La realidad no es “masilla-masilla”, sino “masilla- arcilla”
Por más perspicaces que sean los empresarios, no todos pueden, y menos aún de inmediato, dejar de producir una cosa para hacer otra; creer que una fábrica se puede reconvertir del día a la noche es aplicar erróneamente criterios de los mercados financieros a la actividad industrial o agropecuaria
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Se necesitan segundos para dejar de tener efectivo y poseer una máquina, pero ¿cuánto tiempo se necesita para, a través del funcionamiento de dicha máquina, poder volver a tener efectivo? Además de lo cual, las máquinas son tanto más productivas cuando más especializadas sean; de la misma manera que, en una universidad, difícilmente sea un buen profesor quien piensa que puede dictar cualquier materia. Pero esto quiere decir que, por más perspicaces que sean los empresarios, no todos pueden, y menos aún de inmediato, dejar de producir ravioles para comenzar a producir celulares. ¿Qué implicancias tiene todo esto, en un proceso de desregulación y apertura de una economía?
Al respecto consulté al noruego Leif Johansen (1930-1982), graduado y profesor en la Universidad de Oslo. Alumno de Ragnar Anton Kittel Frisch y Trygve Haavelmo, según Robert Merton Solow, debe ser considerado el sucesor de ambos. Fue uno de los fundadores del Journal of Public Economics. Miembro del Partido Comunista de su país, según Karl Henrik Borch, su militancia no afectó su trabajo profesional, pero le impidió conseguir una visa para ingresar a Estados Unidos. Por lo cual nunca pudo aprovechar una invitación cursada por el MIT, para que fuera cuando quisiera, a hacer lo que quisiera. Lo entrevisté por una importante monografía, que publicó en 1959.
-¿Cuál es la idea central de su trabajo, referido a la flexibilidad entre los servicios que prestan el trabajo y el capital, en la teoría del crecimiento económico?
-Antes de comprar una máquina, el dueño de una empresa puede decidir qué combinación de cantidades de trabajo y capital le conviene utilizar para producir determinada cantidad de bienes. Pero una vez que la compró, la cantidad de servicios laborales depende de manera fija del equipo adquirido. De manera entonces que la relación de uso de trabajo y capital puede ser variable antes del acto de inversión, pero se convierte en fija después.
-Idea que, en la literatura económica, se asocia con la masilla y la arcilla.
-Así es. Se puede modelar masilla para armar un castillo, y después recuperar la forma original; en cambio con arcilla, una vez que se fabricó un jarrón, y se lo horneó, no hay forma de volver atrás. La feliz nomenclatura no me pertenece a mí sino a Edmund Strother Phelps, quien trabajó sobre líneas parecidas, al mismo tiempo que yo.
-No se ofenda, pero: ¿no es obvio que la flexibilidad “ex ante”, se convierte en la rigidez “ex post”?
-No me ofendo, pero le recuerdo que los libros de texto de microeconomía ignoran este punto fundamental. Mi contribución consistió en modelar la referida asimetría e incorporarla a los modelos de crecimiento económico. La evolución económica se entiende mejor desde la perspectiva “masilla-arcilla”, que desde la óptica “masilla-masilla”.
-En términos de políticas económicas prácticas, su contribución reside, aunque parezca paradójico, en la frecuencia con la cual no se la tiene en cuenta.
-Permíteme elaborar. Quienes piensan que, de la noche a la mañana, las fábricas se pueden reconvertir, discontinuando lo que venían haciendo, para ponerse a elaborar otras mercaderías, y reestrenando a su personal, sencillamente no piensan, o nunca visitaron una fábrica. En algunos casos, están trasplantando indebidamente el funcionamiento de los mercados financieros a los sectores agropecuario, industrial...
-Usted está diciendo que todo proceso de transformación no comienza de cero, sino de lo que existe. Obvio.
-Obvio, pero me pregunto cuántos analistas y funcionarios lo tienen en cuenta al efectuar diagnósticos y formular propuestas.
-¿Cuánto demoran los empresarios en advertir que algo está cambiando en el contexto en el cual se desempeñan?
-Los empresarios, como los sindicalistas y los deportistas, son un grupo heterogéneo. Pero está en la esencia del empresario estar más alerta que el resto de los seres humanos, frente a los riesgos y las oportunidades. Ejemplo: ¿desde cuánto el presidente Javier Gerardo Milei viene anunciando que se acabó una forma de hacer las cosas, tanto en el sector público como en el privado? Desde el 10 de diciembre de 2023, cuando comenzó su gestión presidencial. Lo que en algunos casos puede ocurrir, como bien señala Guillermo Antonio Roberto Calvo, es que -en función del pasado- algunos empresarios demoren en adoptar decisiones, porque dudan de la persistencia de las reformas.
-Y de cómo conseguir los fondos para financiar la reconversión.
-Así es. Al respecto parece lógico que comprometan fondos propios y, de manera complementaria, créditos bancarios o emisión de deuda privada. El cambio tecnológico, como la modificación de la estructura de producción, no caen del Cielo sino que aparece incorporado en las nuevas máquinas.
-Lo cual implica que la reconversión toma su tiempo.
-Esto no quiere decir que la decisión demora, sino que el tiempo que transcurre entre que se adopta y aquel en el cual aparecen sus frutos se mide en meses, cuando no en años.
-No lo quiero comprometer, pero en Argentina 2024 desde hace un buen número de meses vengo reclamando que sincronicen las medidas que facilitan las importaciones, con aquellas que reducen los costos de producción locales, que están fuera del control de los empresarios.
-Desde el punto de vista de lo que estamos discutiendo aquí, la clave es la “señal” que el Poder Ejecutivo Nacional les está enviando a los integrantes del sector privado. No me refiero a puntualizaciones específicas, demandadas por quienes no tienen idea de cómo se adoptan las decisiones en el sector público; pero sí un mensaje básico de que se quieren aprovechar las ventajas del comercio exterior, pero no a cualquier costo.
-Lo cual pone sobre el tapete la cuestión de la restricción externa, la industrialización sustitutiva de importaciones...
-No, por favor. Esto no tiene nada que ver con la grandilocuencia doctrinaria, sino con cuestiones concretas. El fabricante de abrelatas, cuya planta está ubicada en La Matanza, necesita saber si seguirá a merced de algún sindicalista ideologizado, algún juez que le liquidará una indemnización por despido, más allá del ajuste inflacionario, además de la pulseada impositiva entre el presidente Milei y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Planteo basado en la más absoluta ortodoxia económica.
-En una palabra, ¿qué tiene que saber quien hoy tiene una fábrica?
-Si el Estado le hará competir con el producto importado, en iguales condiciones impositivas, de dumping, sindicales, jurídicas. Salarios, tendrá que discutir con su personal; ganancias, tendrá que ver cuánta consigue, en un contexto más competitivo.
- Don Leif, muchas gracias.