La desaceleración global amenaza la recuperación de Estados Unidos
Problemas externos amenazan la recuperación de Estados Unidos por cuarto año consecutivo. Esta vez, sin embargo, la turbulencia provendría de economías debilitadas en lugar de mercados financieros atribulados.
Las exportaciones estadounidenses a la Unión Europea caen marcadamente. El crecimiento de las ventas internacionales de EE.UU. en general ha perdido fuerza en los últimos meses, tras un repunte de tres años post recesión. Grandes compañías del país también han reducido sus proyecciones para sus operaciones extranjeras en medio de los problemas de la zona euro y un menor crecimiento en otras importantes economías como China.
Los renovados temores de una desaceleración global llegan tras meses de esperanza de que finalmente se estuviera gestando una recuperación sólida.
"De vez en cuando se ve que las cosas parecen mejorar y luego aparecen unas cuantas malas noticias", dijo el economista en jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, durante el reciente encuentro de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales en Washington para conversar sobre cómo reanimar el crecimiento.
Los problemas que surgen hoy son distintos a los temores de los últimos tres años. En 2010, 2011 y 2012, miedos existenciales de un colapso de la zona euro atemorizaron a los inversionistas de todo el mundo. Aunque los mercados de valores de EE.UU. registraron avances importantes durante ese período, también tuvieron bajones pronunciados que pusieron nerviosos a las empresas y mermaron la confianza.
A pesar de los temblores financieros, el crecimiento económico subyacente se mantuvo moderado en EE.UU., y la mayoría de las principales economías de la zona euro lograron capear los primeros años de la crisis. Las exportaciones estadounidenses a Europa aumentaron a pesar de las nubes grises sobre el continente, lo que ayudó a propulsar la recuperación de EE.UU.
Los mercados financieros han experimentado una racha sorprendente desde que el Banco Central Europeo prometiera a mediados del año pasado que protegería el euro. Las acciones en EE.UU. han subido 15% desde noviembre, impulsadas, en parte, por el gigantesco programa de compras de bonos de la Reserva Federal.
Ahora, sin embargo, las principales economías están languideciendo. La recesión de la zona euro se prolonga, China enfrenta nuevos temores de una desaceleración y se renuevan las inquietudes sobre un bajón en EE.UU. en el actual trimestre.
"El repunte en los mercados financieros claramente no se está traduciendo en una mejora sostenida en el crecimiento y en el empleo", dijo la semana pasada Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional. El organismo proyecta que la economía global se expandirá apenas 3,3% este año, casi lo mismo que en 2012. Creció 5,2% en 2010, el primer año completo de recuperación, y 4% en 2011.
El viernes, General Electric Co. indicó que los problemas en Europa perjudicaron sus resultados del primer trimestre, a pesar de registrar un alza general en su ganancia. "Habíamos previsto que (el desempeño en) Europa sería similar al de 2012, otra vez a la baja, pero fue incluso más débil de lo que esperábamos", dijo el presidente ejecutivo, Jeffrey Immelt. Los ingresos industriales del conglomerado estadounidense cayeron 17% en Europa.
La caída de los precios de las materias primas, una consecuencia de la desaceleración, ha hecho mella en los pedidos de equipos mineros que reciben otros fabricantes. El gigante del sector Caterpllar Inc. informó el viernes que sus ventas minoristas de maquinaria cayeron 11% en el primer trimestre frente al mismo lapso del año pasado debido a que la demanda se enfrío en los principales mercados. Las ventas de la empresa en la región Asia-Pacífico descendieron 24% durante el trimestre.
EE.UU. tiene sus propios problemas internos que se suman a la desaceleración internacional. Un aumento en los impuestos sobre nóminas en enero ha restringido el consumo, lo que a su vez daña las ventas minoristas y merma la confianza. Se prevé que los recortes presupuestarios del gobierno que empezaron en marzo reduzcan el crecimiento en los próximos meses a medida que los trabajadores del sector público acepten vacaciones sin paga y los contratistas eliminen trabajos.
Los golpes a los consumidores y las empresas de EE.UU. hacen que las compañías dependan más de sus clientes extranjeros. No obstante, las penurias económicas en la zona euro están repercutiendo en todo el mundo y afectando otras regiones, como China, cuyas exportaciones a Europa también se han visto perjudicadas. Esto está contribuyendo a la debilidad de la economía de China y su consumo de productos y servicios estadounidenses.
Por ejemplo, McDonald’s Corp., la mayor cadena de restaurantes del mundo por ventas, ha visto un descenso en sus ventas en China, Europa y EE.UU. a medida que los problemas se propagan. Su presidente ejecutivo, Don Thompson, atribuyó los débiles resultados a las "persistentemente altas tasas de desempleo y continuas medidas de austeridad" en Europa y las "débiles" condiciones económicas en Asia, entre otros factores.
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