La trastienda de la compra de Molinos
Negociación: celos, exceso de confianza y la necesidad de obtener un mejor precio fueron algunas características de la disputa por la empresa de Bunge & Born.
Luego de la sorpresa ocasionada por Perez Companc, tras arrebatarle de las manos a Molinos a The Exxel Group, aún quedan varios puntos por dilucidar de los 10 arduos meses de negociación. Celos profesionales, exceso de confianza, probable acceso a información confidencial, fueron algunas de las distintas curvas que tuvieron que sortear las gestiones de venta de la mayor alimentaria argentina.
El mandato de la operación fue otorgado al Credit Suisse First Boston. José Rohm, titular del Banco General de Negocios -socio de la entidad extranjera- se encargó de conseguir el negocio. Su relación con algunos miembros de la familia Born y Octavio Caraballo -accionista del holding-, lo hizo acreedor de la confianza de los vendedores.
ConAgra, un grupo norteamericano que factura US$ 23.000 millones en todo el mundo, era el gran favorito seleccionado entre los cinco últimos oferentes. Pero ante los cimbronazos de Brasil y el manto de temor que contagió a la región, se autoexcluyó de la compulsa al no acercar una contraoferta.
Pero el fantasma de ConAgra, se mantuvo. "Su nombre no desapareció de los medios para que los otros interesados mejoren sus ofertas", dijo una fuente familiarizada con la operación.
Para fines de noviembre, Exxel firmó con Bunge un preacuerdo de exclusividad. Luego de varios viajes de Juan Navarro -titular de Exxel- a EE.UU., consiguió el dinero necesario para cerrar la operación.
El 31 de diciembre, Exxel acercó una oferta definitiva de US$ 305 millones por el 60% de Molinos. El resto del paquete cotiza en la Bolsa de Comercio. Además, se hacía cargo de una deuda a corto plazo de US$ 170 millones.
Las discusiones entre Navarro, Jorge Demaría -número 2 de Exxel-, Rohm y Caraballo siempre giraron en torno del precio final.
"El fondo de inversión, confiado en su poderío y en sentirse el único comprador, tiró demasiado de la soga", puntualizó una fuente bancaria. Tras una puntillosa auditoría, la cifra que creían conveniente era US$ 305 millones, no más. En el Credit Suisse estaban convencidos de que se podía sacar un mejor precio, pese a las condiciones de mercado y la baja rentabilidad de Molinos, con ventas por $ 1300 millones y marcas líderes en la plaza local.
El mismo 31 de diciembre tercia Gustavo Irazu, ex ejecutivo del Banco Francés que ahora es miembro del Perez Companc Familiy Group, un fondo de inversión de la familia. La oferta fue de alrededor de $ 400 millones por el 60% de Molinos. Se le informó a Exxel de esta novedad, y no quisieron hacer una contraoferta. El 7 del actual, contra todos los pronósticos, Perez Companc se quedaba con Molinos.
En Exxel dicen que "es sano perder un negocio por no pagar un precio que no corresponde". Sin embargo, fuentes empresarias revelaron que el fondo de inversión sintió el golpe.
Otro informante cercano a la negociación recordó los celos profesionales entre Bunge y Exxel. "No le querían vender a un grupo joven que en poco tiempo creció mucho. Era mostrar que Bunge nunca tuvo claro el rumbo." Por otra parte, causaron una mala impresión las declaraciones de Navarro a la revista Mercado -en un contexto de confidencialidad- en las que afirmaba que Molinos tendría una rentabilidad de entre el 10 y 15% en 18 meses.
La duda que se plantea es cómo Perez se anima a comprar Molinos, sin estructura, gerenciamiento ni experiencia en el rubro y aparentemente sin contar con la información necesaria para hacerlo. Las sospechas del acceso a algunos números-no confirmadas por La Nación - de varias fuentes cercanas al proceso de venta, apuntan a ConAgra, socio del grupo nacional en la empresa PecomAgra, que se concentra en el procesamiento de soja y la comercialización de otros cereales.
Las especulaciones empresariales también señalan que PC tendrá que sumar un socio internacional -¿quién mejor que ConAgra?- para manejar su reciente adquisición.
En Bunge International sólo hablan de la mejor oferta de Perez. Pero en la intimidad, una fuente del grupo destacó en los compradores "su mayor sencillez y el hecho de que no se durmieron en los laureles".