La “joya” del mercado: la acción argentina que se disparó un 800% en el último año

Un año atrás, comprar una acción de Havanna (HAVA) costaba $155. Menos de lo que salía el típico alfajor marplatense. Sin embargo, desde entonces, la compañía no ha hecho otra cosa que crecer dentro de la Bolsa argentina y hoy el mismo título accionario se posiciona en los $1358. Una revalorización del 805% en tan solo 12 meses.

Casi siete años atrás, el 6 de junio de 2016, Havanna decidió salir al mercado accionario con un 10% de su capital. Un total de 4,2 millones de acciones. En ese entonces, explicaron que las intenciones eran recaudar más de US$200 millones para seguir con su expansión y, de paso, “transparentar al máximo la compañía y que cualquier inversor conozca los números”. La acción comenzó valiendo $37, lo equivalente a US$2,6.

Los primeros años no fue considerada una buena inversión. Al ajustar por el tipo de cambio contado con liquidación (CCL), su valor fue descendiendo hasta tocar un mínimo de US$0,64 en noviembre de 2021. Pero el quiebre llegó en agosto del año pasado. Entre su expansión más allá de las fronteras argentinas y los buenos resultados financieros, el volumen de operaciones en la Bolsa empezó a aumentar.

Ayer, la acción registró un alza del 13,57%, recuperando parte de la caída que registró durante la rueda previa. Al tener poco volumen de mercado, sus variaciones suelen ser muy abruptas. Así, el último mes mostró una escalada del 91%, del 136% desde que comenzó el año y del 805% en los últimos 12 meses. Esas subas le permitieron recuperar, en dólares, el valor original que tenía cuando se lanzó a la Bolsa: cotiza a US$2,7.

Las razones de la suba

¿Cómo se explica está disparada en el valor de las acciones de Havanna? Fuentes cercanas a la empresa aseguran que no hay una única razón detrás de las subas de los últimos meses. La primera explicación es que al tratarse de una acción poco líquida -los títulos que cotizan en la bolsa representan menos del 10% del paquete accionario- cualquier operación de compra relativamente importante puede provocar una suba en la cotización. “Cuando se abrió la compañía a la Bolsa, lo que se buscaba era darle visibilidad y mostrar una compañía ordenada hacia afuera, por eso el porcentaje que cotiza en Bolsa sigue siendo bajo, lo que hace a la acción muy sensible a cualquier operación”, explicaron.

Otra razón que explica la suba es la acción de Havanna se puso de moda, al menos en algunos círculos de pequeños inversores. “Primero fue la cuenta de Twitter @barondemerval y después se sumó Carlos Maslatón y para una empresa que cotiza con pocas acciones terminaron generando una ola de compras”, explican.

En el mercado también se menciona el interés de algunos inversores internacionales -más puntualmente se habla de un fondo inglés que habría estado comprando acciones de Havanna-, aunque en la compañía prefieren destacar los planes de la marca más allá de la frontera.

“La acción de Havanna está escapando de los problemas de la Argentina, básicamente por la internacionalización que está viviendo de sus negocios. Va a terminar el año con prácticamente los mismos locales en el exterior que en la Argentina y eso es algo que los inversores valoran”, explicaron fuentes cercanas a la empresa.

Hoy Havanna cuenta con 230 locales distribuidos en la Argentina, Brasil, Chile, Perú, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Estados Unidos y España. En este último mercado, la empresa además avanza con un inédito proyecto industrial. El primer paso ya lo dieron con la apertura de una fábrica de dulce de leche en Barcelona y ahora tienen en estudio el inicio de una línea de producción de productos elaborados para abastecer al mercado europeo. Para la empresa se tratará de su primera incursión industrial en el exterior, ya que hasta el momento concentra toda su producción en su planta de Mar del Plata -que fue inaugurada en junio de 2016- y en la fábrica que le compró a Fenoglio en Bariloche.

De Mar del Plata al mundo

La primera vez que Havanna abrió sus puertas fue en 1948, de la mano de Demetrio Elíades, Benjamín Cisterna y Luis Sbaraglini. Con el pasar de las décadas, la marca marplatense se fue consolidando a nivel país y sus alfajores se convirtieron en un ícono local. Hasta que, en 1997, The Exxel Group compró la compañía por una cifra que osciló los US$80 millones.

La gestión del Exxel enfrentó una profunda crisis que derivó en una cesación de pagos y la compra de la compañía, en 2003, por parte de Inverlat, un fondo de inversión privada que tiene como socios a Carlos Giovanelli, Damián Pozzoli y Guillermo Stanley. Esta firma administra capitales por más de US$1000 millones, e incluye en su portfolio a la imprenta de seguridad Icsa y el negocio local de Aspro, fabricante y comercializador de sistemas de compresión para estaciones de GNC. Además, hasta julio de 2018 controlaron a la firma Degasa (que opera las marcas de comida rápida Wendy’s, KFC, China Wok).

De la mano de los nuevos dueños, la empresa inició un proceso de expansión con el foco puesto en el exterior que le permitió convertir a Havanna en una de las contadas marcas argentinas con presencia internacional y una facturación en 2022 de $13.845 millones y ganancias por $2450,7 millones, lo que implica un aumento del 167% frente al ejercicio 2021.

“Desde el año 2004, Havanna ha iniciado un proceso sostenido de expansión internacional, lo que continuará siendo uno de los principales pilares de crecimiento de ventas de sus productos. Su objetivo es continuar ampliando la demanda potencial y diversificar riesgo comercial. La compañía apuesta permanentemente al crecimiento en las principales ciudades de América Latina, imponiendo la marca Havanna como una marca regional, adaptada a aspectos idiosincrásicos de cada país”, cerró el comunicado que hizo la empresa a fin de año a los inversores, firmado por su presidente, Chrystian Colombo.

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