La caída del crudo amenaza los megaproyectos
¿En rojo? Nuevos proyectos de energía de gran escala tienen precios estimados para alcanzar la rentabilidad que superan las cotizaciones actuales por barril
Proyectos energéticos que tenían muy buena cara a principios de año ya no parecen tan atractivos.
El derrumbe de los precios del petróleo ha obligado a las mayores empresas energéticas del mundo a reconsiderar sus gastos multimillonarios. Su mayor dolor de cabeza son los megaproyectos que demandan miles de millones de dólares en inversión e ingeniería sofisticada para explotar recursos capaces de producir crudo y gas natural durante décadas.
La petrolera estadounidense ConocoPhillips anunció el lunes que su gasto de capital llegará a los US$13.500 millones en 2015, 20% menos que este año. El total incluye US$4.800 millones, o 36% de su presupuesto de capital, destinados a iniciar proyectos de petróleo y gas en el Mar del Norte, en Australia, y en las arenas bituminosas de Canadá.
Ryan Lance, presidente ejecutivo de ConocoPhillips, manifestó que la reducción del gasto "es prudente dado el entorno actual". La compañía de Houston reducirá la inversión en grandes proyectos que están por completarse y en la exploración de nuevas fuentes de hidrocarburos. ConocoPhillips estima que extraerá en 2015 3% más de crudo y gas que este año.
Durante toda una generación, empresas como ConocoPhillips, Exxon Mobil Corp. , Royal Dutch Shell PLC y Chevron Corp. focalizaron sus recursos financieros y humanos en iniciativas que las llevaron a lugares como las aguas profundas del Golfo de México, arenas bituminosas de Alberta, Canadá, y el Mar Caspio.
Esta clase de proyectos enormes usualmente juegan a favor de grandes compañías que cuentan con la ingeniería capaz de desarrollar yacimientos fuera del alcance de las firmas más pequeñas o estatales. Además, necesitan sumar reservas para compensar los declives en la producción de las áreas maduras. Contar con grandes yacimientos capaces de producir durante un largo tiempo fue una fórmula exitosa cuando el precio del petróleo Brent, la referencia del mercado, rondaba los US$100 el barril, como ocurrió durante gran parte de los últimos años.
La situación, no obstante, ha cambiado. El contrato de crudo para entrega el próximo mes quedó el martes en US$66,84 el barril. Para que Shell considere iniciar un proyecto, necesita que el barril esté al menos en US$70, informó un vocero. Un portavoz de BP PLC dijo que la empresa utiliza un "precio de planificación a largo plazo de alrededor de US$80" el barril para evaluar nuevas inversiones. Rex Tillerson, presidente ejecutivo de Exxon Mobil, indicó en una reciente entrevista de televisión que la petrolera considera proyectos "hasta un rango de US$40" el barril. Por su parte, un representante de Chevron dijo que la compañía ha basado su "proyección de producción para 2017 en un precio Brent de US$110" y que realiza "pruebas de resistencia" de proyectos a precios más bajos.
La caída de la cotización del petróleo es aún más perjudicial debido a los costos fijos de muchos de estos proyectos. En los últimos años, los contratistas como propietarios de plataformas de perforación elevaron sus tarifas conforme las empresas competían por sus servicios.
Algunas compañías, incluidas Shell, asumieron deudas en algunos de los trimestres recientes para cubrir costos de desarrollos, adquisiciones y dividendos de accionistas, ya que sus flujos de caja eran insuficientes para financiar todos los gastos. Una vocera de Shell hizo hincapié en que su flujo de caja en su trimestre más reciente había subido frente a igual lapso del año previo.
Algunas compañías asumieron deudas para cubrir costos de desarrollos, adquisiciones y dividendos de accionistas
Ben van Beurden, presidente ejecutivo de Shell, indicó este año que sus grandes y caros proyectos hacían demasiado "engorroso" para la compañía ofrecer proyecciones públicas de producción o flujo de caja.
Él y otros ejecutivos han señalado que sus empresas necesitaban recortar gastos. Incluso antes de que los precios del crudo empezaran a caer a mediados de año, las compañías habían estado retrasando o cancelando proyectos por preocupaciones de costos. Chevron y BP están revisando planes de proyectos en altamar en Reino Unido y Estados Unidos que podrían costar miles de millones de dólares.
Shell no le dio luz verde a una planta estadounidense para convertir gas natural en combustible líquido y en julio abandonó un proyecto gasífero en Arabia Saudita.
Un auge de la energía de esquisto en EE.UU. alimentado por la perforación de enormes cantidades de pequeños pozos por parte de pequeñas compañías es el responsable de la presión sobre los precios de las grandes energéticas. Pero eso no significa el fin de los megaproyectos. Las grandes compañías aún los necesitan para mantener sus niveles de producción.
John England, vicepresidente de la junta directiva de la consultora Deloitte LLP, prevé que las grandes petroleras sigan adelante con muchos de sus proyectos. "La demanda de energía sigue creciendo y al mismo tiempo tenemos caídas en la producción existente", aseveró.
Voceros de Shell y BP manifestaron que las empresas hacen previsiones de largo plazo a la hora de decidir si invertir en un proyecto y toman en cuenta la volatilidad del precio del petróleo. El director financiero de Chevron ha dicho que la segunda petrolera estadounidense cree que "la demanda global de crudo y gas natural crecerá mientras que las fuentes existentes de suministro inevitablemente caerán".
Analistas como Iain Pyle, de Bernstein, sostienen que las petroleras tendrán que reexaminar algunas de sus grandes inversiones. Si los precios del crudo no repuntan pronto, "vamos a tener cancelaciones de proyectos", afirmó. Bernstein estima que una caída de 35% en los precios del crudo equivaldrá a un descenso de 25% en el flujo de caja de la industria. Pero prevé que los precios subirán a medida que las empresas reducen su perforación.
Daniel Gilbert contribuyó a este artículo