La ortodoxia del Bundesbank se enseña en un castillo
HACHENBURGO, Alemania—Detrás de los muros de un castillo del siglo XII que se empina sobre un valle boscoso a 48 kilómetros en auto del pueblo más cercano, Alemania capacita a su primera línea de defensa contra la inestabilidad externa.
Hace mucho tiempo, Schloss Hachenburg era un palacio para los condes de la región. Hoy alberga una academia exclusiva para unos 350 jóvenes. El castillo ofrece solo un título: banca central. ¿El estudiante típico? "Reacio al riesgo", dice el rector de la escuela, Erich Keller.
La moneda alemana desapareció en 2002 con la llegada del euro y el país designa apenas uno de los 25 miembros del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, al igual que Malta. De todos modos, el Bundesbank, el banco central alemán, sigue siendo una institución sacrosanta y su universidad interna, la Universidad de Ciencias Aplicadas del Banco Central Alemán, sigue produciendo graduados.
Cerca de 25% de los casi 10.000 empleados del Bundesbank han pasado por el programa de tres años, incluyendo muchos en la cúpula. Más de cuatro de cada cinco graduados del programa trabajan para el banco central alemán 10 años después de haberse egresado.
En medio de una Unión Europea marcada por un alto desempleo, el terrorismo, la llegada de refugiados, tasas de interés negativas y la posible salida británica del bloque, Schloss Hachenburg permanece como una isla de estabilidad.
El compromiso inquebrantable del Bundesbank con una moneda estable nació en un período de hiperinflación a fines de los años 20 y apuntaló el crecimiento económico de la posguerra de Alemania Occidental.
Ahora, el banco central alemán se somete a la autoridad del BCE, que establece la política monetaria de los 19 países de la zona euro. Esto ha dejado al Bundesbank con una influencia equivalente en el seno del BCE a la de un banco regional de la Reserva Federal en Estados Unidos.
Aunque su personal se ha reducido a la mitad desde principios de los años 90, el Bundesbank tiene el triple del tamaño del BCE y está expandiendo su universidad: la clase que comienza a estudiar en octubre tiene 15% más alumnos que la anterior.
El banco central alemán todavía conserva "una imagen de confianza" entre los alemanes, dice el estudiante Johannes Schopp. Esa fe se remonta a décadas atrás. En 1992, el entonces presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, observó que "no todos los alemanes creen en Dios, pero todos creen en el Bundesbank".
Schopp cuenta que dejó su carrera en un banco de ahorros alemán para asistir a la academia del Bundesbank porque quería "ayudar a mantener la estabilidad".
Las clases se imparten en aulas pequeñas con candelabros en el techo y vistas panorámicas. Comienzan a las 7:30 de la mañana en punto. Hace poco, unos 25 estudiantes estaban aprendiendo a valorar derivados. "Usamos el libro de texto alemán, no el estadounidense", subrayó la profesora, Beate Juettner-Nauroth. El enfoque alemán es más preciso, enfatizó.
La competencia por ingresar al programa de tres años es feroz, con 10 postulantes por plaza. Los alumnos no pagan matrícula y reciben hasta 1.400 euros (US$1.600) al mes en estipendios, pero deben trabajar en el Bundesbank durante al menos cinco años después de graduarse.
Keller, uno de los primeros estudiantes de la academia en 1980, cuenta que uno de los criterios más importantes de admisión es cómo los candidatos encajan en la organización. A pesar de que el plan de estudios está muy cargado hacia las finanzas, quienes aspiran a hacer carrera en la banca de inversión no son especialmente bienvenidos. "Los muchachos que están muy orientados hacia el dinero deberían irse", señala Keller.
La reputación del Bundesbank experimenta un renacimiento en Alemania, gracias a sus esfuerzos para proteger a los ahorradores alemanes de las políticas del BCE. El banco central germano está repatriando cientos de toneladas de oro alemán depositado en bóvedas de Nueva York y París después de un debate público sobre si todavía existía, y está renovando su Museo del Dinero en Fráncfort.
Funcionarios del Bundesbank han denunciado las políticas experimentales del BCE para estimular la modesta recuperación económica de Europa con compras masivas de bonos soberanos. Mario Draghi, el presidente italiano del BCE, ha devuelto el golpe criticando la política alemana de decir "no a todo".
Las tasas de interés negativas introducidas por el BCE están "destruyendo la función de las tasas de interés", lamenta Keller. El BCE se negó a comentar.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, es bien acogido en eventos públicos en todo el país. Los alemanes aplauden sus disputas con Draghi, quien recientemente fue satirizado en la primera página del principal periódico de negocios de Alemania, donde apareció encendiendo un cigarrillo con un billete de 100 euros.
El Bundesbank compró el castillo en ruinas durante un proceso de liquidación en los años 70, cuando la economía estaba en auge y las palabras de los miembros de la junta del Bundesbank hacían temblar a los gobiernos de Europa. Los interiores meticulosamente restaurados del castillo evocan esos días.
Algunos alemanes se preguntan si el costo de la academia, estimado en 38.000 euros por estudiante al año, vale la pena.
La Oficina de Auditoria Federal de Alemania está examinando el asunto. Los auditores harán recomendaciones al Parlamento alemán.
Keller dice que la academia es un buen negocio para los contribuyentes. "Hay que captar estas personas cuando no saben su valor de mercado", dice sobre los alumnos y aspirantes a empleados del banco central. El costo de empleo promedio del Bundesbank, argumenta, es inferior al de sus homólogos europeos, que deben atraer profesionales externos.
"KPMG está interesada en mis alumnos, pero no los dejo entrar", afirma. KPMG se negó a comentar. Keller agrega que Rusia, China y Bielorrusia tienen academias similares. Ucrania posee dos. Todas ellas tienen programas de intercambio de estudiantes con Hachenburgo, aunque las tensiones políticas en Ucrania han congelado algunos programas. "Hay menos ejemplos en los países con economías de mercado", observa.
Los salarios relativamente bajos están haciendo más difícil que el Bundesbank compita por personal con el BCE, que se está expandiendo y que puede ofrecer el doble de remuneración, dice Keller. Recientemente, más de 100 empleados abandonaron el Bundesbank más o menos al mismo tiempo para ser parte de un nuevo organismo de control bancario del BCE, señala.
Aun así, los estudiantes y profesores sostienen que asistir a Schloss Hachenburg para aprender técnicas contra la inflación que tienen décadas de antigüedad en una ciudad medieval es una experiencia única. "Les digo a mis amigos en casa que cuesta imaginar cómo es la vida aquí", dice Schopp, el estudiante.
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