La interrupción del servicio de BlackBerry representa un nuevo revés para RIM
Research In Motion Ltd. seguía ayer intentado restaurar los servicios de correo electrónico, mensajería instantánea y navegación en la web para los usuarios de BlackBerry, mientras que empresas, agencias gubernamentales y personal de emergencia alrededor del mundo buscaban formas alternativas para comunicarse.
La interrupción del servicio llega en un pésimo momento para RIM, que ha enfrentado una reducción de la demanda de su teléfono inteligente, mientras se intensifica la competencia con Apple Inc., el fabricante del iPhone, y con Google Inc., cuyo sistema operativo Android propulsa muchos teléfonos inteligentes.
El desperfecto, que obligó a muchos usuarios de BlackBerry a recurrir a viejas formas de comunicación como llamadas telefónicas y faxes, afectó la mayoría de los mercados clave de la empresa canadiense, incluyendo América del Norte, Europa, Asia y países en América Latina, regiones donde está buena parte de sus 70 millones de usuarios.
RIM ha dado a conocer pocos detalles técnicos sobre el problema y para la tarde del miércoles había dejado de pronosticar cuándo sería restaurado el servicio.
Los ejecutivos de la empresa de Waterloo, estado de Ontario, nunca han sido muy abiertos durante interrupciones anteriores del servicio. Aun así, muchos ejecutivos de telecomunicaciones se mostraron sorprendidos por el bajo perfil que la compañía ha adoptado durante la reciente y extendida crisis.
En una conferencia telefónica con periodistas organizada a última hora en la tarde de ayer, el director de tecnología de RIM, David Yach, aseguró que la compañía no había detectado señales de un ataque de piratas informaticos ni violaciones a su sistema de seguridad. Varias agencias gubernamentales de Estados Unidos afectadas por la interrupción señalaron que estaban en contacto con RIM, pero los oficiales no indicaron que la empresa estuviera sufriendo de otra cosa diferente a una falla interna.
RIM atribuyó la interrupción del servicio a un problema técnico —un interruptor que falló y un sistema de respaldo que no entró en operación. La empresa había afirmado el martes en la tarde que había solucionado esos problemas, pero que esperaba retrasos adicionales conforme trabajara en una acumulación de datos de los usuarios. Clientes en Europa, Medio Oriente y África se han visto afectados por interrupciones intermitentes desde el lunes.
Yach dijo en la conferencia telefónica que la empresa se vio obligada a "regular" el tráfico de datos a través de sus servidores en todo el mundo para responder a la acumulación de información. Esta medida provocó nuevas interrupciones del servicio en áreas que no habían sido afectadas, como Japón, Singapur, América del Norte y países en América Latina.
Las interrupciones del servicio afectaron a una amplia variedad de agencias del gobierno estadounidense, incluyendo la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro, y servicios de emergencia. Funcionarios de dichas entidades dijeron, sin em-bargo, que el problema no estaba afectando significativamente sus operaciones de rutina.
El gran riesgo para RIM es que las interrupciones del servicio lleven a los clientes fieles del BlackBerry a cambiarlo por otro aparato. La empresa canadiense ha sufrido de otros traspiés en los últimos años. Los copresidentes ejecutivos Jim Balsillie y Mike Lazaridis están bajo presión de los accionistas para que recuperen el terreno perdido en los envíos de BlackBerry. Las ventas de la tableta de RIM, la PlayBook, han sido decepcionantes, y varios lanzamientos de productos han sido aplazados este año.
En medio de estos problemas, los observadores de la industria están monitoreando estrechamente cómo responde RIM a las interrupciones.
"Las expectativas son muy altas", señala Abhi Ingle, vicepresidente del grupo de soluciones empresariales de la telefónica AT&T Inc. "La gente nota hasta la falla más leve". Ingle añadió que no podía comentar específicamente sobre los problemas de servicio de esta semana.
Ben Dummett, Christopher Lawton y Monica Gutschi
The Wall Street Journal