La falta de transparencia del PC chino será puesta a prueba
BEIJING—El nuevo liderazgo del Partido Comunista que será presentado sobre una tarima color carmesí en el Gran Salón del Pueblo hoy jueves enfrentará una formidable serie de desafíos, entre los que se destaca la desaceleración de la economía.
Sin embargo, el Comité Permanente del Politburó bajo el líder entrante del partido, Xi Jinping, no llegó a la cima en un debate sobre las mejores políticas, o encuestas de opinión, o ningún otro mecanismo institucional, sino a través de negociaciones secretas con los líderes salientes y los "ancianos" del partido.
La escasa transparencia sobre la transición de poder en la segunda economía del mundo pone de manifiesto la falta de sintonía entre un sistema político rígidamente leninista y una población cada vez más exigente y con acceso a Internet.
La apariencia de unidad y austeridad que había envuelto a los líderes chinos se rompió este año tras una serie de escándalos que han sacudido al partido, en especial la caída de Bo Xilai, que en su momento fue candidato al Comité Permanente. Su esposa fue condenada en agosto por el asesinato de un empresario británico.
El nuevo liderazgo del país, encabezado por Xi, tendrá que confrontar rápidamente una serie de desafíos entre los cuales la pérdida de vigor de la economía es el principal. Asimismo, los llamados —incluso desde sus propias filas— son cada vez más fuertes para realizar una serie de reformas para forzar la apertura de monopolios estatales y de los intereses burocráticos creados que muchos partidarios creen contribuyeron a la caída de la Unión Soviética.
Sin embargo, los nuevos líderes son producto de un compromiso político y serán absorbidos por la protección de los intereses privados y partidistas, un mal augurio para su capacidad de afrontar con decisión los apremiantes problemas del país.
Esto a pesar de que el país cuenta con cuadros de líderes sumamente talentosos con una inmensa experiencia en el gobierno y los negocios, y con diversos antecedentes educativos, en contraste con los ingenieros que han dominado la cúpula del gobierno durante décadas.
El rol de Jiang
Incluso Hu Jintao, el jefe saliente del partido, advirtió en su discurso de apertura del 18º Congreso del Partido la semana pasada que la corrupción oficial se había convertido en un problema tan grave que si no se abordaba podría "causar el colapso del partido y la caída del Estado". No obstante, el nuevo Comité Permanente ha sido modelado menos por esos retos políticos que por los poderosos grupos de interés dentro del partido, sobre todo por la facción encabezada por Jiang Zemin, antiguo líder de 86 años, según analistas y conocedores del PC.
Jiang, que dimitió como jefe del partido en 2002, parece haber tenido una notable recuperación después de que circularan rumores de que estaba al borde de la muerte, y desempeñó un papel decisivo en la selección del nuevo liderazgo, siendo en casos mejor estratega que Hu para instalar a sus protegidos.
Tal es la opacidad del sistema político, que la ceremonia del jueves marca el primer momento en que el público chino sabrá no sólo quién fue designado para el nuevo Comité Permanente, sino si el cuerpo fue recortado de nueve a siete miembros, como esperan muchos.
Antes de la ceremonia, tampoco estaba claro si Hu mantendría el control de las fuerzas armadas o se convertiría en el primer líder comunista chino en renunciar a todos los poderes formales a la vez, sin derramamiento de sangre, purgas o descontento político.
Hu podría subir con éxito a sus protegidos a posiciones que los conviertan en los principales candidatos para el Comité Permanente de 2017, cuando varios aliados clave de Jiang tendrán que retirarse, de acuerdo con analistas políticos. En los próximos cinco años, sin embargo, muchos especialistas esperan que los aliados de Hu sean una minoría en el Comité Permanente.
El único que estaba seguro de unirse a la cúpula el jueves era Li Kegiang, de quien se espera que tome el relevo del primer ministro Wen Jiabao, como responsable de la segunda economía del mundo, dicen los analistas.
Xi y Li son los únicos miembros del Comité Permanente anterior que no se retiran y se espera que formen el núcleo del nuevo liderazgo en los próximos 10 años. Ambos tomarán posesión de sus cargos estatales en marzo, cuando se espera que Xi sea ascendido de vicepresidente a presidente y Li de viceprimer ministro a primer ministro.
Otros miembros del Comité Permanente han sido decididos mediante una lucha de poder entre los líderes salientes y los retirados, que ha sido especialmente cruel este año debido a la caída de Bo. El resultado de esa lucha es un secreto muy bien guardado, pero fuentes del partido y analistas políticos creen que es probable que el nuevo Comité Permanente sea reducido a siete miembros, lo que supone la eliminación de dos puestos, incluyendo el que controla el vasto aparato de seguridad interna.
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