La revolución tecnológica y los empleos del futuro
-¿La adopción de nuevas tecnologías en los procesos productivos hace que se destruyan empleos?
-Las nuevas tecnologías (Internet de las Cosas, cloud computing, impresión 3D, inteligencia artificial o robótica, entre otras) son una oportunidad para aumentar la productividad de la economía, multiplicar el empleo y contribuir para bajar la pobreza. Si bien suelen reemplazar puestos de trabajo, también tienen la capacidad de crear empleos complementarios, de baja y alta calificación. Estamos en una transformación tecnológica que revoluciona los modelos productivos. Esta revolución es imparable: la discusión no pasa por cómo hacemos para evitarla, sino por pensar creativamente la transformación estructural del mercado de trabajo. El único camino para generar empleo de calidad es aumentar la productividad; esto implica más difusión de las tecnologías, impulsar la economía del conocimiento y tener políticas activas para formar a los trabajadores.
-¿Qué habilidades demandarán los empleos del futuro?
-El empleo del futuro requiere habilidades y competencias que los empleos de hoy demandan en baja proporción y que aún no están incorporadas al sistema educativo: habilidades cognitivas, resolución de problemas, creatividad, trabajo en equipo y habilidades interpersonales. La educación formal todavía no enseña de manera generalizada orientaciones claves. Los ministerios de Producción y Educación abordamos en conjunto esta agenda para, por ejemplo, redefinir la oferta de orientaciones de la escuela secundaria. Y con el Ministerio de Modernización participamos de la discusión global sobre economía digital, crecimiento inclusivo, y empleo y habilidades del futuro en el marco del G-20. Enfrentamos un desafío enorme con las personas menos calificadas, de mayor edad y dedicadas a tareas rutinarias y manuales, que necesitan una transición gradual hacia nuevas tareas que complementen la adopción de tecnología.
-¿Cuáles son las políticas prioritarias para que la revolución tecnológica sea positiva para el empleo?
-La tecnología por sí sola no genera empleos; es imprescindible combinar políticas sociales, productivas y educativas. Por ejemplo, cerrar la brecha tecnológica y bajar el precio de la tecnología (como hicimos tras la quita del arancel a la importación de computadoras), generar incentivos para que las empresas inviertan en capital de conocimiento y adopten tecnologías, y transformar el sistema educativo y de formación profesional. Es clave la colaboración público-privada: según un estudio del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, el 80% de la formación de los trabajadores ocurre dentro de las empresas. Y el actor sindical tiene un rol muy importante, sobre todo en lo vinculado a capacitación y a una mayor adaptabilidad para nuevas tareas.
El autor es secretario de Transformación Productiva de la Nación
Lucio Castro