La crisis de VW pone a su jefe en la cuerda floja
La crisis de Volkswagen se profundizó el martes después de que la compañía reveló que hasta 11 millones de vehículos en todo el mundo tienen el software que se habría usado para eludir las pruebas de emisiones. En una anticipación de la magnitud del caso, la automotriz alemana indicó que destinará 6.500 millones de euros (US$7.270 millones) para cubrir costos legales y de otro tipo vinculados con el problema y recortó su previsión de ganancias para todo el año.
VW añadió que investigaciones internas han hallado que el software de gestión del motor está instalado en vehículos diésel de otras marcas de la empresa, pero que podría no tener ningún efecto. Volkswagen es dueña de Porsche, Audi y Skoda, entre otras.
El presidente ejecutivo, Martin Winterkorn, cuyo futuro al frente de la automotriz ha sido puesto en duda por el escándalo, volvió a ofrecer disculpas el martes en un mensaje de video. "Millones de personas en el mundo confían en nuestra marca, nuestros autos y nuestra tecnología", dijo. "Lo siento infinitamente que hemos traicionado esa confianza". El ejecutivo prometió que VW aclarará pronto el origen y el alcance del problema.
Las acciones de VW volvieron a derrumbarse el martes en Fráncfort, cerrando con una caída de casi 17%.
Los principales accionistas de la empresa planeaban reunirse esta semana para aprobar una extensión de tres años del contrato de Winterkorn, lo que le permitiría estar al mando hasta fines de 2018. La revelación del viernes de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) de que la automotriz manipuló las pruebas de emisiones en algunos autos diésel vendidos en ese país cambió rápidamente la agenda para incluir posiblemente la permanencia del ejecutivo.
Las familias Porsche y Piech, herederos del creador del Escarabajo, Ferdinand Piech, controlan casi 51% de las acciones con voto. Wolfgang Porsche, la cabeza de la familia, respaldó a Winterkorn en abril, cuando su primo Ferdinand Piech, ex presidente de la junta y patriarca de Volkswagen, intentó sacar al ejecutivo. Ahora, sin embargo, el apoyo de Wolfgang Porsche es incierto.
"Depende de cuán profundamente estuvieron involucrados Winterkorn y el resto de la junta en el asunto", dijo una persona al tanto.
Winterkorn reconoció una "mala conducta". La empresa dijo que las discrepancias en las pruebas de emisiones están relacionadas con vehículos diésel con motores conocidos como Tipo EA 189. "Volkswagen está trabajando intensamente para eliminar estas desviaciones a través de medidas técnicas", afirmó.
El viernes, la EPA acusó a VW de haber instalado software en casi 500.000 autos que los hacían parecer menos contaminantes en pruebas de emisiones que en las carreteras. La compañía está bajo investigación penal en EE.UU. y podría recibir multas por hasta US$18.000 millones.
Los autos de hoy en día pueden tener hasta 20 millones de líneas de código, más que los aviones, explica Bodo Seifert, un experto en software para vehículos. Entre otras cosas, el software puede ayudar a controlar la cantidad de contaminantes que emite. Asimismo, puede establecer cuándo atrapar las emisiones o desviarlas mediante procesos que las convierten en sustancias menos dañinas con el fin de cumplir los límites legales, según Greg Schroeder, director adjunto del Center for Automotive Research, una organización de investigación sin fines de lucro.
Los motores diésel no emiten mucho monóxido de carbono, pero en general producen una mayor cantidad de óxido de nitrógeno, o NOx. Los autos diésel tienen una compleja mezcla de sensores y software sofisticado de gestión del motor para controlar los niveles de emisiones. El software puede influir en cuánto NOx se genera durante la combustión al regular la mezcla de diésel y oxígeno usado en el proceso. Los autos utilizan también una combinación de trampas de NOx que retienen el contaminante y catalizadores que limpian las emisiones para satisfacer los estándares.
No obstante, estas medidas para reducir la polución conllevan un costo, según ingenieros de autos, incluida una reducción de la potencia que puede afectar la aceleración.
No se sabe con certeza que hacía específicamente el software de Volkswagen para reducir las emisiones durante las pruebas, pero al analizar datos como la rotación de los neumáticos, la dirección y el uso del acelerador, un programa podría determinar si un auto es conducido en una carretera o sólo está en una plataforma de pruebas. Si tal software notara una falta de datos del volante, por ejemplo, podría concluir que está en una prueba de emisiones y desviar más contaminantes a trampas o para su tratamiento.
Los expertos no están seguros de si Volkswagen desarrolló el software o componentes involucrados. Calibrar un componente de un proveedor o una pieza de software para que responda de cierta manera podría ser suficiente para generar la discrepancia, señalan.
El escándalo conmocionó a Alemania, donde uno de cada siete empleos está ligado a la industria automotriz, y también alcanzó a las automotrices rivales. La canciller alemana, Angela Merkel, instó a Volkswagen a ser "totalmente transparente".
Los temores de que la crisis perjudique ampliamente a la industria han golpeado las acciones de automotrices europeas como Daimler AG, BMW AG, Renault SA y PSA Peugeot Citroën.
El estado de Baja Sajonia, que posee 20% de las acciones con voto de Volkswagen, dijo el martes que las acusaciones plantean dudas sobre los datos de emisiones publicados por todas las automotrices.
—Robert Wall, Noemie Bisserbe, Christopher Alessi y Christina Zander contribuyeron a este artículo.
Sarah Sloat y William Boston