La picada no logró imponer el maní
La Argentina exporta 80% de los granos que produce; el consumo interno es aún bajo

La picada se gana un lugar cada vez más destacado en la carta de los argentinos. Sin embargo, pese a la tradición amiguera que esconde en sus platillos, aún no ha logrado posicionar al país como un gran consumidor de maní, un infaltable en las tablas.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, los argentinos consumen 250 gramos de maní por año, muy por debajo del registrado en los países de consumo tradicional como en la Unión Europea, donde ronda los cinco kilogramos.
"Los usos en la industria local varían entre snacks o insumo para la elaboración de chocolates y otros productos de confitería", dice el trabajo de Carolina Blengino del área de Estudios Sectoriales de la Dirección de Agroalimentos.
Una de las típicas economías regionales de la Argentina es la siembra de maní. La producción está prácticamente abocada a la exportación ya que 80% se destina al mercado externo. Las plantaciones se concentran en Córdoba (90%), además de San Luis y La Pampa, y producciones marginales en departamentos de Salta y Jujuy.
El principal producto, en términos de ventas al exterior, es el "maní blancheado, preparado o conservado con una participación de 49% en el total exportado, seguido por el maní sin cáscara –sin cocer ni tostar– con un 38 por ciento, y el aceite de maní en bruto, 10 por ciento", se lee en el documento.
Una de las características de la Argentina es que se ha consolidado como el primer exportador de maní confitería, desplazando a productores como China y Estados Unidos, básicamente por cuestiones de calidad y adaptación a los requerimientos mundiales para su comercialización.
Las exportaciones del complejo de maní rondaron los 649 millones de dólares y 519.000 toneladas en 2014, un 10% por debajo de las registradas en 2013.
