La inflación restringe a la Fed
Los precios al consumidor subieron en julio en Estados Unidos debido al aumento de los costos de la energía y los alimentos —que ya están bajando—, aunque la presión al alza sobre la inflación subyacente podría limitar el margen de acción de la Reserva Federal para adoptar pronto otras medidas.
El índice de precios al consumidor subió a una tasa desestacionalizada de 0,5% con respecto a junio y 3,6% frente a un año antes, informó el jueves el Departamento de Trabajo. Los precios más elevados de la gasolina representaron aproximadamente la mitad de esos incrementos. Esto quiere decir que la inflación general debería bajar en los próximos meses luego de las recientes caídas en los precios del petróleo.
La inflación básica, una medida que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, aumentó 0,2% en julio con respecto al mes previo y 1,8% frente a junio de 2010. Un incremento más fuerte en los alquileres y las continuas alzas en los precios de la vestimenta —debidas en parte el encarecimiento del algodón a principios de este año— impulsaron los aumentos.
Los funcionarios de la Fed esperan que la inflación subyacente se modere en los próximos meses a medida que los precios de los commodities y la debilidad de la economía —debido al alto desempleo y una demanda de los consumidores relativamente floja— presione a la baja los precios de los productos. Pero los datos más recientes podrían limitar su flexibilidad para implementar más medidas para impulsar la economía, en particular a través de otra ronda de compra de bonos del Tesoro.
Mientras que la inflación básica sigue por debajo de la meta implícita del banco central de alrededor de 2% anual, avanzó 3,1% anualizado en los últimos tres meses. Uno de los problemas fue que un indicador que mide los alquileres subió 0,3% durante el mes, el incremento más rápido desde 2008 y una señal de que la demanda se está yendo al mercado de los alquileres de viviendas debido a las persistentes dificultades en el sector inmobiliario.
"Hay más inflación de lo que la Fed esperaba", señala Drew Matus, economista de UBS.
La Fed ha indicado que estaría dispuesto a tomar más medidas para impulsar la economía si el crecimiento se desacelera aún más. También ha considerado una tercera ronda de compras de bonos soberanos, conocida como relajamiento cuantitativo, pero las probabilidades de que esto ocurra se mantendrán bajas hasta que se alivien las presiones inflacionarias durante al menos varios meses o la economía registre un declive mucho más pronunciado.