La brecha de género tiene fecha de vencimiento
La desigualdad de género tiene fecha de vencimiento. Al menos eso es lo que cree Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, quien estuvo presente en la cumbre internacional del Women20 ( W20 ) en la Argentina. "En 2030, cuando mi nieto me pregunte, asombrado, si realmente nos pagaban menos a nosotras que a los hombres y dónde estaba yo y qué hacía, me gustaría decirle que estaba en la Argentina ¡y que después lo cambiamos!", exclamó.
Mlambo-Ngcuka fue una de las participantes del panel sobre el futuro del trabajo. La acompañaron Gabriela Ramos, sherpa de la OCDE, y Mats Granryd, director general de GSMA. Los tres fueron moderados por la CEO de G(irls)20, Heather Barnabe.
Si los gobiernos, el sector privado y todos los ciudadanos no toman acciones concretas, el futuro del trabajo será más severo con las trabajadoras, coincidió el panel. "De acuerdo con el reporte PISA, la realidad es que las niñas tienen menos confianza en sí mismas, y en este mundo necesitamos más actitudes de tomar riesgos, que no siempre se les enseña a las chicas", comenzó Ramos.
Mlambo-Ngcuka retomó la palabra y habló de diferentes "capas" donde se ubican las mujeres. Primero, están las que realizan tareas del hogar y de cuidado, que son trabajo no remunerado. Luego, están las que trabajan en el sector informal, y que no están protegidas por las leyes laborales. Finalmente, están las empleadas por el sector formal, pero muchas de ellas no llegan al salario mínimo, aclaró. "Hay que resolver todos estos problemas al mismo tiempo para que el futuro del empleo sea beneficioso para las economías: cuando subutilizamos a las mujeres, todos perdemos", resaltó.
Para mejorar el futuro del empleo para las mujeres, subrayó Granryd, hace falta incentivar el acceso a los dispositivos tecnológicos y a Internet. "Debemos asegurarnos de que tenemos habilidades para saber usar los dispositivos, pero también debo tener dinero para poder pagar por estos dispositivos. Y también debemos tener contenido local relevante", añadió.
En ese sentido, dijo que la mayoría de las apps están producidas en Europa y Estados Unidos, y que eso debe cambiar para que más mujeres de todas las partes del mundo se interesen por y participen en la tecnología.
En ese sentido, Mlambo-Ngcuka cuestionó por qué la tecnología y los robots tienen que tener género. "¿Siri (la asistente de inteligencia artificial de Apple) tiene que ser chica para poder decirnos qué hacer en la cocina?", se preguntó. "Esto nos hace perpetuar estereotipos, cuando en realidad estamos ante una oportunidad única de cambiar la manera en la que pensamos esto", siguió.
Luego, el panel pasó a las habilidades. Para Mlambo-Ngcuka, no solamente hace falta pensar en las "chicas STEM" (aquellas que estudian carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática) sino también a las de "humanidades", que no por dedicarse a otras áreas no estén interesadas en la tecnología, advirtió.
"Hay que construir nexos entre ellas", dijo. Asimismo, llamó a las universidades a repensar sus programas para que sean más permeables a cambios de vocación.
Granryd hizo hincapié en la importancia de tener "una fuerza laboral neutral en cuestiones de género", sobre todo para las industrias tecnológicas: "Nosotros necesitamos todos los cerebros buenos: necesitamos el 100%, no el 50% de ellos".
Finalmente, Ramos resaltó que, si bien todos se preguntan qué habilidades se necesitan para poder "sobrevivir" a la revolución tecnológica, sería más interesante cuestionarse cuáles son las que se precisan para "dominarla". Concluyó: "Es importante ir a un desarrollo humano más tecnológico, y no viceversa".
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