La revolución del QR: la feroz batalla entre bancos y empresas que se desata detrás de un código
El boom de esta tecnología alimenta una puja por el mercado de comercios y compradores entre las fintech y los bancos
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El código QR funciona de esta manera: apuntando la cámara de un smartphone dentro de una aplicación, el celular lee de qué comercio se trata, qué se compró y cuánto cuesta. Luego, permite elegir con qué tarjeta pagar, u optar por dinero en cuenta. Lleva relativamente poco tiempo de desarrollo en la Argentina, pero el boom de este sistema de cobro inmediato libró una competencia agresiva entre las empresas de billeteras virtuales, fintech y bancos que pujan por conquistar a los compradores y vendedores, además de impulsar nuevas regulaciones por parte del Banco Central.
Aunque otras billeteras como Yacaré ya habían introducido el QR como modo de pago, en 2017 Mercado Libre comenzó a potenciar esta tecnología en la Argentina a través de Mercado Pago. Llevaba años de desarrollo en otros países, particularmente en el continente asiático, y no fue hasta 2020 que el crecimiento aquí se hizo exponencial, para llegar a más consumidores y comercios.
El QR salió a competir con las tarjetas (débito y crédito) con una enorme apuesta para reemplazar al efectivo. Según el Banco Central, crecieron 140,3% los pagos con tarjeta iniciados a través de códigos QR en 2020. Los especialistas estiman que la pandemia provocó en nueve meses lo que proyectaban que ocurriera de tres a cinco años.
Los beneficios por sobre los servicios bancarios tradicionales son múltiples: los vendedores pueden evitar o reducir sus costos de alquiler de las terminales de cobro, no requieren de cuenta bancaria (porque utilizan las cuentas virtuales -CVU- de las billeteras digitales), tienen habilitaciones inmediatas, acreditaciones instantáneas y rapidez al momento del pago. El consumidor, con señal, solo necesita su celular, una aplicación y tener precargada la tarjeta u otro medio de pago propio.
En el 2020, en Argentina, aumentaron 217% los pagos por método QR (44 millones en total). El crecimiento fue mayor en el interior del país y, puntualmente, en el noroeste argentino.
Ante el crecimiento de estos medios de pago, las entidades bancarias comenzaron a preocuparse por no perder su clientela de tarjetas de crédito y débito. Con la intención de retener el circulante en su sistema, varias instituciones locales se aliaron y lanzaron MODO, “la billetera virtual de los bancos” que agrupa cerca de 30 firmas. La propuesta de la nueva app incluye aprovechar las promociones de los bancos, hacer transferencias sin necesidad de CBU, entre otras.
Los competidores continúan multiplicándose. Todo Pago salió a disputar directamente al usuario promedio de Mercado Pago: los comercios de cercanía. Ank es otra propuesta, que pertenece al grupo Itaú Unibanco, que busca agrupar tanto tarjetas como otras billeteras virtuales, y apunta a clientes bancarizados. Con tan solo ocho meses en mercado, ya se realizaron 750.000 descargas de la aplicación. Con un mercado fértil, todos buscan distinguirse o mejorar las ofertas para posicionarse. Bimo, lanzada en octubre del año pasado, busca diferenciarse integrando tarjetas de pago con tarjetas de beneficios automáticamente para aprovechar descuentos. Ya tienen más de 120.000 descargas.
Instalar una billetera virtual requiere de, por lo menos, dos estrategias que van de la mano. Por un lado, el comerciante tiene que tener disponible en su local el QR. Por el otro, el comprador tiene que tener descargada la aplicación. Para lograr este doble objetivo, las empresas y los bancos están compitiendo con ofertas, menores comisiones, promociones, alianzas con grandes cadenas de locales, comunicación directa y educación financiera a pequeños comercios. En algunos comercios se pueden encontrar tres o cuatro QR en simultáneo.
También están implementando fuertes políticas de publicidad y difusión. Pese a las pujas, están de acuerdo en un punto: ganarle al efectivo, el medio de pago mayoritario en Argentina. Por la competencia, además, están logrando efectos sorprendentes en la economía real.
Formalización de los comercios
Agustín Viola, director de Pymes y Emprendedores de Mercado Pago comentó a LA NACION que, según sus estadísticas, nueve de cada 10 usuarios que empezaron a cobrar con la aplicación siempre lo habían hecho en efectivo. Además, el 60% de sus usuarios reportó aumentos en sus ventas desde que utilizan pagos digitales.
El uso del QR y otros pagos digitales incentivan la formalización de pequeños comercios de barrio que siempre manejaron cash. Los vendedores pueden solicitar el servicio a través de la aplicación. Les llegará el kit tras dos horas o hasta tres días luego de solicitarlo, dependiendo de la localidad.
