La inflación de agosto fue de 7%, superó la peor marca de Macri y alcanzó el mayor número en más de 30 años
En lo que va del año, la inflación suma un 56,4%, mientras que en doce meses avanzó 78,5%; la gestión de Juntos por el Cambio había dejado en 2019 un alza de 53,8% en 2019
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No es el hito que Alberto Fernández hubiera querido festejar en sus 1001 días de gobierno, pero es lo que se vive en la calle y al que se enfrentan los argentinos. El aumento de la inflación en agosto reflejó una variación de 7% y acumuló en lo que va del año un avance de 56,4%, un número que ya perforó el récord que dejó Mauricio Macri en 2019 (53,8%), el salto de los precios más elevado en más de casi 30 años, o sea, el registrado tras la hiperinflación (1991).
El dato mensual de agosto fue el más alto desde abril de 2002 (10,4%). El incremento en los últimos doce meses fue de 78,5%, el peor desde diciembre de 1991 (84%). La inflación núcleo -que elimina los precios regulados y estacionales- llegó al 6,8% en el mes. El capítulo de Alimentos y Bebidas -el que más pesa en el IPC del Indec- registró un alza de 7,1%. Los analistas creen que los precios mantienen un fuerte ritmo de avance este mes, sobre todo los alimentos, y estiman que el índice de inflación oficial cerrará el año en un número que casi inevitablemente será de tres dígitos.
A fines de agosto del mes pasado, los especialistas privados consultados por el Banco Central (BCRA) para el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) habían proyectado que la inflación a fin de año se ubicará en 95%, o sea, unos 4,8 puntos porcentuales por encima del pronóstico de la encuesta previa. Quienes mejor pronosticaron esa variable para el corto plazo esperan en promedio una inflación de 99,4%. Para agosto, la mediana de las estimaciones del relevamiento preveía un 6,5% mensual, mientras que el promedio del TOP-10 de los mejores pronosticadores la había estimado en 6,8%. Esto implica que el dato difundido ayer por el organismo estadístico que dirige Marco Lavagna está por encima de las estimaciones de los privados.
La mayor suba del mes se dio en el rubro Prendas de Vestir y Calzado (9,9%). Detrás vinieron Bienes y servicios varios (8,7%), Equipamiento y mantenimiento del Hogar (8,4%), y el ya mencionado Alimentos y bebidas (7,1%). La ropa ya subió un 109% en doce meses. Restaurante y hoteles se acerca a esa marca: 97,5%.
“Mi obligación es con los últimos”, dijo Alberto Fernández ayer en Twitter. “1000 días del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner con decisiones siempre en favor del pueblo”, le respondió el canciller Santiago Cafiero, pese al impacto que tienen los precios en los ingresos, sobre todo de aquellos que menos tienen en la Argentina. “Pensemos que en EE.UU. [la inflación] salta de 1 a 10, un 900% de inflación tuvo. Hay un momento muy excepcional que está viviendo el mundo”, quiso explicar el Presidente en una entrevista televisiva difundida en las últimas horas. La inflación interanual de EE.UU. llegó a 8,3% interanual en agosto y la Reserva Federal (FED) se prepara para volver a subir fuertemente su tasa de interés en los próximos días. En sintonía, en el mercado local, se espera que el dato de hoy movilice mañana al BCRA a volver a subir las tasas.
En su última conferencia de prensa, cuando presentó “dólar soja”, el ministro de Economía, Sergio Massa, reafirmó que la inflación es un problema macroeconómico y que para enfrentarlo cumplirá con las metas previstas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implican la acumulación de reservas, un sendero de reducción del déficit fiscal y la baja de la emisión para asistir al Tesoro. Tras su viaje a los EE.UU., trascendió que la idea del equipo económico del líder del Frente Renovador es lograr -bajos esas premisas- desacelerar los precios al 2% mensual a fines de año.
“Existe un compromiso muy fuerte de la Argentina con el programa y el reconocimiento de que el programa es un ancla para la economía argentina. No tienen el lujo de otras anclas”, afirmó ayer la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva al responder una pregunta sobre el país al final de una charla organizada por el Centro para el Desarrollo Global.
“El Ministro Massa vino junto con el gobernador del Banco Central y las personas claves de su equipo y esa es una buena señal, que tenemos un enfoque de todo el Gobierno para implementar el programa. Estamos en un momento en el que, él reconoció sobriamente, yo reconocí sobriamente, que los problemas que enfrenta la Argentina son muy significativos y al tope de la lista está la inflación, que es devastadora especialmente para los pobres de la Argentina”, agregó.
La visión de los analistas
“Se cambió nuevamente de régimen inflacionario”, indicó Marina Dal Poggetto, directora de la consultora EcoGo. “Es poco que la inflación esté en 2023 por debajo de lo que vemos este año. Si puede estar o no por encima dependerá de la demanda de pesos, qué instrumentos se usen para sostener esa demanda y de la credibilidad de los mismos”, estimó la economista. “Este es un modelo que requiere inflación para corregir fiscalmente y, al mismo tiempo, modificar precios relativos te da niveles cada vez más altos y más seguidos incrementos de precios”, cerró Dal Poggetto.
“Las presiones por reacomodamiento de precios relativos siguen presentes y el dato sigue reflejando un régimen de alta inflación”, afirmó Melisa Sala, economista de la consultora LCG. “Esta inercia pone un piso de inflación por encima del 6% para el resto del año, lo que implica cerrar el año con inflación cercana a los tres dígitos”.
La experta dijo que la “Argentina está lanzada a un régimen de altísima inflación, algo que es muy preocupante”. En tanto, la economista describió que lo de agosto recogió el “repricing” del salto de la brecha en medio de la incertidumbre que se generó en julio con la renuncia de Martín Guzmán. El del bimestre julio-agosto fue un fogonazo más elevado del de marzo-abril, y según Bacigalupo, se generó por cuestiones endógenas y no exógenas.
“Septiembre va a venir salado”, indicó Bacigalupo y enumeró los ajustes que llegaron en prepagas, subtes, tarifas y un crawling peg más acelerado (que arrancó en una tasa mensualizada de 6,8% en septiembre), aunque dijo que el número puede ser menor al de agosto por la relativa estabilización que produjeron las medidas tomadas por Massa y las expectativas que generaron en el sector privado. “La pérdida del poder adquisitivo va a ser significativa y va a empujar una retracción de la demanda, pese a que habrá personas que usen ahorros o se endeuden para comprar igual en medio de la incertidumbre”, agregó la economista de Abeceb.
“La desaceleración fue más baja a lo esperado respecto al pico de julio, de 7,4%”, dijo Agostina Myronec, economista de Ecolatina. “Esto deja en evidencia que el proceso inflacionario se volvió más sensible a shocks ante una macroeconomía debilitada; en otros periodos, el mecanismo de transmisión de restricciones a las importaciones y alza de dólares paralelos era más débil, menos sensible a la inflación. A diferencia, en estos últimos meses, este mecanismo se volvió mucho más robusto, y dejó como resultado pisos de inflación más firmes y difíciles de desarmar a futuro”, agregó.
“Para septiembre esperamos un número algo menor al de agosto, pero de todas maneras elevado, por encima del 6%. A la elevada inercia inflacionaria se le suma un deslizamiento del dólar oficial en torno al 6%, sumado a que también va a impactar el aumento de precios regulados, como tarifas de servicios públicos, las tarifas de subte y taxis y aumento de empleadas domésticas. Con estos números, la inflación ya va a cerrar por encima del 95% en 2022″, estimó.
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