La debilidad global castiga a los commodities
En medio de las crecientes preocupaciones acerca del ritmo de la expansión global, los inversionistas se están deshaciendo de los commodities.
Nuevas cifras que muestran que la actividad fabril de China cayó a un mínimo de 15 meses y un análisis que se filtró el viernes con las dudas de la Reserva Federal sobre cuán rápido crece Estados Unidos aumentaron las preocupaciones de los inversionistas y aceleraron la ola de ventas de materias primas, desde el petróleo y el oro, hasta el cobre.
Según los datos semanales de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de EE.UU., los gestores de dinero redujeron sus apuestas al aumento del precio del petróleo a su nivel más bajo en dos años y medio, al tiempo que incrementaron sus apuestas a la caída de las cotizaciones del cobre a su postura más pesimista de los últimos dos años. Y la semana pasada, por primera vez desde 2006, los gestores de dinero también se volvieron bajistas netos en cuanto a las opciones y los futuros del oro.
"Una confluencia de factores negativos ha creado una nube de incertidumbre y duda", dice Michael Turek, jefe de metales básicos en BGC Partners. "Los inversionistas están pensando que los productos básicos no son el lugar para estar", agrega.
El cobre y la plata, metales utilizados en aparatos electrónicos, se hundieron el viernes a sus cotizaciones más bajas en seis años. El oro cayó a un mínimo de cinco años, y los precios del petróleo en EE.UU. cayeron por debajo de US$50 el barril. El índice S&P GSCI, que sigue una amplia canasta de productos básicos, cayó a 3.866 puntos, su valor más bajo desde enero.
Esta tendencia descendente en los precios de los commodities refleja preocupaciones más amplias en un momento en que el suministro de muchas materias primas es superior a la demanda. China es el mayor consumidor mundial de metales industriales y EE.UU. lidera la demanda de crudo.
La inquietud de los inversionistas se vio agravada por el informe sobre la débil recuperación del mercado inmobiliario de EE.UU. y la publicación de los pronósticos económicos internos de la Fed. Los funcionarios del banco central estadounidense esperan un menor ritmo de crecimiento y de alzas de las tasas de interés que el proyectado por los miembros de la junta de la Fed.
Este pronóstico podría enfriar las expectativas de los inversionistas de que la Fed subirá las tasas a corto plazo este año por primera vez desde 2006, echándole así un baldazo de agua fría al repunte del dólar, que ha tomado impulso este mes. Aunque el viernes la moneda estadounidense registró pocos cambios, persisten las preocupaciones de que la economía global está en una trayectoria descendente, lo que genera más dudas sobre el valor de las materias primas como clase de inversión.
El crecimiento del mundo desarrollado se ha rezagado frente a las expectativas, conforme los países lucharon por recuperarse de la crisis financiera de 2008. Entre tanto, una expansión más lenta de las economías emergentes lleva a muchos inversionistas a preguntarse qué es lo que va a impulsar la demanda global.
Desde 2008, según datos del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento global ha promediado 3,3%, comparado con el promedio de 4,7% durante los seis años anteriores a esa fecha. Para este año, el FMI prevé un crecimiento de 3,3%.
"La tendencia del momento va contra los commodities" y el camino de menor resistencia tiene un umbral más bajo, señala Jack Ablin, director de inversiones de BMO Private Bank, que gestiona unos US$68.000 millones. Ablin ha eliminado de su cartera toda exposición a las materias primas.
Los precios de referencia del petróleo en EE.UU. cayeron 6% la semana pasada, a US$48,14 el barril, un mínimo de casi cuatro meses. Los precios del contrato de cobre con vencimiento más próximo perdieron 4,9%, ubicándose a US$2,3815 la libra, su nivel más bajo desde julio de 2009.
El oro, que ha caído 8,3% en lo que va del año, cerró la semana en US$1.085,60 la onza troy, su precio más bajo en más de cinco años. Cuando los temores de un colapso económico global retrocedieron, muchos inversionistas que habían comprado el metal como protección contra una turbulencia económica lo reemplazaron con acciones. Los inversionistas también han estado vendiendo oro en previsión del aumento de las tasas de interés.
"La gente ha estado feliz con sus tenencias de renta variable de EE.UU. y eso ha funcionado bastante bien para ellos", dice Nicholas Robin, quien ayuda a administrar US$600 millones invertidos en materias primas en Columbia Threadneedle Asset Management en Londres. Robin indica que su fondo ha conservado menos oro que el sugerido por los índices de materias primas y espera que el precio ronde US$1.000 la onza a fines de año.
La semana pasada, el mayor productor de oro del mundo, Barrick Gold Corp., perdió US$2.200 millones, o 17% de su valor de mercado. La cuprífera estadounidense Freeport-McMoRan Inc. perdió US$3.700 millones, o 23%, en capitalización bursátil, a US$12.800 millones, y Exxon Mobil perdió US$11.000 millones de su valor accionario, a US$334.000 millones.
Algunos inversionistas dicen que la ola de ventas de materias primas ha ido demasiado lejos y que los precios probablemente se recuperarán hacia fines de año.
Paul Christopher, estratega global de mercado del Instituto de Inversiones Wells Fargo, dice que algunos corredores de materias primas son excesivamente bajistas respecto de China porque erróneamente conectan la reducción de la actividad fabril en ese país con la reciente caída de las acciones chinas. "Especialmente a la luz de la ola de las ventas en el mercado de renta variable durante el último mes, hay una atención nueva y particular sobre la salud económica de China. Hemos visto la contracción de las cifras (manufactureras chinas) y ello no ha significado que la economía se esté desacelerando más rápido", señala. Agrega que no espera un "colapso adicional de los precios de los commodities".
Otros dicen que hay más dolor en el futuro para estos mercados y que es demasiado pronto para saltar de nuevo al tren de las materias primas.
Una recuperación en Europa o Japón podría estimular la demanda de commodities y llevar los precios al alza. Pero Ablin, de BMO, planea esperar a que se produzca una recuperación sostenida de los precios antes de hacer alguna compra.
"Los mercados baratos pueden abaratarse aún más", afirma.