La debilidad económica global sigue desvelando
Seis años después de lidiar con la crisis financiera global, las principales autoridades económicas del mundo pasan apuros para dejar de lado la mentalidad anticrisis e impulsar el crecimiento de una vez por todas.
Problemas como la baja inflación, un alto endeudamiento, las elevadas tasas de desempleo y la volatilidad financiera han agobiado a la economía global durante años, lo que ha mantenido el crecimiento en niveles modestos.
Estas tensiones, sumadas a amenazas como una posible cesación de pagos de Grecia y una profundización de la desaceleración en China están poniendo en alerta a los estrategas económicos que han comenzado a prepararse para potenciales problemas.
Los ministros de Finanzas y banqueros centrales de todo el mundo, quienes estuvieron reunidos hasta el domingo en Washington, trataron de concentrarse en señales esperanzadoras como los beneficios para las economías desarrolladas de los bajos precios del petróleo. No obstante, indicaron que la perspectiva de crecimiento general del planeta no se ha movido de 3,5% este año, debido a que muchos países no superan el legado de la crisis financiera.
"Es prematuro hablar de un crecimiento vibrante", reconoció el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
Pese a un tono de mayor urgencia, los funcionarios reconocieron que han tenido pocos avances respecto a las negociaciones de la financiación de emergencia para Grecia. Aunque los encargados de las finanzas globales advirtieron que la volatilidad de las divisas, una inflación sumamente baja y los altos niveles de deuda amenazan con socavar la desigual recu-peración de la economía mundial, no llegaron a un consenso respecto a cómo solucionar los problemas más allá de mayores medidas de estímulo por parte de los bancos centrales y hacer llamados a reformas económicas en países específicos para incrementar su competitividad.
Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, advirtió que la falta de iniciativa por parte de las au-toridades económicas en todo el mundo corre el riesgo de transformar las mediocres perspectivas de crecimiento en la nueva realidad.
Muchos de los mayores mercados emergentes están desacelerándose o contrayéndose, incluso antes de que se sientan los efectos que se esperan si la Reserva Federal comienza a elevar las tasas de interés. Otros riesgos, como una posible cesación de pagos de Grecia y su salida de la zona euro, las burbujas financieras, el conflicto entre Ucrania y Rusia y el enfriamiento de China, están preocupando cada vez más a las autoridades económicas, en momentos en que buscaban enfatizar las medidas para apuntalar el crecimiento mundial.
"La economía global aún no está a salvo", dijo Agustín Carstens, gobernador del banco central de México y presidente de la junta de políticas del FMI. Agregó que las políticas de crédito barato a las que las autoridades recurrieron para sacar a la economía global de la recesión de 2009 han llevado a una mayor toma de riesgos en los mercados financieros que en la economía real, un desequilibrio que lo incomoda.
El FMI lleva años advirtiendo que los países deben delinear y llevar a cabo grandes reformas para dinamizar el crecimiento.
"Es un tema recurrente", dijo el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray. "El mundo tiene una sobredependencia de la política monetaria y quizás un esfuerzo insuficiente en el frente estructural".
Varias medidas del Grupo de las 20 mayores economías del mundo para impulsar el crecimiento han sido dejadas a un lado, víctimas de políticas domésticas que hacen que sea más complicado aprobar reformas económicas. "Los procesos políticos requeridos para resolver estos problemas no son simples", reconoció Videgaray. "Es por esto que la política monetaria está llevando la mayor parte de la carga".
A lo largo de las reuniones, los funcionarios trataron de concentrarse en las buenas noticias. Por ejemplo, la economía estadounidense cobra fuerza, aunque lentamente. La zona euro ya no está al borde de la recesión y la economía de India está superando a la de China como el mercado emergente de más rápido crecimiento. Además, la caída de los precios del petróleo podría ayudar al crecimiento de los grandes países importadores de energía.
No obstante, una serie de amenazas aún preocupan a los inversionistas, economistas y funcionarios de todo el mundo, lo cual frena las inversiones y reduce las perspectivas de crecimiento.
El crecimiento económico global está aproximadamente dentro del promedio de las últimas tres décadas. Eso no es suficiente para reducir los altos niveles de deuda y desempleo en muchos países. Mientras tanto, se cree que el crecimiento potencial, es decir la capacidad de las economías para expandirse en base a la disponibilidad de mano de obra, conocimiento y capital, caerá desde ahora hasta 2020, según el FMI.
Aunque la entidad dice que el descenso de los precios del crudo podría generar un crecimiento más fuerte del previsto, advierte que la probabilidad de una recesión global ha aumentado en los últimos seis meses.
El recrudecimiento de la crisis griega es una de las amenazas que oscurecen el panorama. El enfrentamiento entre Atenas y sus acreedores por la financiación de emergencia está empujando al país al borde de una salida de la zona euro, una posibilidad que podría sumir a la región en un caos político y financiero.
Otro acontecimiento preocupante son las políticas divergentes de tasas de interés, las cuales están avivando la volatilidad de las divisas en todo el mundo. Los inversionistas están poniendo su dinero en el dólar estadunidense en momentos en que la economía de EE.UU. se fortalece y la Fed se prepara para subir las tasas de interés por primera vez en casi una década.
La nueva realidad
Jon Hilsenrath contribuyó a este artículo.