Los especialistas reconocen que esto genera un problema. “El sistema tributario es una de las principales piedras en el zapato para la implementación de estos medios de pago”, dijo Romina Simonelli, representante en Cimpra (Comisión Interbancaria para los Medios de Pago de la República Argentina) por la Cámara Fintech. La preocupación entre las empresas es que los comerciantes se resistan a estas tecnologías, ya que los obliga a declarar ingresos exponiéndolos al fisco.
“Como sabemos que algunos de nuestros comercios parten de la informalidad, diseñamos iniciativas para acompañarlos impositivamente desde el momento de la inscripción. Por ejemplo, ponemos a disposición agencias contables para que los ayuden a formalizarse”, explicó Viola.
Chau al efectivo... ¿y a las tarjetas?
Las empresas están de acuerdo: el QR y otros medios de pago virtual son una declaración de guerra al efectivo. Destacan beneficios como mayor seguridad, más transparencia en la economía personal y educación financiera, entre otras.
Sin embargo, cuando las billeteras digitales reemplazan a los servicios bancarios tradicionales, las alarmas se encienden y la puja se acelera. La preocupación es que se conviertan de billeteras a servicios con cuentas propias dentro de las aplicaciones.
“La tónica común es que queremos que todo pase a pago digital. Nosotros en puntual entramos por el lado de las tarjetas y ponemos foco en mejorar la experiencia de pago”, explicó Gastón de la Fare, COO de Bimo.
“Los medios de pago electrónicos, con o sin banco, reducen brutalmente los costos explícitos, como las comisiones, y los implícitos, como el tiempo que tardás en hacer el pago. Los bancos no quieren perderse ese negocio, pero además no están dispuestos a perder el que ya tienen: las compras con tarjetas”, comentó a LA NACION Ariel Coremberg, economista y director del Centro de Estudios de la Productividad.
“El 93% de nuestra red de QR está conformada por comercios que procesan menos de $50.000 por mes y el 63% de los pagos con QR fueron por montos menores a $750″, comentaron desde Mercado Pago.
Aunque las empresas están delineando estrategias conjuntas con grandes cadenas de supermercados, farmacias y kioskos, entre otros, la pelea contra el efectivo se está dando en los comercios de cercanía: en el minimercado, la verdulería de la esquina y la pequeña peluquería de barrio.
Una traba y una buena noticia
Esta tecnología está creciendo con viento en popa, pero no está exenta de algunas piedras en el camino. Los especialistas destacan dos principales obstáculos, de los cuales podría resolverse en los próximos meses.
“Uno de los problemas es que el Gobierno prohibió el pago de salarios y planes sociales en billeteras electrónicas como Ualá o Mercado Pago. Es una lástima porque son muy amigables para el usuario. Solo se puede cobrar en bancos. Es entendible porque representa mucho dinero para ellos”, dijo Lucas Llach, exvicepresidente del Banco Central.
Sin embargo, comenzó a utilizarse la Tarjeta Alimentar a través de algunas plataformas. Para motivar su uso a través de las billeteras digitales, algunas inclusive ofrecen bonificaciones en las primeras compras.
Claro está que la resistencia del efectivo y la formalización por las cargas impositivas también generan trabas para que se siga difundiendo el uso de estas herramientas.
Sin embargo, las billeteras digitales están a la espera de que el Banco Central regule un concepto llamado interoperabilidad. Esto permitiría que con un solo QR en el comercio, el cliente pueda pagar con la aplicación móvil de su preferencia. Es el equivalente a que con un POS puedas pagar con la tarjeta de débito o crédito de cualquier banco, independientemente de la firma que es dueña y presta el servicio para el funcionamiento de esa terminal.
La inteorperabilidad QR es un hecho en Yacaré🙌
— Yacaré QR (@YacareQR) August 10, 2021
Ahora también podés pagarle a un QR de Yacaré desde @bancoprovincia #CuentaDNI, como ya podías con las billeteras @mercadopago, @ank_argentina, @MODO_Arg, #BNA
Todas las que quieran sumarse, bienvenidas.📱 pic.twitter.com/iWZRXI3LUP
La interoperabilidad evitaría que un mismo local tenga cuatro o cinco QR para cada billetera digital y eliminaría la competencia por lograr más comercios adheridos. Según los especialistas, las empresas comenzarían a poner el foco en los beneficios y promociones para el comprador, más que el vendedor.
El acuerdo sobre esta tecnología es generalizado e incluso ya se está implementando. En junio, Yacaré comenzó a aceptar pagos desde Mercado Pago, MODO y BNA+. Hasta que sea obligatorio, los expertos remarcan que los bancos podrían resistirse debido a que prefieren que el dinero se mantenga en su circuito.
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