La muerte de Chávez abre la puerta a una reforma de PDVSA
La industria petrolera de Venezuela es la que se llevó la peor parte del sueño socialista de Hugo Chávez. Ahora la muerte del carismático líder les da a sus sucesores la oportunidad de explotar su potencial, aunque pocos —dentro y fuera del régimen— anticipan un renacimiento inmediato.
Durante la gestión de Chávez, una enorme huelga del sector petrolero, el despido de miles de ingenieros clave, un mantenimiento pobre, accidentes frecuentes en refinerías y el desvío de ingresos provenientes del crudo a programas sociales y subsidios a aliados extranjeros paralizaron la estatal Petróleos de Venezuela SA.
Pese a tener las mayores reservas de petróleo del mundo, la producción de crudo de Venezuela ha caído casi un tercio a alrededor de 2,5 millones de barriles al día (aproximadamente una cuarta parte de la producción de Arabia Saudita) desde que Chávez asumió el poder hace 14 años, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos. Sin embargo, PDVSA asegura que sigue produciendo 3 millones de barriles diarios.
Un trato más severo con las compañías extranjeras durante la presidencia de Chávez también ahuyentó a gigantes estadounidenses como Exxon Mobil Corp. y ConocoPhillips en 2007, y causó que las pocas compañías que se quedaron redujeran sus inversiones.
Aun así, es poco probable que la política petrolera del país cambie significativamente en el corto plazo, ya que se espera que los sucesores de Chávez en el Partido Socialista Unido de Venezuela construyan una base de poder político sobre la Revolución Bolivariana, que amplió la intervención del gobierno en los sectores económicos más importantes.
"El petróleo es del pueblo, ese principio está arraigado en nuestras conciencias", dijo Rafael Ramírez, el ministro de Petróleo y Minería, el martes tras anunciarse la muerte de Chávez.
Ramírez agregó que PDVSA continuaría el camino trazado por Chávez, manteniendo su enfoque en programas sociales y un firme control de las vastas reservas de petróleo.
Sin embargo, una caída en la producción petrolera y una mayor producción de gas de esquisto en Estados Unidos, el principal cliente de Venezuela, podría forzar un cambio de dirección. Si no se producen nuevas turbulencias políticas y militares en el Medio Oriente, los precios globales del petróleo parecen "un globo que se desinfla lentamente", dijo Amy Myers Jaffe, directora ejecutiva de energía y sustentabilidad de la Universidad de California-Davis. El gobierno venezolano no puede contar con los altos precios del crudo para financiar un mayor gasto público, añadió.
Una retórica anticapitalista cobró fuerza en los días previos a la muerte de Chávez. La semana pasada, el presidente interino, Nicolás Maduro, acusó a Chevron Corp., la segunda petrolera de EE.UU., de agresión contra Ecuador en relación a una demanda multimillonaria por contaminación medioambiental, que enfrenta a la empresa con sus demandantes ecuatorianos.
Los comentarios sorprendieron a la industria ya que Chevron, la única gran petrolera estadounidense que sigue en Venezuela, era vista por Chávez como un inversionista clave, y le está prestando al país US$2.000 millones para elevar la producción en su empresa conjunta.
Un vocero de Chevron no quiso comentar al respecto.
No obstante, la muerte de Chávez brinda una oportunidad para que un nuevo gobierno elimine algunas de las cargas sobre PDVSA, la cual ha provisto miles de millones de dólares en petróleo barato a Cuba y otros gobiernos amigos de Venezuela, dijo Carlos Jordá, un consultor asentado en Houston, quien en su día ocupó un alto cargo ejecutivo en la petrolera.
En 2000, Chávez firmó su primer acuerdo petrolero con Cuba, proveyendo a la isla comunista con 53.000 barriles diarios a una tarifa rebajada, una suma que en la actualidad se ha elevado a 110.000 barriles al día. A cambio, el gobierno cubano envió 40.000 doctores y expertos a Venezuela para apoyar los programas sociales desarrollados por Chávez.
Jordá, que opina que esos acuerdos son insostenibles, agregó que los precios locales del petróleo, los más bajos del mundo, también tendrán que subir en algún momento. El costo para el país de los subsidios de combustible para consumo interno también se ha elevado porque accidentes de refinería obligaron al gobierno a importar cantidades cada vez mayores de gasolina, según la EIA. Caracas niega que importe combustible.
El empeoramiento de las condiciones fiscales también forzará a los sucesores de Chávez a mejorar las relaciones con los inversionistas extranjeros y eliminar cuellos de botella creados por el estilo de gerencia sumamente personalista e intervencionista del mandatario fallecido, dijo Jim Loftis, socio de la firma legal Vinson & Elkins.
Para alcanzar su máximo potencial, toda la industria petrolera de Venezuela necesita ser reinventada, algo que es poco probable, dijo Luis Pacheco, un ex ejecutivo de PDVSA que fue despedido en 2003 junto a otros 20.000 empleados que se oponían a Chávez.
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