La sequía en Sudamérica presagia un año volátil
Los precios del maíz y la soya se acercan a niveles récord
Los precios de productos agrícolas vitales como el maíz y la soya han vuelto a subir y prometen oscilaciones en los próximos meses que dejarían a autoridades internacionales, productores y consumidores con los nervios de punta.
El maíz alcanzó el martes US$6,74 por bushel, el mayor nivel de los últimos seis meses en medio de un suministro persistentemente limitado. Los precios de la soya acumulan un alza de 15% desde mediados de enero, propulsados por una ola de calor que redujo la producción en América del Sur. El trigo, normalmente abundante, ascendió 2% el lunes. El martes, cayó 0,19% a US$6,5 por bushel.
Algunas materias primas se han acercado a sus máximos de 2011, cuando el trigo batió su récord y la soya se negociaba a sus precios más altos en tres años, aunque por el momento siguen muy por debajo de esos niveles.
Las condiciones, sin embargo, podrían cambiar radicalmente. Los agricultores estadounidenses plantarán la mayor área de maíz desde la Segunda Guerra Mundial, según proyecciones del Departamento de Agricultura del país, lo que aumenta las esperanzas de una cosecha abundante después de dos años de caídas.
Esa posibilidad está manteniendo a raya los precios. El maíz para entrega en diciembre, después de la actual cosecha en EE.UU., cuesta 18% menos que el para entrega este mes.
El resultado podría ser un tercer año consecutivo caracterizado por grandes altibajos, con el riesgo de que mayores alzas in-tensifiquen las presiones inflacionarias en China y otros países importadores de alimentos y de que cualquier caída socave una fuente de crecimiento en economías frágiles como EE.UU.
"Estamos en un estado de volatilidad. Eso va a perdurar durante algún tiempo", dijo Pat Westhoff, director del Instituto de Investigación de Política Alimentaria y Agrícola, un centro de estudios de la Universidad de Missouri-Columbia. El instituto preparó un informe para el Congreso de EE.UU. la semana pasada en el que alertó que "muchos de los factores que causaron las recientes oscilaciones de precios siguen presentes".
Una reducción de la producción en América del Sur está detrás del salto en los precios de la soya. En Brasil, el mayor produc-tor mundial del grano, la sequía perjudicó la cosecha en Paraná y Rio Grande do Sul, el segundo y tercer principales productores de soya del país, respectivamente. En Rio Grande do Sul, funcionarios calculan una pérdida total de 5.000 millones de reales, unos US$2.800 millones, en esta cosecha. "Creo que hasta ahora no nos habíamos dado cuenta realmente de la magnitud de las pérdidas", dijo Laércio Pilau, agricultor y presidente de una asociación agrícola regional del estado.
La semana pasada, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), un organismo gubernamental, pronosticó una reducción de 8,7% en la cosecha de soya de este año en comparación con la del año pasado, de 69,2 millones de toneladas a 68,7 millones. El Departamento de Agricultura de EE.UU. también redujo sus estimaciones para la producción en Argentina y Paraguay la semana pasada a raíz de la sequía. En general, la previsión es que la producción global caerá 7% para esta cosecha, el mayor declive porcentual desde mediados de los 90, según Erin FitzPatrick, analista de Rabobank.
Los problemas en América del Sur están inflando los precios, lo que es especialmente preocupante para China, el mayor importador del mundo. La soya juega un papel central como materia prima para la alimentación de los cerdos, la fuente de proteína cárnica preferida de los consumidores chinos. Pero lo que pase con la cosecha de maíz también puede ser importante para China.
Si la oferta mundial se comprime aún más, podría aumentar el riesgo de que líderes de países exportadores decidan tomar cartas en el asunto, imponiendo tarifas o controlando las exportaciones con el fin de frenar la inflación local.
La semana pasada, India congeló las exportaciones de algodón en un intento por contener los precios, si bien ahora se está replanteando la decisión, indicaron algunas autoridades del país.
Por otro lado, una caída en los precios podría perjudicar a los países exportadores. En EE.UU., se prevé que las ganancias netas en efectivo de los agricultores será 11,5% menor este año, según el Departamento de Agricultura. En Brasil y Argentina, el auge de commodities como el trigo y la soya en los últimos 10 años ha alimentado un fuerte crecimiento, contribuyendo a reducir la pobreza y la desigualdad así como impulsando una incipiente clase media. "Será un año muy volátil", señaló Michael Swanson, economista de Wells Fargo. "Esto recién empieza".
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