La deuda que heredó el Tesoro del Banco Central se achica más rápido de lo previsto
Los bancos están desarmando inversiones en Lefi para atender una demanda de crédito en expansión
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El costo que deberá enfrentar el Tesoro Nacional por haber reasumido la deuda que alguna vez le generó al Banco Central (BCRA) mediante la emisión de las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi), lo que lo obligaba a mejorar aún más en adelante su cuenta de resultados, puede ser mucho menor en comparación con lo que el mercado temía.
Ocurre que, de acuerdo con las estadísticas oficiales, en poco más de dos semanas los bancos desarmaron casi un cuarto de la posición en pesos invertida en estos nuevos instrumentos, que el Gobierno les ofreció para que reubiquen la liquidez que mantenían colocada en pases pasivos, precisamente para terminar con esa deuda por la que el BCRA debió emitir más de $33,5 billones sólo en los últimos cuatro años, para honrar los intereses que generaba.
Concretamente, los $10,85 billones que migraron el 22 de julio (día en que quedaron eliminados los pasivos remunerados del BCRA) fueron reducidos a $8,1 billones a poco de comenzar la semana en curso.
Los analistas vinculan este movimiento con una recuperación en la demanda de pesos (según datos del BCRA el M3 -agregado monetario más amplio de la economía- creció 5,5% real) y, principalmente, con el sostenido proceso de recuperación que muestra el crédito en moneda local al sector privado en los últimos en los últimos cuatro meses, que se sostiene además en la primera parte del mes en curso.
“Sin dudas hay aportes de ambos factores, pero creo que más importante es la expansión que se está generando por la inyección de créditos”, explica el economista Juan Manuel Truffa, de la consultora Outlier.
Esto implicaría que “los bancos están volviendo a trabajar de bancos”, tras largos años de haber vivido de lo que cobraban por comprarle Lebac/Leliq o pases al BCRA con el dinero que la propia entidad buscaba retirar de circulación tras haber rebasado todos los límites recomendables de emisión para financiar al fisco, como planeó el Gobierno al terminar precisamente con esa “bola”.
“Lo que interpretamos es que el sistema financiero está demandando mayor liquidez, post canje de las opciones de liquidez fácilmente ejercibles sobre inversiones hechas en bonos (puts) que tenían en un contexto donde el crédito en pesos al sector privado se sigue recuperando fuerte. Pero también hay una recuperación del circulante y el M2 (depósitos a la vista) en términos reales para las series con ajuste estacional, tras el piso que marcara en enero-febrero”, explica.
En los días recientes, la base monetaria experimentó un incremento considerable impulsada por los encajes.
— Romano Group (@romano_group) August 7, 2024
En términos netos, gran parte de dicho aumento proviene de desarme de LEFI que se transforman en encajes.
Las LEFI se transan entre BCRA y Bancos Privados a Valor Técnico. pic.twitter.com/lYBzBCk6DK
La baja de esta deuda también es consistente, aunque en menor medida, con un aumento en el stock de encajes prudenciales.
En los bancos coinciden en que hay un combo de factores, que incluye una mayor preferencia por mantener niveles de liquidez en un contexto en que se hace algo menos costoso por la baja que experimenta la inflación. “Los que fuimos con el total de la posición al canje de puts (te hablo en plural porque creo que es algo extendido) por ahora nos sentimos más cómodos con algo más de liquidez en esta situación de mercado”, explicó a LA NACION el gerente general de una entidad privada líder.
El cuadro que describe, además, coincide con la reactivación que mostró la ventanilla de pases pasivos (préstamos) del BCRA desde comienzos de mes, que sólo había estado activa por varios días en los últimos años en medio de la corrida cambiaria desatada sobre el final de abril de 2018. Recobró actividad desde comienzos de mes, al solicitar algunas instituciones financieras unos $97.000 millones por esta vía al ente monetario, luego de que el costo de esa asistencia bajara del 60% al 48% nominal anual.
Para Truffa, que encaren la búsqueda de liquidez desprendiéndose de las Lefi tiene lógica por el diferencial de tasas. “Las Lefi pagan 40% anual, que es algo menos que varias de las Lecap que suscribieron. Además, hay que considerar que ya descargaron parte de la cartera que tenían invertida en bonos CER (al cambiar las expectativas inflacionarias), por lo que prefieren mantener la porción que tienen en cartera para no perderse capturar ganancias si hubiera alguna sorpresa inflacionaria en adelante”, explicó.
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