La cerveza retornable, nuestra primera economía Circular
De los frascos a las botellas de vidrio nacionales, elegir envases retornables fue el primer hábito sustentable de la Argentina. La reutilización permite el uso eficiente de los recursos y es una industria de industrias que genera 91.200 puestos de trabajo en todo el país.
Primero fueron los frascos, luego los porrones de gres y, más tarde, las botellas de vidrio, que inauguraron definitivamente una parte de lo que se conoce hoy como Economía Circular, o la utilización de recipientes no desechables, que puedan ser envasados una y otra vez sin perder su calidad y sin afectar el contenido. El concepto Economía Circular es un concepto económico de desarrollo sustentable que persigue el uso eficiente de los recursos a través del cambio desde una economía lineal ("producir, usar y tirar") hacia un modelo circular, tal como ocurre en la naturaleza.
Hoy, la retornabilidad es una industria de industrias que involucra a la cervecera y de bebidas en general, la logística, la papelera, la gráfica, y la vidriera. Esto genera más de 91.200 puestos de trabajo en toda la cadena de valor. Y, además es federal porque impacta positivamente en todo el país.
La historia es tan antigua como la patria. Para 1810 llegaban al país, procedentes de España, botellas cuadradas de vidrio rústico e imperfecto, lleno de burbujas. Eran conocidas como frascos y atravesaban el Atlántico en cajones de madera con divisiones de tela, llamados "frasqueras". Contenían vinos y aguardientes; la cerveza, por entonces, era un lujo extravagante.
Los frascos eran muy costosos y se atesoraban como oro. Aunque en pequeña escala, podría decirse que la botella cuadrada o frasco fue el primer envase retornable, aun cuando su constitución y diseño no lo hacía del todo resistente al trajín de aquella época.
Hacia 1850, sin embargo, se populariza el porrón de gres, una cerámica compuesta de arcilla y arena cocida a altas temperaturas. También era retornable y podía ser recargado en la pulpería. Los envases de gres que contenían cerveza (por entonces, también importada) se identificaban por su color gris claro. Este material conservaba bien las temperaturas, podía reutilizarse y era prácticamente irrompible, pero resultaba muy pesado y por lo tanto costoso de transportar. Mientras en Inglaterra se levantan los impuestos al vidrio para desarrollar una industria incipiente, a mediados del siglo XIX el porrón de gres monopolizaba el mercado de envases en el país (su diseño característico perdura en la memoria colectiva con la forma de las botellas de ginebra).
En 1880, con el perfeccionamiento de la industria del vidrio y las botellas sin costura, comenzaron a importarse lotes de envases vacíos, para ser llenados con bebida nacional, vinos, cervezas y aguardientes argentinos. Para 1895 las primeras botellas de vidrio empezaron a masificarse en Buenos Aires. Eran importadas, contaban con pico corona y se tapaban con estribos, para contener la presión de las burbujas. Por esos años Otto Bemberg fundaría la primera gran cervecería argentina, Quilmes.
La importación de envases de vidrio se interrumpió con la primera Gran Guerra mundial. Fueron tiempos de enormes dificultades como de oportunidades únicas. Y la razón por la cual nació, hace 100 años, con la sustitución de importaciones, la pujante industria de vidrio nacional. Y la consolidación de la botella de vidrio como envase retornable y primera economía circular de la Argentina.
LA IMPORTANCIA DEL VIDRIO COMO ENVASE RETORNABLE
- La mitad de todo el vidrio que se produce en el mundo proviene de vidrio reciclado.
- Aproximadamente 9 de cada 10 envases de Quilmes son retornables. Cada botella retornable puede ser envasada, en promedio, unas 29 veces.
- Así, cada 1000 litros de cerveza, se necesitan solamente 34 botellas retornables de 1 litro. Es decir, al ser reutilizables, se utilizan 966 botellas menos.
- Por cada 1000 litros de cerveza consumida en envases retornables, se evita el equivalente a la cantidad de residuos domiciliarios que generarían 460 personas por día, según datos de RSU (Residuos Sólidos Urbanos)
- Si el envase de vidrio es reutilizado 29 veces, la reducción del CO2 equivale a las emisiones de un viaje en auto de 1.900 kilómetros.
- Las botellas de Cervecería y Maltería Quilmes alcanzan una reciclabilidad del 100%.