La crisis de Europa deja a sus automotrices a media máquina
Pocos lugares ilustran los problemas de la industria automotriz europea como la planta Mirafiori de Fiat SpA, en Turín, Italia.
El jueves y el viernes, la fábrica se convirtió en un pueblo fantasma, sus líneas de producción quedaron en silencio y las oficinas adyacentes a la empresa permanecieron casi completamente vacías y oscuras, tal como ya ocurrió a principios de junio y volverá a pasar cuatro días más en julio.
Cierres similares a los de Mirafiori se han convertido en algo habitual en toda Europa occidental y revelan una crisis de la industria automotriz que está silenciosamente alcanzando proporciones terribles, en momentos en que la atención está centrada en la crisis de deuda fiscal del continente.
El sector automotor de Europa ha sufrido un descenso en las ventas de automóviles en los últimos cuatro años, y se encamina a absorber una caída de al menos 7% en 2012. En total, los fabricantes de automóviles están vendiendo en el continente 20% menos que en 2007, dejando a muchas con pérdidas cada vez mayores y muchas más plantas, trabajadores y equipos de producción que los que necesitan para seguir operando.
"Europa es un desastre", dijo en una entrevista John Hoffecker, director ejecutivo de AlixPartners, una consultora del sector.
Los poderosos sindicatos y la mayoría de los gobiernos europeos se oponen a los cierres de las plantas debido a los empleos que se pierden. Como resultado, las automotrices mantienen abiertas sus fábricas, pero reducen sus horas de operación y velocidades de línea de montaje para aminorar la producción. Cerca de 30 de las 98 plantas de ensamblaje europeas, propiedad de las principales automotrices, están funcionando por debajo de 70% de su capacidad, niveles que suelen provocar significativas pérdidas a las fábricas, calcula AlixPartners.
Sin embargo, a la luz de la débil perspectiva de la economía europea, es posible que automotrices como Fiat, las francesas Renault SA y PSA Peugeot Citroën SA y las filiales europeas de las estadounidenses Ford Motor Co. y General Motors Co., ya no sean capaces de evitar el doloroso tipo de reducción de personal y cierres de plantas que se vieron obligadas a imponer las automotrices de América del Norte, explicó Hoffecker.
Por ahora, sólo GM presiona abiertamente para cerrar una fábrica. Hace poco, la empresa reveló que su unidad de Opel/Vauxhall intenta cesar la producción en su fábrica de autos en Bochum, Alemania, después de 2016, y que negocia el asunto con el sindicato de IG Metall. "Estamos impacientes" para que la industria llegue a un consenso, opinó el jueves Karl-Friedrich Stracke, presidente ejecutivo de Opel, el jueves.
Las automotrices alemanas Volkswagen AG, BMW AG y Daimler AG, así como la surcoreana Hyundai Motor Co., se han aislado de la crisis. La economía alemana se ha mantenido relativamente saludable y sus plantas europeas operan mayormente en niveles rentables. Los alemanes se ven beneficiados porque fabrican autos en Europa y los exportan a mercados en crecimiento, como EE.UU. y China. También venden autos de lujo, los cuales generan amplios márgenes de ganancias.
Hyundai está ganando participación debido a su producción barata, especialmente en la República Checa, donde los costos de manufactura, a un promedio de 9,90 euros (US$12,58 la hora) la hora, están por debajo de los 26,10 euros de Italia, 35,60 de Francia y 34,30 de Alemania, según Destatis, agencia alemana de estadísticas.
Allan Rushworth, director de operaciones de Hyundai en Europa, dice que algunos de sus rivales regionales están en dificultades porque carecen de escala, o bien por "hacer autos en países con condiciones laborales costosas y poco flexibles".
La filial europea de Ford se halla en mejor forma que algunos de sus competidores en el "volumen" o el negocio de autos no lujosos, y no tiene planes de cerrar ninguna de sus plantas por ahora, aunque planea producir 15% menos vehículos en el segundo trimestre que el mismo lapso del año pasado.
Renault, Peugeot y Fiat sufren un exceso de capacidad fabril. Cuando la crisis financiera de Wall Street golpeó en 2008, las dos automotrices francesas aceptaron paquetes de ayuda gubernamental que las obligaban a mantener abiertas las fábricas en Francia.
Ahora tienen algunas de las plantas menos usadas de Europa, en un momento difícil. Las ventas de autos franceses han descendido 17% en los primeros cinco meses del año. La fábrica de autos pequeños de Peugeot, en Valladolid, España, opera a sólo 38% de su capacidad, según AlixPartners.
Carlos Tavares, director de operaciones de Renault, dijo esta semana que le gustaría que los gobiernos europeos respaldaran las ventas de autos.
The Wall Street Journal