La bolsa argentina es la más rentable de 2014
¿Quién se hubiera imaginado que ser un paria financiero también tendría sus beneficios?
La controvertida cesación de pagos de la deuda de Argentina y una recesión no han disuadido a los inversionistas con una alta tolerancia al riesgo de abalanzarse sobre su mercado bursátil.
El índice Merval, que agrupa a las principales acciones de la Bolsa de Buenos Aires, ha subido 118% este año, de lejos el mejor desempeño entre todas las bolsas del mundo, gracias en parte a grandes inversiones de George Soros y el gestor de fondos de cobertura Daniel Loeb. Incluso si se toma en cuenta la profunda depreciación del peso este año, las acciones ar-gentinas registran un alza de 68% en dólares.
Estos inversionistas apuestan a que Argentina ya tocó fondo. Se prevé que la economía se contraiga 2,1% este año mientras su tasa de inflación es una de las más altas del mundo. El país entró en default en julio por segunda vez en 13 años.
Los inversionistas ven un posible giro en las elecciones presidenciales de octubre de 2015, a las cuales la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no se puede presentar. Los aspirantes han prometido trabajar para salir del default y enderezar la economía.
"Realizar grandes apuestas a la dirección de la política siempre es algo riesgoso, pero en este caso (...) cuesta imaginar que las cosas empeoren", dice Sammy Suzuki, gestor de portafolio de AllianceBernstein LP, que administra US$486.000 millones en activos, entre ellos acciones argentinas.
Los inversionistas conservadores normalmente se mantienen al margen de la bolsa argentina. Los compradores de acciones que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires están sujetos a la volatilidad del peso. El gobierno devaluó la moneda 20% en enero y el peso periódicamente ha tocado mínimos en el mercado negro este año. Además, crece la presión para otra devaluación de la tasa de cambio oficial, lo que erosionaría aún más las potenciales ganancias provenientes de un aumento en los precios de las acciones.
Los analistas advierten que no todas las alzas del Merval de este año reflejan optimismo sobre el futuro de Argentina. Muchas empresas locales y residentes adinerados están comprando acciones y vendiendo certificados equivalentes a acciones para obtener dólares como forma de sortear los controles cambiarios del gobierno. Podrían retirarse si la economía mejora.
La popularidad de las acciones argentinas refleja la disposición al riesgo que algunos inversionistas están dispuestos a tomar a cambio de posibles grandes retornos. Argentina forma parte de un pequeño grupo de economías en desarrollo, a menudo llamadas mercados de frontera, que se han vuelto populares entre los inversionistas debido a que no han sido muy afectadas por las políticas de flexibilización monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. Si bien acarrean riesgos adicionales —desde monedas volátiles hasta disturbios políticos— muchos inversionistas consideran que resistirán mejor que los mercados emergentes más grandes las alzas de las tasas de interés en EE.UU., que volverán a atraer capitales a este país.
El desempeño de la bolsa argentina es atípico incluso entre los mercados de frontera. El índice de acciones de mercados de frontera de MSCI Inc. acumula un alza de 18% este año. En cambio, el índice de mercados emergentes de la misma firma ha subido 0,3% y el S&P 500 ha avanzado 6,7%.
Como las acciones argentinas no tienen gran presencia en los fondos mutuos estadounidenses, muchos inversionistas obtienen exposición a través de ADR, certificados representativos de paquetes de acciones que son emitidos por empresas internacionales que se transan en EE.UU. Los ADR argentinos protegen a los compradores del debilitamiento del peso, pero sus precios están ligados a la cotización de las acciones en Buenos Aires.
La capitalización de mercado de las empresas que cotizan en la bolsa argentina es de sólo US$64.600 millones, casi la misma que la de la empresa de comercio electrónico estadounidense eBay Inc.
Soros Fund Management LLC elevó a más del doble su participación en la petrolera estatal argentina YPF SA a través de ADR en los últimos meses, lo que la convierte en la mayor posición de acciones en su cartera, según un documento presentado a los reguladores.
Third Point LLC, el fondo de cobertura de Loeb, informó en una carta enviada a inversionistas en julio que había comprado una participación en YPF. Agregó que un cambio político en 2015 "debiera conducir a políticas más pro-mercado". Una vocera de Loeb declinó referirse al tema.
Algunos inversionistas se preguntan si un nuevo gobierno podrá actuar con la rapidez suficiente para evitar una crisis económica más profunda. El peso ha caído a un mínimo frente al dólar. Las reservas del banco central están menguando, lo que aumenta los temores sobre futuros pagos por importaciones de alimentos y combustibles. "Para nosotros Argentina no es un lugar donde se pueda invertir porque no tenemos ninguna idea de lo que va a ocurrir", dice Dominic Bokor-Ingram, asesor de portafolio en la gestora de activos de mercados emergentes Charlemagne Capital, que gestiona US$2.800 millones. Charlemagne no ha tenido ninguna acción argentina en al menos tres años.