La Fed subió 25 puntos la tasa, en línea con lo esperado por el mercado: el impacto en la Argentina
La Reserva Federal de Estados Unidos desaceleró el ritmo de alzas y ubicó los tipos de interés en un rango de entre 4,5% y 4,75%
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Hoy, la Reserva Federa de Estados Unidos (Fed) desaceleró la suba de tasas de interés, por segundo mes consecutivo. Luego de un 2022 marcado por un endurecimiento de la política monetaria estadounidense, estrategia que buscó hacerle frente a la suba de precios más alta de las últimas cuatro décadas, los analistas esperan que el ciclo de alzas esté lentamente llegando a su fin. Es una noticia que traería viento en popa para la Argentina.
En concreto, la Fed aumentó 25 puntos en la tasa de interés y la ubicó en un rango de entre 4,5% y 4,75% El anuncio estuvo en línea con las expectativas del mercado (el 98% de los analistas le daba una probabilidad de ocurrencia a este escenario) y significó una desaceleración versus los 50 puntos que había avanzado en diciembre último.
Según explicó Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, los datos que monitorea la Fed para tomar una decisión son dos: la actividad económica junto al índice de costo de empleo, y la suba de precios. En el primer caso, el mercado laboral presenta signos de “seguir robusto”. En el segundo, la inflación en servicios todavía no da muestras de haber iniciado un sendero de desinflación, componente que no suele estar expuesto a shocks internacionales ni a estacionalidades.
Además, en estos casos, hicieron hincapié en que el “modo de de comunicar la decisión” es clave para que surja el efecto correcto: bajar la inflación. “Si solo desaceleran las tasas, y no continúan con el discurso de que se van a necesitar más subas, podría ser contraproducente. Se corre el riesgo de que mejore mucho el mercado accionario, bajen las tasas de interés del mercado y termine retroalimentando el alza en los precios”, explicó.
Por esa razón, hoy la Fed aplacó los ánimos y advirtió que próximamente se vendrán más incrementos. En el texto oficial, que compartió la entidad esta tarde, dice que se requieren más “evidencias” de que la inflación esté cediendo para llegar al objetivo anual del 2%.
Aún así, la perspectiva hacia adelante es positiva. Según Juan Pablo Albornoz, economista de Invecq, la economía estadounidense operó en los últimos meses con niveles de inflación más próximos a los deseables por la Fed. Eso se vio reflejado en la última decisión que tomó en diciembre, cuando subió la tasa en 50 puntos, versus al movimiento de 75 pbs en las cuatro reuniones previas. Luego de la decisión de hoy, el mercado pricea que haya un incremento adicional más de 25 pbs.
“En otras palabras, el mercado espera que la Reserva Federal deje de subir las tasas a mediados de marzo (incluso descuenta una marginal baja hacia fines de año, posiblemente asociada a la dinámica esperada de la actividad económica). Este escenario es de suma relevancia para la economía global, los emergentes y la Argentina en particular: una Fed más dovish (léase, más preocupada por la actividad que por la inflación) puede implicar un año monetariamente menos restrictivo e impulsar la demanda por activos emergentes, como ya se dio en enero”, completó.
En el mismo sentido apuntó Lucas Yatche, head of strategy and investments de Liebre Capital, quien señaló que gran parte del “viento de frente” que hubo en la Argentina durante el año pasado se debió a factores internacionales. En aquel entonces, los inversores globales tenían una mayor avidez a correrse de los países emergentes hacia activos más seguros, como los bonos del Tesoro americano o el dólar estadounidense.
“Ahora el escenario se revierte y pasa a ser viento de cola. Por un lado, por la marcada desaceleración de la inflación en Estados Unidos y la perspectiva de baja de tasas hacia fin de año, el dólar se debilita frente al resto de los activos: commoidies, monedas emergentes. Por el otro, por la reapertura de la economía china, principal demandante de materias primas. Esos dos factores explican la fuerte recuperación de los activos argentinos desde mediados de octubre hasta la fecha”, dijo.
En los últimos tres meses y medio, el S&P Merval ajustado en dólares contado con liquidación (CCL) registró un rally alcista del 53%. En cambio, los títulos globales del último canje de deuda pasaron de valer de un piso de US$20 en octubre, a arriba de US$32 en las últimas ruedas. Se trata de una escalada, en moneda dura, en torno al 60%. Y con vistas a seguir subiendo si las buenas noticias acompañan, en medio de un año electoral a nivel local, aunque “siempre con mucha volatibilidad en el medio”.
Pero si el año pasado la principal preocupación a nivel global fue la inflación, para Albornoz, en 2023 el foco de riesgo se trasladará a la actividad. “Mientras que el ciclo de suba de tasas posiblemente encuentre una pausa en el corto plazo, todas las luces apuntarán a los próximos datos de actividad económica en Estados Unidos para definir el sendero de la política monetaria de la Fed, y sus consecuencias sobre las economías emergentes y la Argentina”, concluyó.
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