La interna oficial. El clima de guerra crece y el discurso contra “la casta” gana espacio por una polémica decisión
Los dardos del cristinismo sobre Alberto Fernández se multiplican y se esperan un aumento de la conflictividad camino a la semana que viene; la entidad que dirige Miguel Pesce restituyó una polémica iniciativa
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La guerra no es contra la inflación es por la inflación. Su contracara, la caída de ingresos de los argentinos, es cicuta para un proyecto político que quiera ganar las elecciones de 2023 como el que, incómodo, está detrás de las pintadas “CFK 2023″ en la provincia de Buenos Aires.
“Ya pusimos en marcha la economía. Ahora, estamos recomponiendo el salario en toda la Argentina. En febrero aumentaron 3,1% y seguiremos haciendo todo para que le ganen a la inflación. Cuentan conmigo”, posteó el presidente Alberto Fernández, ayer en Twitter. Le respondió hoy Alfonso Prat Gay: “La inflación de febrero fue 4,7% y la de marzo 6,7%. ¿Nadie le avisó?”. Pese a la ironía en la oposición, más bronca se mastica cerca de Cristina Kirchner.
Allí se activaron las alarmas por lo que será una semana caliente para la interna en el Frente de Todos. El 10, 11 y 12 de este mes se realizarán las audiencias púbicas por las subas de tarifas de luz y gas que busca impulsar Martín Guzmán. El jueves 12 se conocerá la inflación de abril.
“Va a estar debajo de 6%. Espero”, dijo un integrante del equipo económico, que ve venir el contraataque cristinista. Será la segunda ola luego del peor dato en 20 años de marzo pasado. Esa oposición oficialista dentro del Gobierno, de hecho, ya se profundizó. Los ejemplos fueron los ataques de la semana pasada de Andrés Larroque, Juliana Di Tullio, Cecilia Moreau –Cristina Kirchner y Massa- contra Guzmán –Alberto Fernández-. El fin de semana cerró Máximo Kirchner.
La inflación de febrero fue 4.7% y la de marzo 6.7%.
— Alfonso Prat-Gay (@alfonsopratgay) May 2, 2022
Nadie le avisó? pic.twitter.com/RZE0c1cUXP
El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, que había bajado el perfil tras la “orden” de Guzmán de alinear a los funcionarios detrás del Presidente, juntó a las principales empresas alimenticias la semana pasada. La reunión fue cordial. El economista pidió información sobre costos de insumos y abastecimiento para conocer “el sendero de los precios”. La fórmula de la Coca-Cola, ironizaron las empresas. El comunicado sorprendió con otra cosa: una advertencia de que el foco estatal estará sobre los márgenes de ganancias de las empresas en aquellos productos fuera de Precios Cuidados. Casi todos.
Feletti se dio el gusto anoche de intimar a las empresas de neumáticos a presentar información sobre sus costos. “Se ve una aceleración de precios en los productos finales que no tiene correlación con los costos ni con márgenes de rentabilidad razonables”, dijo. Además de cuestionar a las empresas fue un tiro por elevación a su jefe, Matías Kulfas, por la escasez de neumáticos que provoca la administración oficial de comercio exterior. La guerra de Feletti contra las compañías –una típica reacción estéril del kirchnerismo para delegar responsabilidades ante la suba de precios- tiene la única virtud de ser más visible y parecer una acción estatal más proactiva que un sendero fiscal claro, menor emisión o la acumulación de reservas, metas que Guzmán debe presentarle al “peor enemigo”: el FMI.
Los medios de comunicación cercanos al kirchnerismo pusieron el foco este fin de semana en la caída del poder adquisitivo. El índice salarios del Indec volvió a dar mal en febrero, como en enero, ante el rebrote inflacionario. “Contra el máximo de noviembre 2017, la pérdida de poder adquisitivo es elevada: un 22,9% en promedio. No sorpresivamente los más afectados son los trabajadores informales con una caída real del 33,7%”, dijo LCG.
Un informe de la ultracristinista Fernanda Vallejos es un espejo que adelanta los próximos días: volvió a la carga la semana pasada con las retenciones y las diferenció de “impuesto a la renta inesperada” de Guzmán. “El Gobierno consideró más factible desde el punto de vista político imponer este impuesto que recurrir a la aplicación de mayores retenciones a la exportación. Además, cuenta con el visto bueno del FMI en tanto sea una medida de emergencia”, aguijoneó la economista. Un punto común entre ambas medidas, dice Vallejos, es que muerden recaudación extra. Sin embargo, las retenciones “al mismo tiempo reducen el precio interno (o atenúan su suba) del bien exportable”, agregó.
Es el desacople del que tanto hablaba Feletti públicamente. Quizás es la “disputa de poder” en la que Máximo Kirchner busca involucrar, sin suerte, a Guzmán. “Si tienen los votos que lo hagan”, desafió un hombre clave del elenco “albertista”.
Mientras el Gobierno y la principal oposición se distraen en disputas de poder internas, aparecen hechos que van llenando de contenido ese significante vacío –diría Ernesto Laclau- que es la “casta” y que hace mella en las encuestas.
Hoy, por caso, el Banco Central (BCRA) restituyó una polémica tradición eliminada en 2018 por el macrismo por la que, en caso de muerte de un empleado, un familiar puede ingresar a la entidad. Esa “restitución de un derecho” a La Bancaria (liderada por el diputado cristinista, Sergio Palazzo) se basó –como su eliminación años atrás- en un dictamen de la Procuración de Tesoro, que actualmente dirige Carlos Zannini. Será interesante descifrar si estos movimientos multiplicarán las pintadas de “CFK 2023″ o, si a contramano, darán más vigor a las que proponen a Javier Milei.
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