La banca española hace otra ronda de ajustes
MADRID—Los españoles que perderán sus empleos en el sector financiero en los próximos meses despotricarán probablemente contra sus jefes, pero deberían achacar al menos parte de la culpa a Mario Draghi. Y la otra parte, a la prolongada caída de las ganancias de la banca española.
El presidente del Banco Central Europeo ha recortado las tasas de interés en reiteradas ocasiones con el fin de estimular el crecimiento. El jueves pasado, declaró que el BCE estaba dispuesto a emplear "todos los instrumentos disponibles", incluyendo nuevas reducciones de las tasas de interés, para reactivar la economía de la zona euro.
Aunque algunos consumidores y empresas se han beneficiado de la reducción de los pagos de sus préstamos, las tasas de interés negativas han mermado la rentabilidad de los bancos y, al menos en España, los ha obligado a recortar costos.
Banco Santander S.A., el mayor prestamista de la zona euro por capitalización de mercado, anunció hace unos días el cie-rre de 450 sucursales pequeñas acompañado de hasta 1.660 despidos en España este año, según un documento interno y una fuente cercana a la entidad.
CaixaBank S.A., el tercer banco del país, alcanzó acuerdos de jubilación anticipada con hasta 484 empleados para disminuir los costos salariales. Liberbank S.A., una entidad regional, contempla el cierre de hasta 25% de sus sucursales durante los próximos dos años, mientras que Banco CEISS eliminará 1.120 empleos.
Los bancos españoles anuncian sus resultados del primer trimestre esta semana y los analistas prevén un panorama débil y renovados bríos para campañas de reducción de costos.
Las entidades españolas tienen experiencia en cerrar sucursales y hacer despidos. La crisis inmobiliaria de 2008 provocó el cierre, la fusión o la venta de decenas de prestamistas débiles. Con la ayuda de un paquete de rescate de la Unión Europea, el sector se recuperó y España salió de la recesión. Ahora, sin embargo, los bancos enfrentan poderosos vientos en contra que no muestran signos de amainar, como las tasas de interés negativas, la floja demanda de créditos hipotecarios y los ma-gros retornos de los préstamos a empresas.
Rami Aboukhair, country head de Santander España, escribió en una carta dirigida a los empleados en la que justifica los cierres de sucursales y despidos que el sector financiero está afrontando en España como una etapa de grandes cambios. "El actual contexto económico, los mayores requisitos regulatorios y la evolución del comportamiento de los clientes por las nuevas tecnologías hacen necesario avanzar más rápido en nuestro plan de transformación comercial".
Las tribulaciones en España han obligado a los bancos del país con una fuerte presencia en América Latina, como Santander y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria S.A., a depender más de un crecimiento robusto del crédito en lugares como Brasil y México. No obstante, la devaluación de las monedas de estos países ante el euro en el último trimestre ha reducido los retornos, pese a una demanda más sólida de préstamos.
Otro factor que influye en los cierres de sucursales en España son los cambios en los hábitos de los clientes, recalcan ejecutivos del sector. Las nuevas generaciones, en particular, no visitan a menudo las sucursales y prefieren acudir a Internet para solicitar un crédito de consumo o realizar un pago.
En general, los recortes apuntan principalmente a contrarrestar un declive prolongado en las ganancias de la banca. Según los datos del banco central español, sus ingresos financieros netos y honorarios cayeron 31% entre diciembre de 2009 y diciembre de 2015, mientras que sus costos operativos lo hicieron en 12,5%.
"La rentabilidad está bajo mucha presión", reconoce Stefan Nedialkov, analista de Citigroup. Esa es "la urgencia que está haciendo que los bancos se fijen más en los costos. Lo digital es claramente un factor, pero no es el motor".
Las relaciones costos-ingresos de los bancos españoles "siempre fueron de las mejores, pero ahora las ventas no están creciendo", añade el analista. Eso los estaría obligando a replantear un modelo de negocios que prioriza la presencia física a lo largo de España.
El país ibérico tiene más sucursales por habitante que cualquier otro país de la UE a excepción de Chipre, según datos del BCE hasta 2014. Incluso después de un descenso de 26% en sucursales entre 2010 y 2014, España sigue teniendo cerca del triple de sucursales que el Reino Unido.
Jaime Guardiola, consejero delegado de Sabadell S.A., indicó recientemente al presentar resultados que la banca española ten-drá un nivel cada vez menor de capilaridad de oficinas, en alusión a un proceso de cambios selectivo y focalizado en las nuevas oportunidades. "Teniendo en cuenta que el consumidor usa menos las oficinas vamos haciendo cierres, adaptándonos a la realidad, sin ajustes traumáticos", enfatizó.
Las ganancias de los bancos han sido duramente golpeadas por la caída de la tasa interbancaria europea ofrecida, Euribor, la referencia de la mayoría de las hipotecas españolas, que fluctúa cuando cambian las tasas de interés. La Euribor a 12 meses se ha desplomado de 2,12% en abril de 2011 a -0,01% este mes.
Los bancos españoles han incluido desde años en sus contratos de hipotecas una tasa piso, es decir, un límite de hasta dónde podían caer los pagos de los deudores de préstamos de vivienda. Sin embargo, los tribunales han determinado que muchas de esas tasas piso no fueron adecuadamente explicadas a los consumidores y han ordenado su eliminación. Eso ha añadido presión al declive de los ingresos del sector.
En los dos últimos años, la economía española ha registrado un crecimiento dinámico, pero la demanda de hipotecas sigue siendo baja, según los estándares históricos, ya que los deudores han optado por pagar sus obligaciones actuales. Los bancos, por ende, han pasado a depender más de los préstamos a empresas, pero lo hicieron en masa, lo que ha hecho bajar las tasas y mermado su rentabilidad.
Las bajas tasas de interés hacen que los bancos, por ejemplo, tengan que pagar menos a los clientes por sus depósitos, pero esos menores costos de financiamiento no han sido lo suficientemente grandes para compensar los vientos en contra. Santander introdujo en mayo pasado una cuenta corriente con una tasa más alta. Fue un lanzamiento costoso, al menos a corto plazo, tanto para Santander como para los rivales que intentaron igualar la oferta.
Ese ha sido otro factor que ha arrastrado los resultados de los bancos españoles.
The Wall Street Journal