La inflación impactó más sobre la población de menores ingresos
En la primera mitad del año, el 70% de los hogares más pobres sufrieron una caída real de su poder adquisitivo, en parte por la mayor suba de la canasta alimentaria
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Este año, la inflación se aceleró a niveles que no se observaban en las últimas tres décadas. Sin embargo, aunque su efecto nocivo se observa en la cotidianeidad de los argentinos, no impacta de igual manera en toda la población. En la primera mitad del año, el 70% de los hogares de menores ingresos sufrieron una caída real de su poder adquisitivo, mientras que en los sectores más acomodados de la sociedad se verificó una leve mejora.
En los primeros ocho meses del año, el índice de precios al consumidor (IPC) marcó un avance del 80,2%. Pero al contrastar con los datos que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), sale a relucir que la inflación rondó el 82,5% para el 10% más pobre de la Argentina, incluso a pesar de recibir ayuda estatal. Fue un 2,3 más que el nivel general. En cambio, para el 10% más rico del país, la inflación estimada por la consultora económica Ecolatina fue del 78,3%.
Detrás de estas disparidades se esconde un efecto “estructural”. Una economía con alta inflación tiende a ser más nociva para los sectores más pobres, ya que le dedican una mayor proporción de sus ingresos al gasto en consumos básicos para subsistir.
Además, a diferencia de los sectores más pudientes, no suelen tener acceso a herramientas que les permita cubrirse del avance de los precios, como inversiones o ahorros preexistentes.
“Pero más allá de este efecto ‘estructural’, la inflación que enfrentan los sectores más vulnerables no es la misma que la de la población con mayor poder adquisitivo. Por ejemplo, los primeros se ven más afectados por la dinámica de los precios de alimentos y bebidas, mientras que los deciles más altos consumen una mayor proporción de sus ingresos en bienes no indispensables y servicios en general. Por este motivo, es posible que el efecto regresivo de la inflación se vea intensificado si algunos componentes de la canasta del Índice de Precios al Consumidor crecen más que otros”, remarcó el informe de Ecolatina.
Si en la primera mitad del año se acentuaron las diferencias entre un extremo y otro de la pirámide social, desde la consultora económica advirtieron que en el último tramo de 2023 las disparidades entre los ingresos se seguirán profundizando.
En agosto, con elecciones presidenciales y salto cambiario de por medio, la inflación se disparó y cerró el mes con una suba del 12,4%. No obstante, la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas presentó una variación mensual del 15,6%.
“Esto profundizará todavía más el deterioro relativo de los sectores más pobres. Esta dinámica será consistente con una pobreza que esperamos supere los registros del primer semestre”, advirtieron desde Ecolatina. La semana pasada, se conoció que en la primera mitad del año la pobreza alcanzó al 40,1% de la población.
Incluso, hasta agosto, la inflación se volvió “más regresiva que de costumbre”. La Canasta Básica Alimentaria, la que mayor peso tiene entre los hogares de menor poder adquisitivo (y marca la línea de indigencia), acumuló un aumento del 94,4% en lo que va del año. Son 15 porcentuales por encima de la inflación (80,2%). En cambio, la Canasta Básica Total (establece la línea de pobreza) subió a un ritmo del 86,7%.
“Asimismo, seguramente el dato de septiembre refleje la continuidad de la aceleración en los precios de los alimentos (según el IPC Ecolatina los alimentos y bebidas crecieron 18,3% mensual en la primera quincena de septiembre). Para el último trimestre del año, la incertidumbre electoral, los aumentos postergados tras el congelamiento de algunos precios y las expectativas elevarán más la inflación, dañando en mayor medida el poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos”, señalaron.
En parte, eso explica por qué el Gobierno decidió lanzar un nuevo “Plan Platita” de cara a las elecciones del 22 de octubre. Para apuntalar los ingresos, se anunciaron bonos para trabajadores (tanto formales como informales), desempleados, jubilados y beneficiarios de planes sociales. También una línea de créditos a tasa subsidiada y la devolución del 21% de las compras que se hagan de la canasta básica.
Para la población de mayores ingresos, el Ministerio de Economía también decidió eximir el pago de Ganancias para gran parte de los trabajadores en relación de dependencia, lo que hará que en noviembre los ingresos disponibles de los deciles más altos aumente.
“En cualquier caso, esperamos que se profundicen las disparidades dentro del universo de hogares, alimentando la idea de dos velocidades, en la que una de la parte de la sociedad logra sostener su nivel de consumo y nivel de vida, mientras que la otra tiene cada vez más dificultades para llegar a fin de mes”, cerró el informe.
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