La canasta básica aumentó por encima de la inflación en 2022, según el Indec
La cifra que sirve para medir la pobreza tuvo un alza del 100,3% en 2022; el encarecimiento de los alimentos y su impacto en la indigencia
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A menos de una semana de haber festejado como un triunfo que la inflación anual de 2022 no había alcanzado las tres cifras (fue de 94,8%), el Gobierno recibió hoy un dato que ensombrece todo optimismo. La Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marcan la línea de la pobreza y de la indigencia, respectivamente, sí tuvieron un alza anual de tres cifras, y superó así el incremento del índice de precios al consumidor.
En efecto, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la CBT aumentó 100,3% en 2022, mientras que la CBA se encareció un 103,8%, lo que implica un retroceso importante en materia de la capacidad de consumo de los hogares. Asimismo, el dato intermensual arrojó que la primera de ellas se incrementó 4,5% en diciembre, respecto de noviembre, mientras que la segunda tuvo un alza del 5%.
De acuerdo con el dato mensual mencionado, el Indec informó que una familia tipo (de cuatro integrantes) necesitó en diciembre $152.515 para no ser pobre y $67.187 para no ser indigente. En tanto, un ciudadano adulto requirió en el último mes del año $49.358 para no caer debajo de la línea de la pobreza y $21.743 para no quedar en la indigencia.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina (UCA), comentó que, si bien hubo una desaceleración en los últimos dos meses en el ritmo de aumento de ambas canastas, el saldo es altamente negativo en términos interanuales. “Pero es importante destacar que no se tradujo en un salto en la pobreza y la indigencia porque el alza de precios en alimentos y bienes y servicios básicos fue compensado por una mayor cantidad de autoexplotación familiar (changas) por parte de los hogares pobres informales, que es lo que ha hecho aumentar la tasa de actividad, bajar el desempleo y marcar un pseudoaumento de las tasas de empleo, de la mano del trabajo precario y de subsistencia. Por eso no vemos grandes saltos, pero tampoco grandes mejoras en cuanto a pobreza e indigencia”, analizó el especialista.
Matías de Luca, economista de la consultora LCG, subrayó que nuevamente la CBA se incrementó por encima de la inflación en alimentos. “Durante diciembre aumentó un 5% y llegó al 104% en la comparación anual (casi 10 puntos por encima de la inflación). Esto implica un mayor nivel de indigencia en el margen, lo cual es sumamente preocupante puesto que golpea a sectores de la sociedad con bajos o nulos ingresos. En este sentido cabe esperar un repunte de la indigencia cuando se conozcan los datos del segundo semestre de 2022″, indicó.
En cuanto a la CBT, De Luca analizó que el hecho de que también haya crecido por encima de la inflación anual da la pauta de la divergencia entre medir precios y medir costo de vida. “El costo de vida se está encareciendo sensiblemente, incluso por encima de los precios promedio de la economía. Esto no es de buen augurio si consideramos que las paritarias (que cerraron por debajo del aumento de la canasta básica) solo protegen a un sector acotado de los trabajadores, mientras que la informalidad roza el 40% del empleo”, explicó el economista.
Por su parte, Santiago Casas, economista en la Fundación Libertad y Progreso, dijo que, tomando los últimos datos de salarios correspondientes al mes de octubre y deflactándolos por el IPC, se ve que la caída de poder adquisitivo en lo que va de 2022 del nivel general de salarios es del 4,05%. “Mientras que los salarios reales del sector privado registrado cayeron 2,26% y los del sector público 2,2%, el sector privado no registrado perdió un 12,47% del poder de compra en los primeros diez meses del año”, precisó.
Con vistas a lo que puede pasar en el primer semestre de este año, Casas estimó que, “sin reformas monetarias y fiscales que permitan reducir la inflación, el valor de las canastas seguirá subiendo por encima de los salarios, afectando especialmente a los trabajadores informales de la economía y aumentando el número de pobres e indigentes”.
Por su parte, Salvia destacó que es de esperar que en el primer y segundo semestre de este año la pobreza se mantenga en 40% debido a que se han mantenido niveles altos de actividad económica y de empleo informal. “También hay que destacar que la inversión en obra pública se ha mantenido alta y que si bien la construcción bajó un poco los últimos dos meses, el nivel de servicios privados en hotelería y comercio se mantuvo alto hasta final de año. Todo esto habla de compensaciones que permiten tener cierta demanda de empleo de baja calificación, que ayuda a completar ingresos derivados de bonos y programas sociales”, concluyó el especialista
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