La economía de Europa necesita más inflación
El estancamiento de precios frena el repunte en países periféricos como España e Italia
A medida que Europa se recupera de su crisis, los países más afectados como España e Italia están tratando de reducir sus deudas y, al mismo tiempo, de elevar la competitividad de sus economías en el exterior.
El problema es que es difícil hacer ambas cosas a la vez y la débil inflación de la zona euro complica aún más la doble tarea.
Mientras la élite económica del mundo recibió con beneplácito las noticias de la recuperación global durante la cumbre de Davos realizada la semana pasada, las heridas de la zona euro probablemente demorarán su tiempo en sanar e incluso podrían reabrirse.
¿Por qué? Hasta que comenzó la crisis, los países "periféricos" de la zona euro, principalmente los del sur de Europa, tenían una inflación más alta que el "núcleo" de la región, es decir las economías alrededor de Alemania. Los productos de estos países periféricos se encarecieron demasiado, lo que a menudo produjo grandes déficits comerciales financiados desde el exterior.
Sin monedas nacionales que devaluar, los países de la periferia necesitan bajar los precios y los salarios en relación al núcleo europeo para recuperar su competitividad. La inflación tendría que estar por debajo del promedio europeo durante años.
Sin embargo, recortar la deuda es más sencillo para las familias, empresas y países si sus ingresos nominales, los cuales suben con la inflación y el crecimiento de la economía, se expanden. La solvencia, y la resistencia a futuras crisis financieras, depende de reducir la deuda como proporción del Producto Interno Bruto. Eso significa que entre más caiga la inflación en Europa, mayor será la tensión entre mejorar la solvencia y elevar la competitividad.
Bruegel, un centro de estudios sin afiliación política de Bruselas, calcula que España e Italia pueden reducir su deuda pública en relación al PIB en los próximos años si sus economías crecen, se ajustan a sus presupuestos y la inflación de la zona euro se ubica cerca de 2%, la meta del Banco Central Europeo.
Pero si la inflación del bloque es de apenas 1%, entonces la necesidad de abaratar los costos en relación a Alemania llevaría a la inflación en Italia y España a cerca de cero. En ese caso, un PIB nominal más bajo hace que las deudas se vean más graves. La deuda de España podría llegar a 120% del PIB, mientras que la de Italia superaría el 140%, estima Bruegel.
La inflación anual de la zona euro ha caído por debajo de 1%. La inflación española es casi inexistente y la de Italia está ba-jando. Incluso Alemania, que necesita que la inflación esté bien por encima de 2% en el escenario optimista de Bruegel, está por debajo de la meta. El escenario más pesimista está cerca de volverse una realidad.
"Mi temor es que resulte muy difícil para estos países alcanzar las metas duales de sostenibilidad de deuda pública y una mejora duradera en la competitividad", dice Zsolt Darvas, académico de Bruegel.
Si los precios caen, Grecia muestra un escenario de lo que podría suceder: la deflación está causando estragos en la solvencia del país, empujando su relación deuda-PIB a niveles cada vez más altos, pese a sus medidas draconianas de austeridad.
Aunque Italia y España no están lidiando con deflación, incluso una inflación muy baja podría crear un círculo vicioso. Esta conlleva a más austeridad para estabilizar la deuda, lo que resta velocidad a la recuperación. Si los ingresos nominales decep-cionan, los hogares y negocios tienen que gastar más de su dinero para reducir sus deudas, dejando a las personas con menos para consumir o invertir.
Este problema es parte de un conjunto de razones, incluyendo los altos costos de endeudamiento para los países de la periferia, la austeridad fiscal, sofocantes regulaciones y la ausencia de una demanda de productos a lo largo del continente, por las cuales la recuperación de la zona euro probablemente será a paso de tortuga. Una reducción de deuda demasiado lenta también deja vulnerables a las economías en problemas a posibles brotes de turbulencia financiera global. Las deudas externas netas del gobierno y del sector privado de España, que sumadas representan cerca de 95% del PIB, necesitan ser refinanciadas continuamente.
"La amenaza es que cualquier trastorno en los mercados financieros, como una interrupción repentina de la disposición de los [inversionistas] extranjeros a comprar deuda española, causaría el caos", dice Huw Pill, economista jefe para Europa de Goldman Sachs.
La historia es similar para buena parte de la periferia europea. "Esta deuda pende como una espada de Damocles sobre Europa", señala Pill.
La mayoría de los países de la periferia ya han recuperado cierta competitividad. Pero aún tienen camino por recorrer ya que necesitan acumular grandes superávits comerciales para obtener dinero con el cual pagar sus deudas. La compresión de precios y salarios que requieren hace que las deudas existentes sean una mayor carga en todos los niveles de la economía. Por ejemplo, los trabajadores españoles que acepten un recorte salarial para aumentar la competitividad de su empresa pasarán aún más problemas para pagar su hipoteca.
El BCE podría intensificar sus esfuerzos para elevar la inflación en toda Europa, imprimiendo dinero y comprando activos financieros a gran escala. Pero el banco central no quiere desatar la ira de Alemania, que cree que el estímulo monetario es nocivo para la estabilidad financiera.
Alemania podría ayudar al darle un impulso a la inversión y los salarios. Una mayor demanda e inflación en el núcleo aliviaría el balance interno de la zona euro y, al reducir el superávit alemán, también debilitaría la tasa de cambio del euro, ayudando a la competitividad de la periferia.
No obstante, Alemania ha dejado en claro que el sur de Europa tendrá que solucionar los desequilibrios de la zona euro por su cuenta, con poca ayuda del núcleo para compensar el repliegue de la periferia y los recortes de salario.
Europa probablemente seguirá adelante como pueda, como siempre, dice Darvas. Pero sin una inflación más alta, "será un proceso mucho más largo y doloroso".
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