La imparable avidez de China por activos de Occidente apunta cada vez más alto
Mientras Occidente se hundía en una recesión en 2008, el magnate chino Chen Feng decidió que era hora de expandir sus alas.
HNA Group, su conglomerado, ya tenía una colección de activos en el mercado interno, con cadenas de hoteles, supermercados, firmas de envíos y Hainan Airlines, la mayor aerolínea privada del país. El siguiente paso, le dijo Chen a una revista de negocios local, era en el exterior, donde la crisis financiera estaba abaratando los activos.
“Xinjiang, Mongolia Interior, son todas nuestras, poseemos rutas de vuelos donde ni siquiera los conejos cagan”, dijo el empresario, según la revista, sobre la amplia presencia nacional de HNA. “La mitad del espacio aéreo de China está en nuestras manos”.
HNA Group, del que Chen es cofundador y cuya junta preside, se ha convertido desde entonces en uno de los compradores más ávidos de activos internacionales. El lunes anunció la adquisición de 25% de Hilton Worldwide Holdings Inc. de manos de Blackstone Group LP por US$6.500 millones.
El acuerdo intenta aprovechar la marea de turistas chinos que viajan fuera del país y corona una ola de ofertas de compras por al menos US$20.000 millones este año de HNA, que registró US$29.600 millones en ingresos en 2015. Los acuerdos incluyen un pacto para comprar el brazo de leasing de aviones de CIT Group Inc. por US$4.000 millones, una propuesta en febrero de US$6.000 millones de una de sus filiales por Ingram Micro Inc., empresa estadounidense de logística informática, y un pacto en abril para comprar la matriz de las cadenas hoteleras Radisson y Country Inns & Suites por una suma no revelada.
Chen forma parte de una nueva generación de enérgicos negociadores chinos. No sólo compran activos extranjeros al ritmo más rápido de la historia (las adquisiciones foráneas anunciadas por empresas chinas han alcanzado un récord de US$199.000 millones en lo que va del año), sino que también realizan acuerdos más grandes en industrias cada vez más prominentes como la cinematográfica, las aerolíneas y la hotelería.
“Voy a comprar 1.000 aviones” y crecer tanto que HNA tendrá mayor influencia en las discusiones de precios con Boeing y Airbus, proclamó Chen en febrero a una audiencia en la Universidad de Harvard. “Durante más de 100 años, ¿cuándo tuvieron los chinos el poder de decidir sobre algo? Ahora, finalmente, tengo la oportunidad de decidir”.
Muchos de los compradores de empresas han construido imperios de negocios de miles de millones de dólares dentro de China, pero son poco conocidos fuera del país. China Oceanwide Holdings Group Co., que acaba de llegar a un acuerdo para comprar por US$2.700 millones Genworth Financial Inc., aseguradora estadounidense de cuidado a largo plazo, mantiene una importante participación en la matriz del fabricante de computadoras Lenovo Group Ltd., ha contratado a una cantidad de negociadores experimentados y educados en Occidente y ha estado inyectando dinero en el sector de bienes raíces estadounidense.
Dalian Wanda Group, fundada por Wang Jianlin, un ex soldado del Ejército de Liberación Popular, ha gastado más de US$13.000 millones, incluyendo deuda, en varias adquisiciones, desde agencias de gestión deportiva hasta el estudio de cine Legendary Entertainment.
Aún no está claro si la más reciente ola de acuerdos tendrá mejores resultados que la racha de inversión china en petróleo y recursos naturales durante la década pasada. Banqueros y analistas dicen que las empresas chinas llegaron tarde al auge global de los commodities y a menudo terminaron pagando demasiado por activos sobrantes.
Los altos niveles de deuda que los compradores chinos están acumulando son también motivo de preocupación. Durante los últimos dos años, China National Chemical Corp. —conocida como ChemChina— ha solicitado más de US$43.000 millones en préstamos bancarios para financiar una ola de compras globales, incluyendo la adquisición de Syngenta AG, el fabricante suizo de pesticidas, por US$35.000 millones. Eso llevó a las agencias de calificación de crédito a debatir si el apalancamiento extremo era señal de un respaldo del gobierno o endeudamiento irresponsable.
De todas formas, muchas empresas buscan mercados extranjeros a medida que la demanda dentro de China se desacelera. Otras quieren tecnologías occidentales que puedan ayudarlas a actualizar operaciones internas. Otra ventaja es asegurar ingresos en moneda extranjera en anticipación a una mayor depreciación del yuan.
El gobierno de China ha apoyado en gran medida el énfasis en activos extranjeros, en algunos casos ofreciendo financiación a través de un conjunto de fondos estatales y emitiendo nuevas normas que aceleran el proceso de aprobación de inversiones en el exterior. El año pasado, el Silk Road Fund del país, que gestiona US$40.000 millones, fue coinversionista de la adquisición del fabricante de neumáticos italiano Pirelli & C. SpA por parte de ChemChina.
Los bancos chinos también están abriendo el grifo. Los prestamistas, la mayoría estatales, representan 68% de los US$30.240 millones en créditos sindicados que han financiado las adquisiciones chinas nacionales y extranjeras este año, según Dealogic.
Chen, de HNA, hoy de 63 años, estudió en una escuela alemana de gestión de aviación, luego se convirtió en asesor de aviación civil del gobernador de la isla sureña de Hainan antes de ser contratado para que se hiciera cargo de la aerolínea de la región. En 1993, de acuerdo con un relato de la prensa local, Chen recaudó 250 millones de yuanes (US$37 millones a la tasa de cambio actual), compró dos aviones Boeing 737 y lanzó Hainan Airlines, ahora el cuarto operador aéreo de China y la compañía central de HNA Group. Luego, Chen consiguió una inversión de US$25 millones de George Soros.
Chen es un erudito budista y un devoto de la cultura tradicional china que tiene la esperanza de que el gigante asiático sea más respetado en la esfera global.
El ejecutivo visita cada empresa que HNA adquiere y habla sobre las normas y culturas de la compañía, de acuerdo con un estudio de caso de la Escuela de Negocios de Harvard de 2015. Empleados de las empresas recién adquiridas reciben instrucción sobre los “Diez mandamientos” de HNA, según el estudio de Harvard. La lista está en el sitio web de la empresa e incluye determinación, compasión y hábitos saludables.
HNA espera tener 300.000 empleados para fines de año, distribuidos equitativamente entre Estados Unidos, Europa y China.
Uno de los intentos de adquisición en el extranjero más grandes de HNA ha sido el de Ingram Micro por US$6.000 millones, anunciada en febrero pero aún pendiente. HNA decidió hacer la oferta a través de una filial poco conocida de carga marítima llamada Tianjin Tianhai Investment Co., en la que el grupo posee indirectamente 30%. HNA prometió respaldar la operación, según la empresa estadounidense.
Ingram Micro insistió en que la multa en caso de que el acuerdo no se concretara fuera depositada en una sucursal de un banco estadounidense, una exigencia que se ha vuelto común para las empresas estadounidenses que se venden a firmas chinas.
Una semana después del anuncio del acuerdo, un complacido Chen le dijo a la audiencia de la Universidad de Harvard: “¿Se dan cuenta? Hoy cualquier milagro es posible”.
La compra por US$2.600 millones de Avolon Holdings Ltd., una empresa de leasing de aviones de Dublín, catapultó a HNA a la lista de los 10 principales del sector a nivel global. La adquisición ahora del negocio de leasing de aviones de CIT por parte de Avolon la dejará entre las tres primeras.
—Liz Hoffman contribuyó a este artículo.
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