La tecnología tridimensional ya es otra función estándar de los televisores
SEÚL—En apenas un año, la tecnología tridimensional (3-D) ha pasado de la vanguardia a ser una simple función que será sólo uno de los varios factores que los compradores tomarán en cuenta a la hora de comprar sus televisores modelo 2011.
Eso, sin embargo, no ha impedido que los dos mayores fabricantes de televisores del mundo, las surcoreanas Samsung Electronics Co. y LG Electronics Co., se hayan enfrascado en una agria disputa verbal este mes respecto a la tecnología 3-D.
El enfrentamiento tiene que ver con cuál es la mejor manera de procesar las imágenes en tres dimensiones, si a través de la pantalla, como prefiere LG, o mediante lentes especiales, como cree Samsung.
Para los consumidores, la batalla determinará si necesitan comprar equipos que requieran lentes especiales por alrededor de US$100 o marcos más simples que cuestan alrededor de US$10. A diferencia de lo que pasó con reyertas anteriores de la industria del video, como las de los formatos VHS versus Betamax, el desenlace no afectará los programas ni la compra de otros aparatos.
Para los fabricantes de televisores, la pelea es importante porque tradicionalmente han aprovechado la incorporación de nuevas características, como la tecnología 3-D, para aumentar los precios y apuntalar su rentabilidad en un negocio cuyos márgenes de ganancia son muy reducidos.
A fines de 2009, cuando la película Avatar dio a los consumidores la posibilidad de probar las posibilidad de esta tecnología, los fabricantes tenían la esperanza de que los televisores 3-D sostendrían los márgenes de ganancia que habían tenido un impulso por el lanzamiento ese año de las pantallas ultradelgadas.
En lugar de eso, los consumidores se mantuvieron alejados de los modelos 3-D por la falta de contenido en tres dimensiones, el costo de los aparatos y los dolores de cabeza que producían los lentes necesarios para mirar los programas. El resultado fue un exceso de inventario que llevó a los fabricantes y a los minoristas a recortar los precios de los televisores 3-D.
Los minoristas en Estados Unidos y en otros países ya han desmantelado las exhibiciones especiales y las secciones que destacaban estos televisores. En las próximas semanas, a medida que aparezcan nuevos modelos, las tres dimensiones se sumarán a otras características como las conexiones a Internet y las interfases que ya diferencian a los televisores más caros.
El precio promedio de un televisor 3-D en Estados Unidos en febrero fue de US$2.990, de acuerdo con la empresa de investigación IHS iSuppli. Pero el sobreprecio que pueden aplicar los fabricantes y los minoristas por los televisores con más innovaciones no puede ser tan grande este año, dicen los analistas. "Básicamente es como si la industria hubiese decidido sacrificar rentabilidad a cambio de ganar participación de mercado", dijo Riddhi Patel, analista de iSuppli.
La división de Samsung que abarca la fabricación de televisores tuvo ingresos el año pasado de poco más de US$50.000 millones pero un margen operativo de menos de 1%. En la filialequivalente de LG, el margen operativo fue de alrededor de 2%.
Samsung y LG apuestan a que la percepción de los consumidores de la tecnología 3-D podría marcar una diferencia en cuanto a las ventas y las ganancias. Samsung vendió 45 millones de aparatos el año pasado y LG 30 millones. Samsung pronostica un crecimiento más lento para este año que LG, un indicio de que la brecha entre ambas compañías se estrechará.
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