La criminal invasión de Rusia a Ucrania precipita una crisis alimentaria global
La guerra en Europa y las sanciones contra el gobierno de Putin están impactando en toda la economía mundial e impactan especialmente entre los países más pobres
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En febrero último, apenas iniciado el conflicto ruso-ucraniano, los países miembros de la OTAN decidieron apoyar al país invadido con aprovisionamiento de armamento y, simultáneamente, con la implementación de sanciones económicas. El objetivo era ahogar económicamente a Rusia mediante su aislamiento del sistema financiero global y el bloqueo de sus exportaciones salvo, parcialmente, las energéticas.
Sin duda, las sanciones en cuestión han dañado la economía del país invasor. Sin embargo, han generado varios efectos colaterales negativos. El más grave es la posibilidad de que se genere una dramática situación de crisis alimentaria global. En efecto, gran parte de las exportaciones mundiales de granos y fertilizantes provienen de Rusia y Ucrania: solo a modo de ejemplo, basta mencionar que ambos países producen aproximadamente 35% del trigo y maíz mundial, 75% del aceite de girasol y 40% de potasa (ingrediente clave de los abonos agrícolas).
¿Cuáles son las causas de la creciente posibilidad de una crisis humanitaria que agrave y aumente el actual número de 800 millones de indigentes, que viven con menos de dos dólares diarios? Las causas son varias, todas ellas generadas por efectos colaterales del conflicto.
•Interrupción de la oferta de alimentos de los países involucrados, debido a la interrupción de sus exportaciones, sumado al bloqueo terrestre y naval del Mar Negro por parte de las fuerzas armadas rusas. Más aún, en una acción criminal, el ejército invasor se apodera de la producción ucraniana y la envía a su país
•Siembra de minas en el área de salida de Odesa, principal puerto de Ucrania
•Amenaza de la armada rusa a los cargueros que intenten franquear su bloqueo
•Como consecuencia de lo anterior, fuerte aumento de precios, tanto de las commodities agrícolas como de las energéticas (en especial, el petróleo). Los valores, en general, se han más que duplicado a partir de la fecha de la invasión
•Restricción de la exportación de muchos países con el propósito de acumular stocks que pudieran evitar futuros problemas de abastecimientos
La disparada de precios y la reducción de oferta de alimentos básicos golpea principalmente a los países emergentes con muy bajos ingresos per cápita y con niveles de pobreza actuales superiores a 50%; cuya población indigente, antes del conflicto, ya alcanzaba a las 800 millones de personas mencionadas, que viven principalmente en el África Subsahariana y en Asia meridional. Es allí donde mayormente se desarrollará la crisis alimentaria global. No solo habrá un aumento de la población en extrema pobreza, sino que también se agravará la situación de los millones de personas que ya sufren ese problema. Para tener un detalle cuantitativo de este drama, cabe mencionar que organismos internacionales estiman que, debido a los efectos colaterales del conflicto, se incorporarán aproximadamente 100 millones de personas al universo de famélicos.
Para poder apreciar este drama de crisis humanitaria en toda su magnitud, basta mencionar algunas de las características de este universo de personas: más del 75% vive en condiciones sanitarias extremadamente deficientes, la mitad no tiene acceso al agua potable, y más del 50% es menor de 18 años con severos problemas de crecimiento físico, desarrollo cognitivo y analfabetismo.
Todo este dramático escenario se ve agravado por la actual inflación mundial, exacerbada por la suba de precios. Este problema ha dado lugar a que la mayoría de los países centrales comiencen a implementar políticas monetarias restrictivas de suba de tasas y retiro de liquidez, las cuales, como mínimo, producirán una desaceleración del crecimiento global. No debe descartarse, entonces, la posibilidad de recesión, algo que agravaría aún más la crisis.
En síntesis, la invasión rusa –más allá del genocidio cometido– está precipitando una nueva y grave crisis alimentaria y humanitaria (estimada a la fecha en un incremento no menor a los 100 millones de personas afectadas). Y esa crisis se irá profundizando mientras no cese la criminal invasión.
Desgraciadamente, es así: cuanto más dure el conflicto, mayor será el drama humanitario y alimentario, y mayores serán las turbulencias sociales, los flujos migratorios y las tensiones geopolíticas. Una observación final: resulta claro que Rusia está utilizando este gravísimo escenario como un arma de guerra, destinada a mejorar su futura posición negociadora.
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