La combinación entre Glencore y Xstrata sigue bajo amenaza
LONDRES—El mayor acuerdo corporativo del año, parte de una carrera global por controlar el mercado de materias primas, se convirtió en un juego de poder después de que una oferta mejorada tratara de salvar la fusión.
El cortejo que durante siete meses Glencore International PLC le hizo a la minera Xstrata PLC atrajo el interés no sólo de Wall Street sino también de la esfera política. Influyentes políticos intervinieron en un intento de acercamiento entre Glencore y el inversionista de Xstrata que se opone al negocio, el fondo soberano Qatar Holding LLC, antes de una votación decisiva de accionistas el viernes.
Glencore convocó a Tony Blair, ex primer ministro del Reino Unido, para que ayudara a suavizar la oposición del fondo de Qatar, y el primer ministro qatarí, Hamad bin Jassem bin Jabor Al Thani, también se involucró personalmente, según fuentes al tanto.
A último momento, Glencore presentó una nueva oferta, de US$36.000 millones, a Xstrata con el objetivo de resucitar un acuerdo que estaba al borde del colapso.
Sin embargo, el pacto sigue lejos de haberse cerrado y ahora existe la posibilidad de que se vuelva hostil después de que Glencore propusiera que su presidente ejecutivo dirija la nueva compañía.
Estos acontecimientos se fueron desarrollando el viernes por la mañana en Zug, Suiza, donde se esperaba que una reunión de los accionistas de Xstrata resultara en el rechazo del acuerdo, en gran parte porque Qatar Holding no estaba conforme con el precio. Pero el encuentro fue abruptamente aplazado cuando Xstrata anunció que su junta acababa de recibir una nueva oferta de 3,05 acciones de Glencore por cada una de la minera anglo-suiza, un incremento frente a la proporción anterior de 2,8.
No obstante, la nueva propuesta no es un mero aumento de precio, sino que también desbarata las ya complejas dinámicas sociales del pacto. La oferta revisada del gigante de las materias primas estipula que su presidente ejecutivo, Ivan Glasenberg, encabece la compañía combinada. Bajo la estructura anterior, habría sido el segundo al mando, mientras que su contraparte de Xstrata, Mick Davis, sería el presidente ejecutivo. Los dos tienen una larga y a menudo conflictiva historia que se remonta a sus días universitarios en Sudáfrica.
Un acuerdo fusionaría a Glencore, el mayor corredor de commodities del mundo, con Xstrata, dueña de grandes activos de carbón y otros minerales, para crear una compañía que extraería y distribuiría algunos de los ingredientes clave que propulsan la maquinaria económica internacional. La empresa combinada tendría una capitalización de mercado de más de US$70.000 millones.
Xstrata advirtió en un comunicado que la nueva oferta no es firme y que elementos de ella podrían cambiar. En otra declaración, dejó en claro que su aprobación de los nuevos términos no está garantizada. Señaló que la nueva propuesta crearía "un riesgo significativo en torno a la retención" de su alta gerencia. Asimismo, también cuestionó si el acuerdo, que antes había sido estructurado técnicamente como una fusión, de hecho no se había convertido en una adquisición, dado que la gerencia de Glencore estaría a cargo de gran parte de la empresa combinada.
Ayer, Knight Vinke Asset Management LLC, uno de los 30 mayores inverionistas de Xstrata, rechazó la nueva propuesta y pidió que la junta independiente de la minera invite ofertas adicionales. "La propuesta más reciente de Glencore ahora deja en claro que la transacción representa un cambio de control, para el cual (...) es necesario pagar una prima apropiada", sostuvo.
La diferencia es más que una cuestión semántica. La oferta mejorada, que representa una prima de 17,6% sobre el precio de la acción de la minera antes de que surgieran los rumores de un acuerdo en febrero, "es significativamente menor de lo que se esperaría en caso de una adquisición", dijo Xstrata.
Según fuentes, los ejecutivos de Xstrata sólo vieron los nuevos términos en una propuesta de una sola página, de unas 100 palabras, que recibieron apenas media hora antes de la reunión de accionistas. También incluía un punto que reduciría los incentivos para mantener a ejecutivos clave de Xstrata, otra señal de que la suiza Glencore se estaba alejando del concepto de una fusión entre iguales.
En los últimos días, Glasenberg le había ofrecido a Davis un papel diferente en la nueva estructura de gobierno, pero éste lo rechazó, según fuentes al tanto.
No es la primera vez que surgen tensiones entre las dos empresas y sus líderes. Pese a que se conocen desde hace décadas y a que Glencore fue instrumental en el desarrollo de Xstrata en la potencia minera que es actualmente, los ejecutivos a menudo han tenido diferencias cuando los intereses de sus empresas divergen.
Glencore posee 34% de Xstrata. Glasenberg llevaba mucho tiempo codiciando una compra completa de Xstrata pero nunca había logrado llegar a un acuerdo con Davis. De hecho, parte de la lógica de una fusión es eliminar esos conflictos y permitir que las empresas y sus activos complementarios trabajen en armonía. Otro interrogante es la posición de Qatar Holding, que es dueña de 12% de Xstrata y manifestó en el pasado su apoyo a Davis. No está claro si la ausencia del ejecutivo haría que el fondo se oponga a la nueva propuesta.