La potencia para cambiar el curso de la historia
Los logros del primer año de gestión del Gobierno tienen la energía para salir del fracaso económico del último siglo; se frenó la emisión, la inflación cae como un piano y en breve se podrá sacar el cepo
- 6 minutos de lectura'
El cambio de modelo económico que inició el presidente Javier Milei tiene la potencia estructural para salir del fracaso económico de las últimas dos décadas. Pero tomando todavía mayor distancia, los logros del primer año de gestión tienen la energía para salir del fracaso económico del último siglo.
Lo que hace la diferencia es la carta que la Argentina nunca jugó en la historia: el equilibrio fiscal. Pero no confundir, la prudencia fiscal es mucho más que una herramienta macroeconómica que permitirá erradicar la inflación y poner freno al endeudamiento público del último siglo. Es justamente rediscutir el rol del Estado en la economía.
Sostener el equilibrio fiscal con la convicción que lo hace este Gobierno, augura dejar atrás un siglo de fracasos económicos, porque implica que finalmente el Estado toma otro rol en la sociedad. Culmina el “Estado empresaUrio repartidor de prebendas” y renace el Estado garante de libertades constitucionales.
Desde el minuto cero el presidente Milei busca el desarme en simultáneo de los dos modelos económicos que destruyeron el país el último siglo. Como si fuera una Mamushka de crisis, Milei primero inició el desarme del “socialismo del siglo XXI” que impuso el kirchnerismo las últimas dos décadas. Pero también ataca el modelo de fondo que inmediatamente aflora, el “capitalismo de amigos” caracterizado por una economía dirigida, cerrada y groseramente corporativa que fue el norte del último siglo.
Varios presidentes pasaron con el único anhelo de ser el patrón de estancia. Escalar lo que ya sucede en varias provincias. Llevar las riendas y poner a tiro la zanahoria, mientras se decide a dedo qué amigos se suben al carro. Ser el tuerto entre los ciegos. Hasta que un día la sociedad decidió abrir los ojos.
Dos décadas de “Socialismo siglo XXI”
Lo que caracterizó al “socialismo del siglo XXI” fueron las expropiaciones, la destrucción de las estadísticas para mantener vivo el fuego del relato, y el apoyo explícito de la Argentina a todas las dictaduras de la región.
En 2002 el peronismo expropió los depósitos del sector privado y en 2008 expropiaron los ahorros en las AFJP. En 2008 también expropiaron Aerolíneas y en 2012 expropiaron YPF. La lista de todo lo expropiado suma más de US$150.000 millones a precios de hoy (20% del PBI) y la mayor parte del robo estatal se hizo con la complicidad legislativa de partidos políticos que falsamente se vendían como oposición.
Sin propiedad privada nadie invierte y todo terminó en dos décadas de sostener la farsa con el placebo del gasto público. Repartiendo dádivas se duplicó el tamaño del Estado y para financiarlo se apeló a la expropiación, al endeudamiento y a la emisión monetaria.
Desde el 2002 el peronismo aumentó la deuda pública en US$300.000 millones y Cambiemos en US$60.000 millones. Pero como no alcanzó también reventaron todas las reservas del BCRA (US$70.000 millones) y emitieron pesos para dejar la economía con tres dígitos de inflación y a las puertas de una hiperinflación. Pese a la expropiación de ahorros privados y públicos, la economía hace 14 años que no crece, por si quedan dudas que fue un placebo.
El primer renglón del “Pacto de Mayo” compromete a Nación y provincias a respetar la propiedad privada nuevamente en la Argentina. Si bien la palabra de un político está más devaluada que el peso, es un inicio para reconstruir la confianza y terminar con el Estado expropiador de las últimas dos décadas. Reconociendo que sin propiedad privada toda sociedad colapsa, porque pierde sentido el trabajo si nadie puede capitalizar su esfuerzo.
Un siglo de la Argentina corporativa
Los radicales nacieron corriendo por izquierda a los conservadores, y décadas más tarde, los peronistas nacieron corriendo por izquierda a los radicales. La vida política del último siglo en la Argentina siempre fue con partidos progresistas o centro izquierda. Incluso la Coalición Cívica es un apéndice por izquierda de los radicales, y lo mismo el kirchnerismo del peronismo. Sin cultura liberal en el espectro político, la Argentina fue tierra fértil para una endogamia de ideas que no encontró límite para el gasto público, el “Estado presente” y el “Estado empresaUrio”.
Los controles de precios, los controles de cambios, y los férreos controles sobre el comercio exterior, todo sazonado con gasto público hasta que duela el déficit fiscal, son parte de la política económica de todas las presidencias del último siglo. Las únicas dos experiencias en que la Argentina se corrió de ese mantra, rápidamente llegaron oleadas de inversiones extranjeras: primero con Frondizi y luego con Menem.
Pero en las dos oportunidades, sectores buscaron defender los privilegios y las prebendas “ganadas”, dedicando el esfuerzo para evitar que la Argentina cambie de modelo económico. No puede sorprender que la Argentina en 2023 estaba con el mismo modelo económico de 1943: de espalda al mundo y loteando el mercado interno desde los ministerios.
Peor aún, porque en estos 80 años se crearon leyes con el único objetivo de que los privilegios y prebendas tengan rango de ley, para dificultar todavía más el cambio de modelo económico. La Argentina fue forjando una estructura legal de economía cerrada: tributaria, laboral y comercial, todo para cuidar los kioscos de algunos, antes que las libertades constitucionales de todos.
Equilibrio fiscal como piedra refundacional
Mientras que en las economías abiertas los negocios surgen de las buenas ideas, en economías cerradas los negocios surgen del escritorio correcto.
La Argentina nunca salió del modelo corporativo el último siglo no solo por una cuestión filosófica, sino simplemente porque el gasto público permite comprar votos y la economía cerrada repartir negocios. “Estado Presente S.A.”
Sin mayoría legislativa, ni gobernadores, Javier Milei concretó el ajuste fiscal más grande de la historia para poner en caja al Estado por primera vez en más de un siglo, casi sin costo en el nivel de actividad, bajando la inflación y la pobreza. Puso en evidencia que el relato lleva un siglo.
2025 será el segundo año con equilibrio fiscal y el resultado ya está a la vista. Se frenó la emisión monetaria, la inflación cae como un piano y se cortó en seco el endeudamiento del Estado. Los agregados monetarios se estabilizan y en breve se podrá sacar el cepo sin correr riesgo alguno. Los temores del “atraso cambiario” no tendrán sentido cuando la moneda flote por primera vez desde la creación del BCRA. Los fantasmas de la “apertura económica” sólo existen para quienes arman el negocio sobre la base de prebendas de la Argentina ventajita.
La globalización también globalizó la forma de hacer macroeconomía, buscando facilitar el comercio internacional, llave del progreso de cualquier sociedad. La agenda de reformas es inmensa porque es a contrapelo del modelo económico que se gestó durante 80 años.
Pero la Argentina está viviendo un momento histórico. Después de perder un siglo entre el capitalismo de amigos y el socialismo del siglo XXI, Javier Milei se cargó al hombro la batalla cultural y logró el renacer de la cultura liberal en Argentina, poniendo en discusión el rol del Estado en la sociedad. Tras el primer año de Gobierno, forjó el cambio de modelo económico con equilibrio fiscal. Después de un siglo de divagar, prendió el faro de la libertad.