La falta de crédito ahoga a empresas de la UE
Culpan a los bancos de no dar préstamos pese a las enormes inyecciones de efectivo del BCE
El fabricante portugués de artículos de cuero Antonio & Mateus Ltd. tenía un plan para hacer frente a la crisis económica de su país. El pequeño productor decidió que necesitaba clientes en el extranjero y a principios de este año recibió su primer gran pedido de carteras de una empresa francesa.
Con fondos limitados para comenzar la producción para el nuevo pedido, la empresa solicitó a su acreedor de toda la vida, Banco BPI SA, un crédito de 25.000 euros (unos US$32.560). La solicitud fue rechazada en tres días, a pesar de contar con un limpio historial bancario.
"No sabemos qué hacer", dice Ana Mateus, una de las dueñas de la empresa con 30 años de existencia, que emplea a nueve personas. "El nuevo pedido es nuestra gran oportunidad, pero si no conseguimos el dinero pronto, puede que nos veamos obligados a despedir empleados e incluso a cerrar", explica.
A pesar de enormes inyecciones de efectivo del Banco Central Europeo desde diciembre pasado para ayudar al sector bancario de la zona euro a evitar una crisis de liquidez, hay escasos indicios de que el dinero haya empezado a permear hasta las empresas y hogares en la periferia de la unión monetaria, según analistas y economistas.
El resultado es una contracción del crédito que podría dar lugar a una serie de quiebras, un desempleo aún mayor y una contracción económica más profunda, que dificultará cualquier recuperación, señalan.
"Siempre hemos sido responsables desde el punto de vista financiero, y sin embargo los bancos simplemente no están prestando porque no quieren correr ningún riesgo", dice Mateus, de 40 años e hija del fundador de la empresa. "Y hay muchas otras empresas que enfrentan el mismo problema", añade. Un vocero de BPI, con sede en Oporto, dijo que el banco no hace comentarios sobre clientes específicos.
Mientras las compañías culpan a los bancos por la falta de crédito, los ejecutivos del sector la atribuyen a la debilidad de la economía.
El prestamista español Banca Cívica SA, una entidad mediana, recibió 9.100 millones de euros del BCE con una financiación barata a tres años. En lugar de invertir esos fondos en la economía española, planea comprar unos 6.000 millones de euros en deuda de España, lo que le permitiría beneficiarse de las mayores tasas de interés que ofrecen los bonos soberanos.
Roberto Rey, presidente ejecutivo de Cívica, afirma que la demanda de crédito está cayendo debido a que los bancos cobran más por el riesgo que toman. "Los clientes simplemente no están emprendiendo proyectos riesgosos", comenta.
Los bancos españoles redujeron el préstamo en 3,3% en diciembre respecto del mismo mes de 2010, el mayor recorte desde que el Banco de España comenzó a registrar estos datos, en 1962.
"El sector bancario español contrae el crédito en unos niveles muy superiores a la media comunitaria", afirmó Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad de España, en una conferencia bancaria en Madrid la semana pasada.
En Portugal, los préstamos al sector privado cayeron 3,5% en diciembre frente a un año antes, más rápido que en los meses previos.
El BCE, por su parte, sostiene que está viendo señales de que sus ofertas de financiamiento a largo plazo a los bancos impulsarán el crédito a las empresas y los hogares. "La evidencia anecdótica es que sin duda los estándares para prestar... van a permitir que este crédito se ofrezca", manifestó el lunes José Manuel González-Páramo, miembro del consejo ejecutivo del banco central.
Sin embargo, Famosa SA, un fabricante de juguetes con sede en Madrid que hace tres meses entró en Estados Unidos, no lo ha encontrado así.
Las ventas de la empresa, que tiene 550 empleados, están creciendo a un ritmo anual de más de 5%. Aun así, los bancos no estaban interesados en financiar los US$2 millones necesarios para publicitar en EE.UU. el lanzamiento de Pinypon, una línea de coloridas mini muñecas, por lo que Famosa avanza con sus propios fondos.
"Hay compañías que podrían crecer en exportación que están teniendo serias dificultades en conseguir la financiación que permita mantener ese crecimiento", señala José de la Gándara, consejero delegado de Famosa. "Tratamos de autofinanciarnos lo máximo posible. Pero sin crédito, hay limites a lo que se puede hacer". En tanto, los tres prestamistas de la empresa —Banco Español de Crédito SA, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA y la holandesa Rabobank— declinaron hacer comentarios.
En Portugal, la contracción del crédito está empeorando sus difíciles condiciones económicas. Los temores de que el país ya está atrapado en una recesión han mantenido los precios de sus bonos muy bajos, con muchos inversionistas apostando a que el país seguirá los pasos de Grecia en relación con la reestructuración de su deuda. Dado que Portugal no ha sido capaz de crecer más de 1% al año en promedio durante la década pasada, los analistas dudan que pueda pagar su deuda a largo plazo.
The Wall Street Journal