La energía solar promete iluminar toda África
África podría estar a punto de obtener mucha más energía.
Organizaciones sin fines de lucro llevan años trabajando para abastecer de luz a los africanos que no están conectados a una red eléctrica. Pero sólo han podido ayudar a un porcentaje diminuto, principalmente al venderles lámparas de kerosene baratas.
Ahora, algunas de las mayores empresas energéticas del mundo piensan a una escala mucho mayor. Están realizando proyectos para probar la viabilidad —y la posibilidad de vender— sistemas de energía solar que brindan electricidad para iluminación y otros propósitos en pueblos en toda África.
Las empresas apuntan a vender los sistemas a gobiernos y organizaciones sin fines de lucro, que podrían usarlos para proveer electricidad a pueblos por un precio rebajado o gratis. Los sistemas cuestan menos de lo que saldría expandir las redes eléctricas tradicionales, y ofrecen una forma relativamente rápida y económica de mejorar los estándares de vida.
Los programas piloto han mejorado la vida de las personas. Y el potencial del mercado es atractivo para las empresas energéticas: unos 600 millones de personas en África viven sin acceso confiable a electricidad, según la Corporación Financiera Internacional, una división del Banco Mundial. La gran pregunta es cuán dispuestos estarán los gobiernos y las organizaciones sin fines de lucro a invertir en sistemas solares.
Cuando el sol desaparece en el pueblo sudafricano de Lomshyo, Thandi Mangomisse ya no se preocupa por cuánto kerosene consume su lámpara.
Ahora, la mujer enciende sus dos lámparas y una linterna LED, que funcionan con baterías que carga con dos pequeños paneles solares en su techo. Luego de vivir toda su vida sin electricidad, ahora no puede imaginarse la vida sin ella.
Los paneles solares y las luces fueron un obsequio de Philips Electronics NV. La empresa holandesa los distribuyó en los 71 hogares de Lomshyo y estudia su efecto sobre las vidas de las personas para ayudar a fundamentar un argumento para futuras ventas de sistemas similares.
Además de la conveniencia de la luz eléctrica, la tecnología ha brindado un impulso financiero para los residentes de Lomshyo. Pocos tienen ingresos estables más allá de los subsidios del gobierno o pequeñas ganancias de ventas de banano y mango, pero ahora no tienen que gastar dinero en kerosene. Un resultado: muchos ahora pueden comprar pan, que antes era un lujo, para complementar sus dietas.
The Wall Street Journal