La revolución digital de los residuos
17 mil toneladas diarias de residuos. Es lo que generamos los habitantes del AMBA, el entorno de acción del Ceamse, entre usuarios domiciliarios e industriales. En la gestión de esa montaña cotidiana de basura a lo largo de todo el extenso y complejo recorrido que implica, la tecnología también comenzó a jugar un rol fundamental. El desafío, que fue tomado por Deloitte Argentina, era diseñar una solución a medida, integral, capaz de dar respuesta a necesidades en múltiples niveles y, al mismo tiempo, amigable y simple de utilizar.
Big data, smart solutions
El tablero de control que desarrolló Deloitte Argentina permite monitorear en vivo todo lo que sucede en el gigantesco circuito, desde las descargas de basura –tanto en las estaciones de transferencia como en los centros de disposición final– o el tonelaje procedente de cada municipio, hasta el tránsito que está pasando por cada estación de peaje del Camino Parque del Buen Ayre; además, ofrece funcionalidades como el análisis de la disposición de los residuos en rellenos sanitarios según su procedencia, de los grandes generadores de basura y sus centros de disposición, o de la deuda de los municipios según el tonelaje descargado, registrado en tiempo real. Y también brinda soluciones para los aspectos administrativos y financieros de la empresa, como los vinculados a la dotación de personal, remuneraciones y cargas sociales, saldos y pagos de diversos proveedores de servicios, balance general de ingresos y egresos (siempre en tiempo real), o el reporte mensual de la facturación relativa a la disposición de residuos, incluyendo el análisis detallado del tipo de residuo facturado para la basura procedente de la Ciudad de Buenos Aires.
"La tecnología de la información hoy es fundamental en nuestra operatoria diaria", dice Alberto Termine, gerente general del Ceamse y agrega: "Logramos obtener datos para la gestión, podemos planificar, interrelacionar todas las variables que tiene nuestra compleja operatoria, compartir información con municipios y contratistas, y a partir de todo eso realizar ajustes y mejorar". Porque, si las empresas modernas dependen de la tecnología para impulsar su transformación, productividad y operación global, las ciudades que quieren volverse inteligentes más todavía.
LA NACION