La desaceleración de los países ricos pesa sobre los emergentes
Los problemas del mundo desarrollado están comenzando a perjudicar a economías emergentes como China, Brasil e Indonesia, que empiezan a implementar políticas dirigidas a reanimar el crecimiento para compensar los daños.
Desde ventas minoristas menguantes en Brasil hasta menores pedidos para productores fabriles en Sudáfrica y gestiones del gobierno chino para impulsar las acciones de sus grandes bancos, queda claro que las economías en vías de desarrollo sienten la presión de la desaceleración en Occidente.
Los datos comerciales están entre los primeros en reflejar el bajón. China informó el jueves que su actividad comercial creció en septiembre a su ritmo más lento en siete meses, con una expansión de 10% de las exportaciones a la Unión Europea -el mayor socio comercial de China-, comparado con una de 22% en agosto. El crecimiento de las importaciones de China también fue más lento, una señal preocupante para otros mercados emergentes de Latinoamérica a África que proveen materias primas al gigantesco sector de la construcción de China.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó el jueves sus pronósticos para las economías emergentes en Asia este año y el próximo, y dijo en un informe que los riesgos para las economías "decididamente tienden a la baja".
"No podemos dar por hecho que Asia será inmune" a un grave bajón en Europa y Estados Unidos, dijo Anoop Singh, director del departamento de Asia-Pacífico del FMI acerca de la posibilidad de que Europa sea incapaz de resolver sus problemas de deuda.
El FMI aún espera que las economías emergentes de Asia, incluidas China e India, crezcan 7,7% el año próximo, una ligera caída frente a su pronóstico anterior en abril de 8%.
Los mercados financieros, que normalmente se mueven por adelantado, antes de la llegada de los datos económicos, han bajado. Las valoraciones en algunos mercados ahora reflejan significativas mermas en las ganancias corporativas. El panorama no tan pesimista se debe al fuerte gasto interno. La mayoría de las economías emergentes también tiene margen para estimular el crecimiento mediante reducciones de tasas de interés y gasto público, a diferencia de los mercados desarrollados donde las tasas siguen en niveles a ras de suelo y los presupuestos gubernamentales están al límite.
Hasta hace apenas unos meses, la mayor inquietud para estos gobiernos era la inflación causada por el fuerte crecimiento, y monedas aparentemente irreprimibles, lo cual perjudicaba su competitividad exportadora. Ahora, los gobiernos están actuando con rapidez para ponderar recortes de tasas de interés y detener caídas en sus monedas conforme la crisis de deuda de Europa promueve la huida hacia el dólar. UBS calcula que los mercados emergentes usaron aproximadamente US$35.000 millones en reservas en septiembre para detener los descensos de sus divisas.
Las autoridades quieren evitar una repetición de 2008. Entonces, los mercados emergentes crecían aun cuando el mundo desarrollado caía en una recesión, pero cuando Lehman Brothers se desmoronó, las economías emergentes se paralizaron, obligando a los gobiernos a intervenir con grandes planes de estímulo.
En Brasil, datos oficiales mostraron esta semana que las ventas minoristas se contrajeron en agosto tras meses de crecimiento pujante. La industria automotriz del país vendió 5% menos vehículos en septiembre que el mes anterior y algunas grandes automotrices han decidido moderar la producción.
Muchos economistas han revisado a la baja sus cálculos de crecimiento para Brasil para este año de 5% a 3%. "La economía se está desacelerando más rápidamente de lo que esperábamos", escribió Paulo Leme, analista de Goldman Sachs.
Brasil estuvo entre los primeros mercados emergentes en tratar de realimentar el crecimiento con una reducción de tasas, recortando su tasa de interés de referencia a fines de agosto a pesar de las inquietudes inflacionarias.
Algunos economistas esperan que los datos que serán difundidos el viernes muestren que Singapur, una de las economías más volátiles y más dependientes del comercio, puede haberse contraído por segundo trimestre consecutivo, con lo cual, técnicamente, habría caído en una recesión.
Paulo Prada en São Paulo y P.R. Venkat en Singapur contribuyeron a este artículo.
The Wall Street Journal