La crisis se contagia de una parte del imperio de Batista a otra
RIO DE JANEIRO—El astillero OSX Brasil SA trata de no correr la misma suerte que OGX Petroleo e Gas Participações SA, otra empresa del atribulado imperio del magnate brasileño Eike Batista, que esta semana no realizó el pago de un bono en medio de uno de los mayores colapsos corporativos en América Latina.
Batista libra una batalla para mantener a flote su otrora poderoso conglomerado industrial. Las compañías de Batista tienen negocios interconectados, por lo que OSX ha dependido mucho de los pedidos de plataformas petroleras de OGX. Sin embargo, OSX se vio seriamente afectada luego de que OGX anunciara que no cumpliría sus ambiciosas metas de producción, obligando al astillero a buscar nuevos clientes.
La suerte de Batista, que añadió la "X" a los nombres de todas sus compañías para simbolizar la multiplicación de su fortuna, ha cambiado de manera radical luego de que en años recientes recaudara miles de millones de dólares para invertir en industrias que requieren mucho capital, desde los hidrocarburos y la minería, hasta la energía eléctrica y la logística.
Batista, que en su momento llegó a acumular la mayor fortuna de Brasil y aspiraba a convertirse en el hombre más rico del mundo, ha sufrido un desplome de su patrimonio desde que el conglomerado que controla incurrió en problemas financieros a mediados de 2012.
Los problemas de la endeudada petrolera OGX han repercutido en el resto de sus compañías, generando dudas sobre su solvencia entre los acreedores en momentos en que la economía brasileña pierde vigor. Ahora, Batista está vendiendo activos clave y buscando reestructurar obligaciones con los acreedores. "OSX era una compañía que contaba con un gran cliente y un portafolio importante proveniente de este cliente", dijo el presidente ejecutivo, Marcelo Gomes, en una entrevista. "Ante la caída de los pedidos, nececitábamos replantearnos lo que estábamos haciendo antes".
OSX, que tiene una deuda en torno a los US$2.410 millones, está renegociando contratos con proveedores y acreedores, añadió Gomes. La firma también está en conversaciones para vender al menos una de sus plataformas de perforación de crudo en los próximos meses y busca crear varias alianzas para su división de construcción naval en el complejo del Puerto de Açu que se está construyendo en Rio de Janeiro.
OSX anunció en mayo que estaba reduciendo los planes de construcción de su astillero en dicho puerto ya que gran parte del plan original se basaba en las previsiones de que OGX necesitaría 48 plataformas petroleras para 2020. La empresa, no obstante, ha paralizado el desarrollo de la mayoría de sus yacimientos y ha señalado que no eran económicamente viables.
Ahora, muchos analistas cuestionan la viabilidad de OSX como una empresa independiente en la industria brasileña de construcción naval. "Creo que a OSX le costará captar nuevos inversionistas mientras no se resuelvan los problemas de OGX", manifestó Guillerme Figueiredo, gerente de fondos de M. Safra & Co. en São Paulo. "OSX tiene buenos activos, pero no estoy seguro de que tendrá el tiempo suficiente para implementar un nuevo plan de negocios".
Gomes, el presidente ejecutivo, acepta que la crisis que afronta OGX contamina las percepciones sobre OSX, pero insiste que declararse en bancarrota no es una opción, al menos por ahora.
OSX ha elaborado un plan que combina recortes de gastos, ventas de activos y el ingreso de socios operacionales. Si fructifica, el plan le permitiría a la empresa superar la actual coyuntura en los próximos seis meses y sanear sus finanzas para 2014, señaló Gomes.
OSX contrató en julio a Credit Suisse Group AG para analizar la venta de algunos de sus principales activos, como un barco de producción, almacenamiento y descarga utilizado para producir y almacenar petróleo en altamar.
La compañía está en negociaciones con tres posibles compradores para dicho activo, llamado OSX-2, indicó Gomes. OSX-2 iba a ser utilizado en campos que estaban siendo desarrollados por OGX. La embarcación se encuentra actualmente anclada en Asia.
Aunque un buque nuevo de este tipo cuesta entre US$1.100 millones y US$1.200 millones, las ofertas hasta el momento han estado por debajo de esas cifras porque OSX-2 tendrá que ser adaptada a las necesidades de su nuevo propietario, dijo Gomes.
The Wall Street Journal