La economía en 2022: qué se espera de la actividad, la inflación y el dólar
Dirigentes de distintas áreas dieron sus puntos de vista en un relevamiento hecho por Poliarquía; por lo general, hay pesimismo y desconfianza en el Gobierno; se vislumbra un escenario negativo tras el rebote posterior a la caída por la crisis de la pandemia
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Los números son contundentes. Según las consideraciones de personas del establishment de la Argentina, el futuro próximo de la economía ofrece un escenario negativo. Y, además, hay escasos indicios de un cambio de expectativas en el corto plazo. La corrida cambiaria iniciada en abril de 2018 fue el punto de partida de una nueva crisis en el país y representó un quiebre de la visión que hasta entonces ofrecía matices optimistas. A partir de ese año imperan una visión pesimista y un escenario adverso. Todo empeoró con la llegada de la pandemia y el efecto fuertemente negativo en el nivel de actividad y en el empleo en 2020.
Y, si bien para 2022 se proyecta un crecimiento del producto bruto interno por segundo año consecutivo, la mayoría de los hombres y mujeres que ocupan puestos de liderazgo no cree que se vayan a resolver cuestiones estructurales y que vaya a cambiar la dinámica económica y social que se vio en el último tiempo.
Así lo ilustran los resultados de la última encuesta a líderes y formadores de opinión de la Argentina, que Poliarquía Consultores realiza anualmente desde 2008. Los datos del relevamiento muestran que ocho de cada diez encuestados califican como “negativa” a la situación del país, mientras que solo uno de cada 100 la describe como “positiva”. La foto de hoy contrasta con la de hace cuatro años: según los resultados de la encuesta hecha en 2017, siete de cada diez líderes afirmaba que el escenario en la Argentina era “positivo”, mientras que solo 9% lo calificaba como “negativo”.
“Hay una combinación de un proceso de desilusión generalizada, que no solo involucra a la élite sino al conjunto de la sociedad, en el cual se observan una economía y una situación social que viene en un retroceso sostenido”, analizó, en diálogo con LA NACION Alejandro Catterberg, presidente de Poliarquía y director el relevamiento, que involucró a 200 líderes, elegidos al azar de un listado de dirigentes políticos nacionales, provinciales y locales; legisladores; académicos; investigadores universitarios; consultores; profesionales; empresarios; periodistas, y comunicadores. La firma, que hizo su encuesta de forma online entre el 3 y el 14 de diciembre, eligió a un conjunto de personas que “poseen la capacidad de ejercer influencia sobre las actitudes y las conductas de la opinión pública”.
Más allá de que, tras el impacto negativo de la pandemia y la cuarentena, este año cierra con un rebote en el nivel de actividad y una recuperación del empleo, la visión de los líderes encuestados tiene un rasgo pesimista. Un 64% de los encuestados sostuvo que su evaluación del país es “peor” a la de un año atrás. En cambio, solo 18% sostiene que actualmente la Argentina está mejor que en 2020.
A su vez, solo uno de cada diez consultados aprueba la gestión del Gobierno, mientras que 87% la desaprueba, y 3% no respondió. De forma contundente, un 85% considera que el Gobierno “no sabe cómo resolver los problemas del país”.
“En el caso de las élites, es obviamente un sector que no acompaña y no acuerda con la visión y el enfoque de muchos de los principios básicos del oficialismo. Entonces, más allá de algunos matices que puede haber entre académicos, periodistas, empresarios o en la dirigencia política, cuando se mira en conjunto el establishment no acompaña las ideas populistas, más aislacionistas, antimercado y anticompetencia que sostiene el kirchnerismo”, explicó Catterberg.
En ese contexto, las perspectivas para 2022 son negativas. El 45% de los encuestados por Poliarquía plantea que el país estará “peor” que en el actual 2021 (el año pasado, tal cosa era afirmada por un 43%). La foto de hoy contrasta con las expectativas que había en 2017 con respecto a 2018: para el año posterior al triunfo legislativo de Cambiemos, siete de cada diez encuestados decían que el país estaría mejor, y solo cuatro de cada 100 aventuraba un escenario “peor”.
La expectativa promedio de los líderes encuestados marca que la economía crecerá 3,1% en 2022, una cifra a mitad de camino entre las proyecciones de los economistas de consultoras o centros de estudio (2,5%, según la última edición del Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central) y el Gobierno (4% fue lo indicado en el fallido proyecto oficial de ley de Presupuesto).
Y el dato es que, más allá del optimismo respecto de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de marzo de 2022 (el pacto es algo muy probable para el 19% y bastante probable para el 56%), la mayoría de los encuestados considera que ese hito no generará un cambio económico para el corto plazo: se espera, en promedio, una inflación más elevada que la de este año (53,7%) y más devaluación (se estima que el dólar oficial llegará a $179 y el paralelo, a $279).
Ese escenario y el de una expansión del nivel de actividad que se ubica en línea con el arrastre estadístico que dejará el rebote de 2021, abre temores en relación con un contexto de mayor tensión social. Para el 51% de los líderes consultados es “bastante probable” que ocurran “episodios de severa conflictividad”.
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