La reforma tributaria abrió una grieta entre las empresas tabacaleras
Desde BAT sostienen que los cambios benefician a Massalin y concentrarán el mercado; argumentan que eleva la carga tributaria en el segmento de precio bajo pero que baja en los más caros
La reforma tributaria disparó una guerra entre las dos principales empresas tabacaleras que operan en el país. La propuesta inicial, que fijaba en 70% la alícuota de impuestos internos (el dictamen del Congreso la fijó en 73%) y establecía un impuesto mínimo de $ 28 por paquete de 20 unidades (luego llevado a $ 25 en el dictamen), abrió un enfrentamiento entre British American Tobacco (ex Nobleza Piccardo) y Massalin Particulares, acusada por la primera de ser beneficiada por el nuevo marco impositivo.
“No hay sensatez y no hay razonabilidad en la reforma , que va a concentrar el mercado en la empresa líder”, sostuvo Santiago Pezzati, director de Asuntos Legales & Externos en de BAT Argentina. Según el ejecutivo, Massalin hoy concentra el 70% del mercado y el año que viene, de avanzar la reforma, crecerá al 75%.
Los argumentos parten de su análisis del impacto que tienen sobre los diferentes segmentos de precios de cigarrillos los cambios impositivos propuestos, que en los hechos bajan la alícuota de impuestos internos (la ley vigente lo establece en el 60%, pero se elevó al 75% actual con un decreto desde mayo de 2016, extendido en 2017).
Según sostienen en BAT, al bajar la alícuota de impuestos internos en simultáneo a un incremento del impuesto mínimo, la reforma baja la presión impositiva total para los cigarrillos de precio medio y alto, mientras que la eleva para los segmentos de menor valor. “En el rango bajo ( sube del 80 al 90%, mientras que entre los de precio medio y alto (de $ 50 a $ 62) baja del 80 al 77%”, estimó Pezzati en referencia a la reforma.
De acuerdo al ejecutivo esta medida beneficiaría a Massalin (Marlboro, Philip Morris, entre otros), cuyo volumen de ventas se concentra en un 83% en el segmento de precio alto que recibe una reducción impositiva (17% en el segmento de precio bajo) y perjudicaría a BAT, cuyo mix de ventas comprende un 30% de cigarrillos de precio bajo y 60% en los de mayor valor. “El Gobierno dice que es una medida neutra, pero no hicieron el análisis de cómo impacta a cada empresa”, reclamó quejó Pezzati.
Según cifras de BAT, en la Argentina se venden anualmente 35.000 millones de cigarrillos. El mayor volumen corresponde a marcas de medio y alto precio (70%), mientras que el 30% restante corresponde a los sellos bajos y, en participación minoritaria, sustitutos como los cigarritos y el tabaco en hebras. En tanto, estimaciones del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) marcan que anualmente en el país se generan 44.851 muertes vinculadas con el consumo de tabaco.
“Cualquier medida que reduzca el 75% también beneficia a las marcas más caras, porque baja la carga tributaria en ese segmento”, añadió Pezzati a LA NACION luego de que se firmara el dictamen de mayoría en el Congreso que introdujo las modificaciones a la propuesta inicial del Ejecutivo. Según sus los números ya mencionados, tanto BAT como su competencia tienen su mayor volumen de ventas (60% y 87%, respectivamente) en el segmento de productos de precio medio y alto, los que según Pezzati se beneficiarían con la reforma. Según el ejecutivo, ese impacto positivo no llega a compensar la mayor carga impositiva del segmento bajo.
Desde Massalin, mientras tanto, negaron que la reforma tributaria tenga un impacto positivo en su rentabilidad. “La reforma tributaria es igual para las dos compañías. Tenemos productos en todos los segmentos con la empresa y tenemos consumidores que eligen marcas de precio bajo”, explicaron desde la empresa.
Otro reclamo de BAT tiene que ver con el cambio impositivo para sustitutos. La reforma tributaria propone subir del 16% al 20% los impuestos para los cigarritos y del 20% al 25% para el tabaco en hebras. Esta empresa participa del segmento con la marca Richmond, mientras que Massalin no comercializa tabaco para armar pero sí cigarritos, con sello Dorado. “Nos parece razonable que suban la alícuota de impuestos, pero sí que incluyan un monto mínimo”, dijo Pezzati.
En este sentido, argumentan que se trata de sustitutos de menor precio que, al encarecerse, incentivarían el comercio ilegal. “La reforma tributaria va a generar un incremento de los productos ilegales”, advirtió Pezzati quien dijo que tras el incremento en los impuestos de 2016, que elevó un promedio 40% el precio de los cigarrillos, creció del 10% al 14% del mercado el comercio ilegal, un rubro sobre el que no hay informes o datos públicos u oficiales. "Son estimaciones que hacemos a partir de encuestas junto a Kantar", dijo el ejecutivo.
"Con esta reforma, estimamos que va a pasar del 14% al 22%”, sostuvo el ejecutivo, aunque no precisó qué impacto tendría el nuevo marco impositivo sobre los precios. “Nos basamos en casos propios. Según nuestras estimaciones, por ese 14% el Estado va a dejar de recaudar $ 4000 millones, mientras que con el crecimiento del 57% que estimamos, se va an a perder $ 14.000 millones en 2018”, planteó.
Según los ejecutivos de BAT, el incremento de la presión impositiva propuesta no implicará una caída en el consumo de tabaco, sino una compresión de la brecha de precios (se encarecen los baratos, se mantienen los más onerosos) y un mayor consumo ilegal. “Históricamente, las mejoras sostenibles en el tiempo y las que tienen más efecto son las campañas de salud y educación sostenibles. Una política de salud no puede basarse en un shock de precio”, afirmó Pablo Tomaselli, director de Asuntos Legales y Externos de BAT Cono Sur.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que aumentar los impuestos es una de las seis herramientas centrales para reducir el consumo de tabaco. Así lo establece en el Convenio Marco para el Control de Tabaco, un tratado internacional firmado en 2003 y refrendado por más de 180 países (la Argentina lo firmó pero aún no lo ratificó), que establece que el aumento del precio y los impuestos al tabaco son la medida individual más costo efectiva para el control del consumo y a alentar a los fumadores a abandonar su hábito.
En este sentido, una encuesta de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina realizada en diciembre de 2016 y difundida en julio de este año, reveló que tras el incremento de impuestos de 2016 y el consecuente aumento en el precio de los cigarrillos, cuatro de cada diez fumadores cambió sus hábitos de consumo. De acuerdo con esa investigación, 8 de cada diez dijo que redujo su cantidad de cigarrillos diarios. mientras que la mitad empezó a comprar paquetes de 10 unidades, en lugar de 20.
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