La inflación de los alimentos se desacelera en febrero, pero hay categorías que no frenan
Febrero llegó con algunos indicios de alivio al bolsillo. Con ayuda del Banco Central, que frenó el ritmo de devaluación del peso, los alimentos tuvieron en lo que va del mes las menores subas semanales del año, aunque se mantienen fuertes los incrementos en algunos rubros clave.
Después de acumular alzas superiores al 1% por semana desde que comenzó 2021, el relevamiento de la consultora LCG, que mide 8000 precios en cinco supermercados online, refleja que los aumentos en la categoría alimentos fueron de 0,9% y 0,7%, respectivamente, en las dos primeras semanas de febrero.
Así, la categoría, clave en la evolución de la inflación promedio por su peso dentro del consumo de los hogares, se encamina a un mes de menor incremento, luego de alcanzar un 4,8% en enero, que se ubicó casi un punto por encima del promedio (4%). Según la firma, los niveles de precios medidos en febrero "dejan un arrastre de 3,5% para lo que queda de febrero".
Según el relevamiento de LCG, los alimentos completaron en la segunda semana de febrero su cuarta desaceleración consecutiva (desde el 1,9% que alcanzó en la tercera semana de enero), aunque hay algunos rubros que se resisten.
Es el caso, por ejemplo, de la carne. Pese a los intentos del Gobierno por frenar la suba, con el acuerdo de congelar el precio de ocho cortes hasta fin de marzo, la consultora relevó un incremento promedio del 1,3% en la categoría la semana pasada. También tuvieron alzas importantes el segmento bebidas e infusiones (1%) y las frutas (0,6%).
Si se considera la evolución de las últimas cuatro semanas, la inflación en este último segmento es del 9,5%. También es elevado el ritmo de suba en los precios acumulado en carnes (7,1%), comidas listas para llevar (7%) y productos lácteos (4,1%).
Mientras que el Gobierno intensifica controles de precios, con la presencia de miembros de movimientos sociales en supermercados, o apuesta a iniciativas como Precios Cuidados o Precios Máximos, los representantes de la industria rechazan estas iniciativas e insisten en que la inflación es una cuestión macroeconómica, cuestión que también mencionó el ministro de Economía, Martín Guzmán, en sus últimas apariciones.
"Los alimentos no somos la causa sino la consecuencia de la inflación", dijo a LA NACION Daniel Funes de Rioja, dirigente de la UIA y presidente de Copal, la cámara que nuclea a las empresas del sector, quien participó la semana pasada del encuentro entre representantes del Gobierno y el sector privado.
Entre los controles de precios y la estacionalidad de algunos productos, un factor que influye en la desaceleración de la inflación de los alimentos es el movimiento del dólar. Hace algunas semanas, el Banco Central suavizó el ritmo de devaluación del tipo de cambio, en un intento por anclar expectativas y moderar la inflación, que llegó al 4% mensual en diciembre y enero. Anualizada, esa suba da 60%.
Según insistió la semana pasada Guzmán, la proyección oficial es que los precios se incrementen un 29% promedio en 2021, y que los salarios crezcan unos puntos por encima de esa cifra. Ante empresarios y sindicalistas, dijo además que el plan es que el tipo de cambio oficial suba un 25%.
En los últimos 12 meses, los datos del Indec muestran que los alimentos subieron en promedio un 42,3%, más que la inflación acumulada en el período (38,5%).
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