La familia Madanes, millonarios con un imperio offshore
Fueron accionistas de Aluar y FATE; compartieron fideicomisos y sociedades offshore en Islas Cook, Bahamas, Islas Vírgenes y Panamá con conexiones a cuentas en Suiza
MADRID.- Las paradisíacas playas de Islas Cook poco tienen en común con la fábrica de aluminio más importante de la Argentina, Aluar SA. El celeste del Océano Pacífico, típico de las postales turísticas, es antagónico con la fábrica de neumáticos Fate SA.
La familia Madanes, que generó millones de dólares con estas empresas, disfrutó de ese paisaje a su manera. Lejos de la playa, los Madanes aprovecharon los beneficios de este paraíso fiscal para manejar sus intereses en una trama financiera que se diversificó en medio de largos enfrentamientos familiares.
Los empresarios argentinos administraron dinero, obras de arte, acciones y otros bienes mediante operaciones offshore en Islas Cook, Bahamas, Islas Vírgenes y Panamá, con conexiones a cuentas en bancos de Suiza. Así consta en los millones de documentos a los que accedió LA NACION sobre sociedades registradas en paraísos fiscales, facilitados por el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).
Los Madanes son una de las familias más poderosas del país. Desde la instalación de Aluar y Fate, el crecimiento de las firmas familiares fue en ascenso. En el último ejercicio de 2012, Aluar SAIC reportó una facturación de $4639 millones.
Disputa familiar
El fideicomiso The Hastings Trust fue inscripto el 25 de agosto de 2000 en las Islas Cook, pero su historia comienza una década antes, junto con las disputas familiares. El conflicto comenzó tras la muerte de Manuel Madanes, en 1988. Su herencia generó un enfrentamiento que recorrió las cortes de la Argentina, Estados Unidos y Suiza.
Tras el desacuerdo sobre cuál de los herederos comandaría el holding, Mónica Madanes, una de las cuatro hijas de Manuel, demandó a sus hermanos por asociación ilícita: acusó a Pablo, Miguel y Leiser de manejar de manera discrecional las operaciones financieras de su padre fuera del país con el fin de perjudicarla.
Las demandas no prosperaron en los tribunales (negociaciones de por medio), pero dejaron un mapa de lo que fue el imperio offshore de los Madanes. De acuerdo al expediente que se tramitó en los juzgados de Nueva York -al que tuvo acceso
LA NACION
- las operaciones en paraísos fiscales en los últimos dos años de los 80 superan los 30 millones de dólares.
Después de décadas de exposición, los protagonistas de esta historia mantienen ahora un bajo perfil. Ya no tienen ninguna participación en el Grupo Madanes , actualmente encabezado por la productora de aluminio Aluar. Mónica se retiró de la actividad empresarial. Su fortuna quedó en manos de su hijo, Matías Garfunkel, el titular del grupo de medios afines al Gobierno, como el diario Tiempo Argentino.
En el mundo de los negocios, Miguel fue el más destacado. Tras su actividad en las empresas familiares, ocupó la presidencia de Repsol-YPF en 1996. Todos son primos de Javier Madanes Quintanilla –aunque nada que ver tienen con la conducción de Aluar y Fate-, empresario que es actualmente titular del Grupo Madanes y hombre fuerte de los industriales, de buena relación con el Gobierno.
Paraísos fiscales
The Hastings Trust funcionó durante los ‘80 en Islas Vírgenes para administrar la colección de arte de los Madanes. Tras la muerte de Manuel, Mónica acusó a sus hermanos de apartarla del fideicomiso para quedarse con sus obras. Fuentes que participaron de las negociaciones confiaron a este medio que Mónica se llevó de aquella negociación un Modigliani y joyas.
Un fideicomiso con el mismo nombre volvió a aparecer en 2000 en Islas Cook, a cargo de Pablo, Miguel, Leiser Madanes y sus respectivos hijos. La trama financiera comenzó en Nueva York, donde funciona el estudio de abogados de Richard Ortoli, a cargo de las operaciones periódicas del fideicomiso.
A diferencia de las sociedades offshore, que pueden consistir en un mero trámite administrativo, los fideicomisos funcionan para administrar bienes.
The Hastings Trust desembarcó en Islas Cook a través de la empresa Porticullus TrustNet (PTN), firma especializada en crear sociedades offshore. Para administrar The Hastings Trust (desapareció de los registros en noviembre de 2005), los Madanes utilizaron un nuevo fideicomiso llamado Fidelity Corp, también con sede en Cook. Según especialistas consultados por este medio, los fideicomisos registrados en este archipiélago son los más celosos con respecto al resguardo de la identidad de los propietarios.
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Patrimonio fuera del país
En diálogo con LA NACION, Miguel Madanes ratificó la información antes mencionada y explicó los motivos de las operaciones offshore: "Es para tener un resguardo de los exabruptos que pueden tener las acciones del Gobierno. Por eso, quiero preservar un pedazo de mi patrimonio afuera del país. Si hay ventajas fiscales [con respecto a operar en la Argentina], me preocupa menos. Esencialmente es un resguardo de mi capital".
"Fui accionista de Aluar, Fate y Telefé, entre otros emprendimientos. Ese dinero proviene de mi actividad empresarial", explicó Madanes.
De acuerdo al expediente judicial de Nueva York, el imperio offshore que manejaban los Madanes se completa con cuatro sociedades anónimas en Panamá, tres firmas y un fideicomiso en Islas Vírgenes, una sociedad en la Isla Man, tres en Bahamas y dos en Islas Cook.
Según documentos a los que accedió este medio, algunas de las operaciones del fideicomiso Hastings Trust registrado en Cook terminaban en una cuenta del Clariden Bank de Suiza, una entidad acusada de evitar los controles sobre lavado de dinero de sus clientes más poderosos, según la investigación publicada por ICIJ.
Los fondos eran girados a la cuenta "103417 I/N/O Swansea" de ese banco suizo. Swansea también se llamaba una de las sociedades de los Madanes en Panamá.
"Las cuentas en Suiza están todas declaradas ante la AFIP. Las ganancias que obtengo pagan todos los impuestos correspondientes en la Argentina", aseguró Miguel Madanes.
El ex titular de YPF también opera con fideicomisos en Nueva Zelanda, otra plaza con beneficios impositivos. "Tenía otro fideicomiso en Austria, pero cuando el Gobierno terminó con el acuerdo bilateral, lo nacionalicé", confesó.
iruiz@lanacion.com.ar
Con la colaboración de Juan Pablo De Santis, desde Buenos Aires.
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