serviría a Guzmán para reencaminar un plan financiero que ya tropezó en mayo y en lo que va del mes –al tener que emitir deuda que volverá a vencer en el presente año- y a Pesce para que el stock de pasivos del BCRA –ya destinado a crecer por la creciente carga de los intereses- al menos ya no crezca tanto por suscripciones de los bancos.
“La decisión de subir más las tasas de los plazos fijos parece orientada a que los bancos encuentren mayores incentivos a posicionarse en deuda del Tesoro, pese a los riesgos”, explican en Facimex Valores.
“El esquema incentiva a los bancos a colocar parte de su liquidez en títulos del Tesoro para buscar rendimiento”, coincidieron en evaluar desde Cohen Aliados Financieros.
En los bancos la decisión oficial cayó como un balde de agua fría. “Es entendible, dadas las circunstancias, pero no la esperábamos”, explicó un ejecutivo de una de las entidades que participará el martes de la reunión en la que el ministro Guzmán, acompañado de su equipo de Finanzas, buscará convencerlos de que lo acompañen en la subasta de la semana que viene, en la que necesitará renovar unos $590.000 millones por vencer y captar algo más para cubrir un rojo fiscal que se vuelve a disparar.
Las dudas de los banqueros pasan precisamente por la “sustentabilidad” de la deuda con que tanto insistía el ministro.
Las tasas que paga el Tesoro por las Letras cortas que coloca a tasa fija no les “cierran”, aunque tras la última subasta quedaron 136 puntos básicos por encima de la que les paga por la Leliq a 28 días (53,36 vs. 52% nominal anual) y los títulos que ajustan por inflación (que eran de su preferencia, ya que les permitían proteger el patrimonio de las entidades) son mirados ahora con desconfianza, ante el riesgo de que una próxima administración proceda a transformarlos en “licuables”, reestructuración mediante.
“El diferencial de tasas a favor de las Letras del Tesoro ya existía, porque mientras estos son títulos eximidos de impuestos, por las Leliq tenés que pagar 8% de Ingresos Brutos a CABA. Sin embargo, la demanda se venía cayendo”, explicó una alta fuente del sector bancario, para quien Economía no sólo deberá subir los rendimientos que ofrezca sino además innovar en los instrumentos que ponga en el menú para tentar a los inversores y poder superar el test que enfrentará la semana que viene
“Y en adelante, ponerse a enderezar los números en los próximos meses para regenerar credibilidad, dado que lo que viene es un anticipo de varias subastas que serán un verdadero examen en los próximos meses”, insistió, aludiendo a los $3 billones en papeles por vencer sólo durante la segunda mitad del año.
De allí que las reuniones, a celebrarse entre el martes y el miércoles como anticipó LA NACION, prometen ser claves para la licitación que se desarrollará a fin de mes y en la que Economía debe mínimamente renovar unos $600.000 millones, además de captar algunos pesos de más para cubrir déficit, ahora que vuelve a quedar a punto de agotar la asistencia que puede recibir del BCRA tras haber consumido en la primera quincena del mes $232.000 millones, el 61% del cupo que amplió en unos $380.000 millones tras repetir la maniobra contable de 2021 con parte los DEG recibidos del FMI en marzo.
No en vano el BCRA hizo lo que hizo con las tasas por primera vez.
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