La desaceleración china preocupa a los emergentes
HONG KONG.- Pilas de carbón sin vender se amontonan a los costados de caminos rurales en el norte-centro de China. Algunas minas de mineral de hierro cerca de Pekín están operando a una fracción de su capacidad. Los productos agropecuarios chinos son rechazados cada vez más por los consumidores locales.
Si bien China sigue siendo casi autosuficiente en todas estas categorías, está importando más de otros mercados emergentes. Economistas e inversores de todo el mundo han estado preocupados en los últimos días por los posibles efectos sobre mercados emergentes más pequeños en el caso de que empeore la desaceleración económica china. Esas preocupaciones han hecho caer los precios de las acciones y las cotizaciones de las divisas, desde Yakarta, pasando por Estambul, hasta Buenos Aires, aunque los mercados emergentes tuvieron una recuperación parcial el miércoles. Esto ayudó a incitar a los bancos centrales de Turquía y de la India a subir sus tasas de interés testigo inesperadamente el martes.
Y sin embargo, los productores más vulnerables en estos días pueden no ser las minas de carbón en Indonesia, las plantaciones de palma en Malasia o de soja en Brasil, sino los agricultores y, especialmente, las minas en China misma.
El rol de China como el mayor comprador de una larga lista de commodities , desde mineral de hierro hasta aceite de palma, significa que los mercados emergentes están fuertemente expuestos a cualquier desaceleración económica. Pero su capacidad de conquistar participaciones cada vez mayores en el mercado chino a expensas de los productores de commodities chinos ha limitado al menos en alguna medida la exposición de los mercados emergentes.
El renminbi en sostenido ascenso, la persistente inflación y los salarios industriales por las nubes se han combinado para borrar gran parte o la totalidad de las ventajas en términos de costos de la producción local en una larga lista de commodities . Al mismo tiempo, el ajuste de la normativa contra la polución les hace más difícil a las acerías utilizar las reservas de mineral de hierro de bajo grado o a las usinas quemar el carbón chino de baja calidad.