La hiperinflación, en los recuerdos de los lectores de lanacion.com
La hiperinflación, uno de los procesos económicos más recordados y más sufridos por los argentinos, sigue, a 20 años de su inicio, despertando el interés y la polémica entre quienes recuerdan aquella época.
El 6 de febrero de 1989 el Gobierno de Raúl Alfonsín decidió devaluar el austral, dando inicio a una escalada de precios sin antecedentes en la historia argentina. En los meses previos, la situación era incontenible y el Indice de Precios al Consumidor había alcanzado la cifra de 3079% anual.
"Un amigo vendió una cupé Fuego, y a las 2 semanas, con el mismo dinero, compró un minicomponente de doble caseteras. Hoy lo cuenta y se ríe", cuenta Cocodrilo20006.
"Con mi marido, en setiembre de 1988 compramos un departamento con una hipoteca de 10.000 dólares. En esa fecha cada dólar se compraba con 15 australes. Hipoteca a 4 años. Después de un juicio, pagamos toda nuestra deuda en 1990 con un dólar a 10.000 australes", recuerda, resignada, martalviggiola.
También hay quienes optaron por dejar de comprar algunos alimentos y comenzaron a producirlos. "Vivíamos con lo justo y la plata no alcanzaba, entonces plantábamos hortalizas para no comprar y hacíamos el pan nosotros. Todo era caro y la imaginación para sobrevivir estaba en su punto máximo. Ojalá que nunca vuelvan esos tiempos", retrata artdavi
limaya recuerda ea época, a la que define como "brava", y describe la situación de su familia por esos días: "Recuerdo que hace veinte años éramos los jóvenes papás de tres niños de dos años, uno y una recién nacida. Fueron épocas bravas. Eramos una familia que recién comenzaba,con sus lógicas estrecheces, pero la hiperinflación llevó las privaciones y esfuerzos al máximo: usábamos pañales de tela para los tres chicos, el pan no tenía precio, así que la mayoría de las veces se hacía en casa. Nuestra renoleta funcionaba la mayoría de las veces ´con el olor ´ a nafta. Por temor a los saqueos no salía con los chicos y pasaba largas temporadas en casa, donde siempre había mucho para hacer".
Una imagen común se repitió en los comentarios de los lectores: la del aumento sorpresivo dentro de los comercios. "Estábamos haciendo compras con mi madre en un conocido supermercado cuando se escuchó por el altavoz: ´Señores clientes, se les informa que a partir de este momento todos los precios tienen un 20% de recargo´. Fue un desastre: todo el mundo empezó a revolear los productos de los carritos y con mi mamá no sabíamos cómo hacer para salir de ahí", recordó leito14.
tolomea encontró, en una época difícil para decidir el destino del dinero, un refugio que le aportó grandes dividendos: "A partir de esa época aprendí una lección imborrable. Decidí que la mejor inversión era en la educación de mi hijo. Y puedo asegurar que no me arrepiento".