Juicio por la estatización de YPF: la Justicia de España es la última esperanza
Pasaron ya más de ocho años desde que el exministro de Economía Axel Kicillof se presentó en el Congreso para explicar el plan para expropiar el 51% de las acciones de YPF, que en ese entonces le pertenecían a la petrolera española Repsol. En sus cálculos, el actual gobernador de Buenos Aires estimaba pagar US$5000 millones por aquel paquete accionario, casi el doble de lo que vale hoy la compañía al sumar el 100% de las acciones: US$2258 millones, según el cierre de la cotización de ayer.
El costo de aquella decisión terminó siendo mayor, luego de que la familia Eskenazi, propietaria de las empresas Petersen Energía Inversora y Petersen Energía entrara en quiebra en España, por no poder hacer frente al crédito sindicado que había recibido para comprar el 25% de las acciones de YPF. Ese préstamo que había aprobado Credit Suisse junto otro grupos de bancos tenía como garantía el pago de utilidades de las acciones de YPF.
Una vez presentada en quiebra, el fondo inglés Burford Capital adquirió el derecho de litigar contra la Argentina e YPF por 15 millones de euros y un 30% de la indemnización que resulte del juicio. Sin embargo, en la práctica, el grupo Petersen no cedió los derechos del crédito litigioso, ya que el juicio en Nueva York está a nombre de sus empresas, y no de Burford Capital. Esto podría tratarse entonces de una asistencia financiera que el fondo le adelantó al grupo para pagar los costos del juicio y para que la demanda quede bajo el nombre de las empresas Petersen. La familia Eskenazi, por su parte, niegan tener alguna vinculación con la causa.
Esta diferencia implicó que la Argentina presentara en los tribunales españoles un juicio por simulación, para demostrar que, en realidad, Petersen cedió el derecho a litigar, ya que Burford elige a sus abogados y puede transar sin llegar a un acuerdo con el liquidador; además de quedarse con el 70% de las ganancias que reciba en caso de obtener una sentencia favorable.
Si la Argentina logra demostrar esta diferencia, se podría anular el juicio en Nueva York por dos razones. En primer lugar, porque la demanda estaría mal iniciada ya que debería estar a nombre de Burford, y no de Petersen. Segundo, porque si Petersen vendió su crédito litigioso, la Argentina tenía derecho previo a comprarlo por el mismo monto, y en ese caso, se hubiera caído la demanda.
Al cierre de esta nota, el Grupo Petersen se contactó con LANACION e indicó que "es totalmente ajeno a la demanda. Fue la justicia española, que administra la quiebra, la que remató los derechos a litigar, que fueron adquiridos por Burford (el mismo fondo que ganó el juicio contra la Argentina por la expropiación de Aerolíneas). Es decir, Burford compró a la justicia española la quiebra y con ella los derechos a litigar contra la Argentina y presentó en 2015 la demanda en los tribunales de Nueva York".
"Al momento de presentarse la demanda, el Grupo no tenia ya vinculación con esas dos empresas Petersen. El nombre de la causa "Petersen" es solo porque las empresas siguieron existiendo, pero ya en quiebra. Los derechos los maneja el Sindico (juzgado Mercantil Nº 3 de Madrid)", agregaron.
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