La economía retrocedió 0,7% en noviembre de 2022 y acumuló tres caídas consecutivas
La actividad económica se vio afectada por las dificultades para importar insumos esenciales para la industria, la elevada inflación y el deterioro de los salarios; interanualmente, creció 2,6%
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Castigada por la dificultad para importar insumos esenciales para la industria, por la elevada inflación y por el consecuente deterioro de los salarios, la actividad económica cayó en términos desestacionalizados 0,7% en noviembre pasado, respecto de octubre, con lo que hilvanó tres caídas consecutivas.
El dato fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en su Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), donde también indicó que en el decimoprimer mes de 2022 la economía registró una variación positiva de 2,6% respecto al mismo mes de 2021 y que en lo que respecta al indicador tendencia-ciclo tuvo un incremento de apenas 0,1%.
Gabriel Caamaño, economista de Consultora Ledesma, comentó que el dato de la actividad económica en noviembre está en línea con lo que se preveía. “Es la tercera caída mensual consecutiva y la más significativa de las tres, algo que se veía venir. Influyeron las dificultades para importar insumos, el alto nivel de incertidumbre y el deterioro que tuvo el salario real desde el pico inflacionario de junio-agosto. Además, desde fines de noviembre empezó a jugar la mala cosecha fina por culpa de la sequía”, analizó el especialista.
María Castiglioni Cotter, economista de C&T Asesores Económicos, dijo que se esperaba que la actividad cayera en términos mensuales. “La baja se va acentuando; es el tercer mes consecutivo de caída mensual desestacionalizada del PBI y este mes fue más fuerte que en los anteriores. Está en sintonía con lo que se anticipaba sobre la base de algunos datos sectoriales, como los de la construcción y la industria manufacturera, que tuvieron meses de caídas”, subrayó la especialista.
Para Castiglioni Cotter, la desaceleración de la actividad tiene que ver con las restricciones que implicaron un freno a las importaciones, la falta de insumos y también el retroceso por el lado de la demanda doméstica, afectada por el combo de aceleración de la inflación y la consecuente caída de ingresos reales. “Además, hubo menor disponibilidad de crédito y tasas de interés más altas”, agregó la economista.
En tanto, Matías de Luca, economista de la consultora LCG, señaló que el dato de noviembre sorprendió por lo malo. “De este modo, la actividad anotó tres meses consecutivos de contracción y la caída acumulada respecto de agosto resulta del 1,4%”, destacó.
El economista Juan Delich, de la consultora EcoGo, coincidió en que los tres meses consecutivos de retroceso dejaron como resultado que, respecto del pico en agosto, se observa una caída de 1,4%. “Varios sectores comienzan a mostrar que se agotan las fuentes de crecimiento y la economía empieza a estancarse. Esto se nota aún más en el sector de bienes, el cual se enfrenta a restricciones de divisas para la industria y construcción o falta de incentivos en el caso del agro”, explicó.
Asimismo, Delich añadió que, de cara a lo que pueda suceder con diciembre de 2022 (dato que dará a conocer el Indec en febrero), se estima que las cifras de comercio no mostrarían una recuperación del sector agrícola, sino todo lo contrario. “En tanto, mirando 2023, la oferta de dólares va a ser fundamental para sectores como el de manufacturas y construcción”, concluyó.
Con vistas a lo que puede llegar a ser el resultado anual de 2022, De Luca estimó un crecimiento del 5,5%. Y aclaró: “Esa cifra esconde un arrastre estadístico de tres puntos que dejó la recuperación de 2021. En efecto, medido contra diciembre de 2021, el año cerraría con un crecimiento cercano a 2,5% anual”.
En lo que concierne a 2023, De Luca observó que la actividad se verá resentida por la actual sequía que afecta la campaña 2022/23, por la que se espera una pérdida en torno a los US$10.000 millones, de acuerdo con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. “Consecuentemente, con una menor oferta de divisas, esperamos que se pronuncie el control de importaciones, lo cual tendrá su correlato en la disponibilidad de insumos para el normal funcionamiento de la industria. Esto, junto con un poder adquisitivo que no creemos que se recupere, traería aparejada una contracción de la actividad en torno al 0,5% anual promedio”, proyectó.
Caamaño, por su parte, opinó que el último semestre de 2022 cerrará también en línea con lo que se esperaba. “Es decir, estancado y con alta inflación”, sintetizó.
Según Castiglioni Cotter, la recuperación llegó a su fin hace tiempo, pero esos datos recién se están relevando ahora. “La economía tiene un gran desafío para crecer en 2023 justamente por todos estos procesos que empezaron antes y que van a continuar. A eso hay que sumarle el impacto que pueda tener la mala cosecha de trigo, su efecto en la industria alimenticia, y la menor producción agrícola en general, que afecta también en forma indirecta al comercio minorista, que está ligado a ese sector”, estimó
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