La baja productividad opaca la economía de Estados Unidos
El descenso más prolongado de la productividad laboral en Estados Unidos desde fines de los años 70 amenaza las perspectivas a largo plazo de la economía del país norteamericano y podría llevar a la Reserva Federal a mantener las tasas de interés bajas por muchos años.
La productividad de las empresas no agrícolas de EE.UU. —los bienes y servicios producidos cada hora por los traba-jadores— cayó a una tasa anual desestacionalizada de 0,5% en el segundo trimestre conforme el tiempo trabajado aumentó más rápido que la producción, indicó el Departamento de Trabajo.
Fue el tercer trimestre consecutivo de una baja de la productividad, el período más largo desde 1979. La productividad en el segundo trimestre fue 0,4% menor que el nivel de un año atrás, el primer declive interanual en tres años.
La productividad anual promedio ya había registrado un débil crecimiento de 1,3% entre 2007 y 2015, apenas la mitad del ritmo que tuvo entre 2000 y 2007, y hay pocas señales de que esta tendencia se invierta.
“En el corto plazo, es difícil ser otra cosa que pesimista, sólo porque esto ha estado ocurriendo por tanto tiempo”, dice Paul Ashworth, economista jefe de la consultora Capital Economics para EE.UU.
La productividad es un factor clave para determinar el crecimiento de los salarios, los precios y la producción económica en general. Otras economías avanzadas están sufriendo desaceleraciones similares. La tasa se ha debilitado drásticamente desde el auge impulsado por las tecnologías de la información de los años 90, cuando las fuertes alzas de la productividad se tradujeron en un robusto crecimiento de los ingresos y la economía en general.
La desaceleración de los últimos trimestres se ha intensificado probablemente por la débil inversión empresarial en nuevos equipos, software e instalaciones que podrían ayudar a mejorar la eficiencia de los trabajadores.
Con el tiempo, una productividad persistentemente débil pesaría sobre los estándares de vida de los estadounidenses al restringir la capacidad de la economía de expandirse de forma más rápida y generar mayores ingresos sin provocar demasiada inflación. Algunos economistas sugieren que la floja productividad ya estaría restringiendo el crecimiento de los sueldos.
El estancamiento de la productividad y el alza de los costos laborales podrían reducir las ganancias de las empresas, que han estado bajo presión debido al bajón del sector energético y otros factores.
La economía y los salarios, sin embargo, podrían repuntar en el corto plazo pese a las malas perspectivas para la productividad. La firma de análisis Macroeconomic Advisers indicó el martes que para el tercer trimestre prevé una expansión anual de 3% en el Producto Interno Bruto estadounidense, la medida más amplia de los bienes y servicios produci-dos en toda la economía. El Banco de la Reserva Federal de Atlanta proyecta un crecimiento de 3,7%. El Departamento de Comercio estimó el mes pasado que el PIB registró un aumento moderado de 1,2% en el segundo trimestre.
Hay señales de aceleración en los sueldos y los ingresos conforme el mercado laboral se ha tensado en los últimos años. El sueldo promedio por hora de los trabajadores del sector privado aumentó 2,6% en julio frente a un año antes, lo que iguala el mayor incremento anual desde mediados de 2009, señaló el Departamento de Trabajo la semana pasada. Los costos laborales unitarios de las empresas no agrícolas subieron a una tasa anual de 2% en el segundo trimestre, frente a un descenso de 0,2% en el primero, según el informe del martes.
Algunos economistas dicen que la desaceleración de la productividad refleja mejoras de eficiencia más moderadas de las nuevas tecnologías comparadas con los avances del pasado. Otros lo atribuyen a los efectos de la crisis financiera y la recesión de 2007-2009, y pronostican que repuntará. Asimismo, algunos han argumentado que la productividad no está siendo medida de forma adecuada y que podría ser más alta de lo que se cree.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, describió en junio las perspectivas de crecimiento de la productividad como un “asunto muy difícil” que ha dividido a los economistas.
“Algunos son relativamente optimistas, señalando el continuo ritmo de innovaciones que prometen tecnologías revolu-cionarias, desde terapias médicas adaptadas genéticamente hasta autos de conducción autónoma”, aseveró. “Otros creen que la fruta de la innovación que cuelga baja ha sido recogida y que simplemente hay menos margen para más ganancias”.
Yellen dijo que se mantenía “cautelosamente optimista” pero que “sería beneficioso adoptar políticas públicas diseñadas para impulsar la productividad”, como promover la inversión.
Los funcionarios de la Fed decidirán si suben las tasas de interés de corto plazo basados en la salud del mercado laboral, el panorama inflacionario y su evaluación del crecimiento en EE.UU. y el resto del mundo. Podría haber un aumento tan pronto como en septiembre; el banco central dijo a fines de julio que “los riesgos de corto plazo para el panorama económico han disminuido”.
A largo plazo, sin embargo, el lento crecimiento de la productividad y otros factores podrían mantener las tasas de interés de-primidas comparadas con los niveles del pasado.
“Es una señal de que la economía no está avanzando muy rápido y que las tasas de interés deberían permanecer bajas”, afir-ma Patrick Newport, economista de IHS Global Insight. “Si vemos un crecimiento nulo, que es lo que hemos visto el año pasado, importaría mucho”.
Los funcionarios del banco central ya han rebajado sus expectativas para el crecimiento y las tasas de interés. A mediados de 2012, la mayoría ubicaba la tasa de expansión a largo plazo en entre 2,3% y 2,5%, y su proyección mediana del nivel a largo plazo de la tasa de fondos federales era de 4,25%. Cuatro años después, sus previsiones medianas eran de 2% para el crecimiento y de 3% para la tasa de referencia en el largo plazo.
La inversión empresarial ha sido un punto negativo para la economía en los últimos meses. La inversión fija no residencial, una medida ampliamente seguida del gasto de las empresas, ha caído durante los últimos tres trimestres, según datos del Departamento de Comercio. Un indicador del gasto en nuevos equipos —nuevos pedidos de bienes de capital no militares, excluyendo aeronaves— ha bajado en términos interanuales casi de forma continua durante los últimos 18 meses.
Si los sueldos siguen en alza, las empresas podrían decidir contener los costos laborales mediante un aumento de la inversión en equipos para mejorar la eficiencia, ayudadas por las bajas tasas de interés, o bien subiendo los precios.
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