La caída del crudo no ha sido el gran alivio que los importadores esperaban
Se suponía que la caída de los precios del petróleo impulsaría el crecimiento de grandes economías importadoras de crudo. Sin embargo, las cosas no están saliendo necesariamente de esa manera.
Algunos gobiernos ya han adoptado medidas para apuntalar sus ingresos, incluyendo alzas de impuestos a la gasolina o la reducción de subsidios a los combustibles. Al mismo tiempo, los menores costos del petróleo han generado más temores de deflación a lo largo de Europa y Japón, lo que eleva el riesgo de que los consumidores y las empresas posterguen gastos e inversiones, lastrando el crecimiento.
Desde noviembre, China ha incrementado en 50% los impuestos al consumo de combustible. Debido a sus altos impuestos, en Japón los precios de la gasolina han caído sólo 15% en los últimos seis meses, comparado con un declive de 40% en Estados Unidos. Los precios del combustible en Indonesia han subido más de 30% desde noviembre conforme las autoridades han eliminado los subsidios.
Brasil está haciendo lo mismo para reforzar sus deterioradas finanzas. Como resultado, algunos consumidores están pagando 7% más en las gasolineras que hace una semana.
Los precios del crudo registraron el miércoles su mayor caída diaria en dos meses luego de que datos de EE.UU. mostraron que los inventarios de petróleo del país se ubican en su máximo de casi 80 años. El Brent, la referencia global, perdió 6,5% para ubicarse en US$54,16 el barril en la bolsa ICE Futures Europe.
Declives anteriores de los precios del crudo a menudo han indicado una desaceleración mundial debido a que cae la demanda de petróleo. No obstante, con frecuencia también han sido seguidos por un repunte del crecimiento. El descenso de 60% registrado entre noviembre de 1985 y marzo de 1986 ayudó a alimentar cinco años de expansión económica global que promedió casi 4%.
En los últimos meses, economistas y funcionarios han restado importancia a los temores de que una caída de los costos petroleros podría ser un presagio de una desaceleración, argumentando que las ganancias inesperadas para los importadores más que compensarían el golpe que recibirían los principales exportadores debido al hundimiento de sus ingresos.
En diciembre, el Fondo Monetario Internacional indicó que el abaratamiento de la energía podría sumar un punto porcentual al Producto Interno Bruto de las economías avanzadas. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha calificado el efecto de la caída de los precios del crudo como "inequívocamente positivo".
Cabe aclarar que hay señales de que el declive del petróleo está teniendo impacto en algunas economías. El FMI citó el mes pasado el descenso del crudo como una de las principales razones para elevar su pronóstico sobre la economía estadounidense.
La gasolina más barata también ha impulsado las ventas minoristas en la zona euro. Por ejemplo, el gasto de los hogares en Francia se elevó en diciembre 1,5% sobre una base mensual, según datos dados a conocer ayer. Las ventas a lo largo de la zona euro aumentaron 2,8% en diciembre, comparado con un año antes.
El índice de gerentes de compra de India, un indicador de las condiciones en el sector manufacturero, ha mejorado en los últimos meses, lo que reflejaría mejores márgenes de ganancias en las empresas del país gracias a un menor costo del petróleo. En Japón, un yen más débil y una gasolina más barata les ha dado a los economistas razones para elevar sus previ-siones de crecimiento.
Podrían surgir más beneficios.
"No ha habido suficientes revisiones al alza de proyecciones fuera de EE.UU. debido a la energía", dice Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional. "Va a haber más efectos positivos del golpe, simplemente no se han manifestado todavía".
Sin embargo, a medida que se reportan datos alrededor del mundo, se nota que el impacto está lejos de ser uniformemente optimista.
El riesgo de una mentalidad deflacionaria entre los consumidores y las empresas ha surgido como un gran desafío en la zona euro y Japón, los cuales están luchando para no recaer en una recesión. La caída o debilidad de los precios de bienes y servicios puede restringir el gasto de los consumidores, disuadir la inversión de las empresas, limitar los salarios e intensificar los problemas de endeudamiento.
El petróleo es uno de los principales motores de esa desaceleración de la inflación, la mayor desde la peor parte de la crisis fi-nanciera hace más de cinco años. El mes pasado, la agencia de estadísticas de la Unión Europea señaló que en enero los precios al consumidor fueron 0,6% más bajos que un año antes.
"Si cree que los precios se van a mantener bajos, eso afectará significativamente su comportamiento", dice Ayhan Kose, el principal autor del informe de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial.
Mientras más bajen las expectativas de inflación en Europa y Japón debido a los precios del crudo, menos efectivas serán las políticas de flexibilización monetaria de los bancos centrales destinadas a estimular el crecimiento, afirma Kose. "Se requerirá más para tener el mismo impacto, y el efecto será menos potente", añade.
Tanto el FMI como el Banco Mundial rebajaron el mes pasado sus perspectivas de crecimiento para muchas economías fuera de EE.UU. Factores económicos y políticos están haciendo contrapeso a las ganancias obtenidas de los menores costos de la energía.
En Italia, Japón, Francia, Corea del Sur, China y otros grandes importadores de crudo, la confianza de los consumidores está disminuyendo, según Nielsen. A medida que cae su optimismo, es más probable que la gente ahorre en lugar de gastar y las empresas se vuelven renuentes a invertir.
Hannes Baumgartner, director de la división de camiones de Fercam AG, empresa italiana de transporte y logística, dice que el declive de los costos del combustible mejoró sus finanzas, pero que probablemente no cambiará su estrategia de inversión. "Principalmente nos preocupa la volatilidad de los precios", señala.
El sector químico de Japón, que es gran usuario de crudo importado, dio la bienvenida a los menores costos, pero muchas compañías dicen que un crudo más barato puede llevar a los clientes a exigir descuentos en artículos como plásticos, neumáticos, telas sintéticas y detergentes.
"Demasiada volatilidad no es deseable", dice un vocero de Sumitomo Chemical Co.
—Marla Dickerson, Eric Yep, Mitsuru Obe y Paul Hannon contribuyeron a este artículo.
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